El estreno como actriz de Ana Belén en Zampo y yo. |
☻Mejor película: Tarde para la ira. Pocas veces ha estado está categoría tan disputada. En mi opinión, si se exceptúa Julieta, el nuevo «quiero pero no sé ya si sé» de Pedro Almódovar, y teniendo en cuenta que no he visto Un monstruo viene a verme, las candidatas son todas favoritas. Tanto la reveladora y magistral crónica en formato thriller que es El hombre de las mil caras, como esa otra notable contribución al nuevo cine policial español —una de cuyas características, por cierto, es una marcada extravagancia a la hora de titular— llamada, también algo absurdamente, Que Dios nos perdone, podrían alzarse con el gran premio. Pero me decanto por Tarde para la ira porque hay en su factura una gran perfección rítmica, al estilo de un western milimétricamente ejecutado. Y tiene en su centro la que con toda probabilidad ha sido la secuencia más impactante de la temporada, a cargo de Manuel Solo. En este aspecto diferenciador amparo mi decisión.
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Tarde para la ira. Una estética digna del mejor western. |
Un hechizo llamado Bárbara. |
Eduard Fernández frente a... |
... Francisco Paesa. |
☻Mejor actor protagonista: Eduard Fernández,
por El hombre de las mil caras.
Otro papelón. Y en un doble sentido. Por un lado, el que hace el actor catalán de la sonrisa dulcemente herida en su interpretación del villano Paesa, tan perfecto que no sería extraño que le hubiera creado algún problema de identidad al propio timador de Luis Roldán (con nuestro dinero). Y, por otro, por la dificultad que supone descartar las demás candidaturas: junto al eterno finalista Antonio de la Torre y al menos conocido Luis Callejo, ambos por la misma peli, no hay que olvidar que también entra en liza el muy poderoso ☻Roberto Álamo (Que Dios nos perdone), un muy posible ganador, aunque en mi opinión no consigue llegar a la altura del sublime trabajo teatral que hace unos años nos regaló en Urtain. No hubiera desentonado tampoco en esta categoría la presencia de Álvaro Cervantes, que realiza un extraordinario trabajo en 1898. Los últimos de Filipinas, pero no logró entrar en la recta final.
por El hombre de las mil caras.
Otro papelón. Y en un doble sentido. Por un lado, el que hace el actor catalán de la sonrisa dulcemente herida en su interpretación del villano Paesa, tan perfecto que no sería extraño que le hubiera creado algún problema de identidad al propio timador de Luis Roldán (con nuestro dinero). Y, por otro, por la dificultad que supone descartar las demás candidaturas: junto al eterno finalista Antonio de la Torre y al menos conocido Luis Callejo, ambos por la misma peli, no hay que olvidar que también entra en liza el muy poderoso ☻Roberto Álamo (Que Dios nos perdone), un muy posible ganador, aunque en mi opinión no consigue llegar a la altura del sublime trabajo teatral que hace unos años nos regaló en Urtain. No hubiera desentonado tampoco en esta categoría la presencia de Álvaro Cervantes, que realiza un extraordinario trabajo en 1898. Los últimos de Filipinas, pero no logró entrar en la recta final.
☻Mejor guion adaptado: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, por El hombre de las mil caras. Además del libro de Manuel Cerdán y un amplio trabajo de hemeroteca, parece claro —y los guionistas lo han contado y comentado— que detrás del perfecto thriller que es esta historia real hay numerosas contribuciones, directas y anónimas, de muchos de los que estuvieron al tanto de un asunto al que cabe atribuirle, por la enorme red de intereses bastardos que en él se aunaron, un papel muy relevante en el clima de corrupción que invadió amplio sectores la política española desde finales de los años 80, tal vez antes. Una página tan ominosa de nuestra historia reciente como reveladora. Tengo para mi, aunque es mera intuición, que el estreno de la película en plena crisis poselectoral de 2016 pudo influir en ciertos comportamientos intempestivos de algunos viejos líderes.
☻Mejor actriz de reparto: Sigourney Weaver, por Un monstruo viene a verme, que obviamente no es ella. Sin embargo, ojo a ☻Emma Suárez, por La próxima piel, pues podría encontrar en esta categoría una compensación, si no gana el premio a la mejor actriz. Creo que, a diferencia de los ocurrido otras veces, esta vez habrá un brindis internacional. O no.
☻Mejor actor de reparto: Manolo Solo, por Tarde para la ira. Es uno de los pocos "cabezones", junto con el de director novel, cuya concesión no me causa dudas: su interpretación de la escena central e la película es sencillamente memorable.
☻Mejor actriz revelación: Anna Castillo, por El olivo. La frescura, algo ingenua pero convincente, de su interpretación es lo más destacado de una película en exceso previsible. Su rival podría ser Sílvia Pérez Cruz... (de forma egoísta, prefiero que no se lo den a la gran Sílvia —sí, con "acento catalán" en la primera i—, a ver si le van a entrar dudas sobre su camino profesional y se resiente su dedicación a la música...).
☻Mejor actriz revelación: Anna Castillo, por El olivo. La frescura, algo ingenua pero convincente, de su interpretación es lo más destacado de una película en exceso previsible. Su rival podría ser Sílvia Pérez Cruz... (de forma egoísta, prefiero que no se lo den a la gran Sílvia —sí, con "acento catalán" en la primera i—, a ver si le van a entrar dudas sobre su camino profesional y se resiente su dedicación a la música...).
Mejor actor revelación: Ricardo Gómez, por 1898. Los últimos de Filipinas. Es una apuesta táctica. No me parece que su papel sea realmente relevante. Pero tiene cierta lógica que el protagonista de la serie Cuéntame, al que henos visto crecer casi como si fuera un hijo nuestro, sea el favorecido por la decisión de los académicos, que también han de tener por fuerza, y por doblones, un corazoncito amamantado a los pechos de la televisión.
Un momento del rodaje de 1898 Los últimos de Filipinas. Foto: cortesía de Enrique Garrido. |
Y en las demás categorías:
☻Mejor música original: Fernando Vázquez, por Un monstruo viene a verme.
☻Mejor canción original: «Ai, ai, ai», de Cerca de tu casa (canta Sílvia Pérez Cruz).
Mejor dirección de producción: Carlos Bernases, por 1898. Los últimos de Filipinas.
Mejor dirección de fotografía: Álex Catalán, por 1898. Los últimos de Filipinas. Excelentes trabajo visual sobre los escenarios guineanos en que se rodó la película.
Mejor dirección de fotografía: Álex Catalán, por 1898. Los últimos de Filipinas. Excelentes trabajo visual sobre los escenarios guineanos en que se rodó la película.
Mejor dirección artística: Carlos Bodelón, por 1898. Los últimos de Filipinas. Sería uno de los premios que más me alegraría acertar, por cuanto supondría, también, el reconocimiento del trabajo de Enrique Garrido, atrecista de la película y muy querido amigo. Talabricense, por más señas.
Enrique Garrido con Eduard Fernández. y Karra Elejalde, en un descanso del rodaje de 1898. Los últimos de Filipinas Fotos: cortesía de E.G. |
Mejor montaje: Ángel Fernández Zoido, por Tarde para la ira.
Mejor diseño de vestuario: Lala Huete, por La reina de España.
☻Mejor maquillaje y/o peluquería: Marese Langan y David Martí, por Un monstruo viene a verme.
☻Mejores efectos especiales: Pau Costa y Félix Bergés, por Un monstruo viene a verme.
☻Mejor sonido: el equipo de Un monstruo viene a verme.
☻Mejor película de animación: Psiconautas, los niños olvidados. de Alberto Vázquez y Pedro Rivero.
Mejor película documental: 2016. Nacido en Siria, de Hernán Zin.
☻Mejor película iberoamericana: El ciudadano ilustre, de Argentina. Me fío de fuentes cercanas, ya que aún no he visto ninguna de las candidatas.
☻Mejor película iberoamericana: El ciudadano ilustre, de Argentina. Me fío de fuentes cercanas, ya que aún no he visto ninguna de las candidatas.
☻Mejor película europea: Elle, de Paul Verhoeven. A esta perfecta ilustración del «mal francés» (un poco a lo Bataille) le plantará cara la emocionante y directa Yo, Daniel Blake, de Ken Loach. Si bien tampoco cabe descartar a El hijo de Saúl, el muy original filme de László Nemes. Si, finalmente, el premio es para El editor de libros, la bienintencionada pero muy insuficiente historia de Michael Grandage, quizás deba plantearme la continuidad de esta sección.
Mejor corto de ficción: Grafitti, de Luis Quílez Sal.
Mejor corto documental: The Resurrection Club, de Álvaro Corcuera y Guillermo Abril.
6 comentarios:
Como siempre, interesante tu quiniela. He de decir que a mí "Elle", de Verhoeven, no me ha gustado absolutamente nada.
Abrazos,
Gracias, Antonio. En esa discrepancia coincides con otro buen amigo (desgraciada y casi súbitamente desaparecido, por cierto), con el que mantuve una larga y divertida polémica al respecto. Cualquier día de estos la repetimos entre nosotros (si te dejas), aunque sobre gustos, si bien se mira, es... sobre lo único que se suele escribir (y hablar). Un abrazo.
A mí las entregas de premios me aburren más que la mayoría de las películas que se los disputan, y, como simulacro de los Oscar,me parece, en términos generales, bochornoso. No recuerdo haber visto ninguno, excepto algún trocito de aquí o de allá si aparezco por el salón mientras los retransmiten (mi Conjunta es adicta). Me dan absolutamente igual. Me dejan gélido. No sé llevar la vergüenza ajena.El pronostico parece verosímil, aunque falta en el palmarés La propera pell, que, a falta de ver la de Arévalo (próximamente lo haré, cuando vuelva a la cartelera después de cosechar premios) y la de Bayona, me parece la mejor. Incluiría la de Albert Serra, La muerte de Luis XIV, aun a costa de cosechar no pocas bromas insultantes. ¡Las ganas que tengo de verla!, porque pasó por la cartelera que no sé ni si llegó a una semana, aunque le dispute el nivel de recaudación a La reina de España... Bueno, ya veremos.
Gracias, Juan, coincido con tu Adicta: sin dejar de soportar esas imposturas y alguna que otra sandez, la gala suele divertirme. Aunque ha habido de todo en los últimos años, incluyendo ridículos ominosos, que en esto el mundo del cine no es una excepción. No he visto esas dos pelis qué echas en falta, y me temo que muchos académicovotantes tampoco, ya que no figuran entre las nominadas (salvo error por mi parte). Insisto, con todo y frente a tanto prejuicio invidente contra el cine español: ha sido un buen año. Veremos lo que da de sí este 1X2, cuyo único objetivo es recapitular un poco lo visto en el año y jugar a la ruleta. Ya me gustaría tener un «ojo cosmológico» tan perspicaz como alguno que yo me sé, pero nunca es tarde para seguir mirando. Así que sí: veremos. Gracias por la compañía.
No ha estado mal tirado. Igual debías intentar también con la 1X2 de fútbol ;)
Abrazos.
Lo tendré en cuenta, Antonio. Una vez, de pequeño, acerté una de 14, aunque con poca chicha. Hace siglos que no he vuelto a jugar. Abzo.
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