Garabatos de Kakfa. Imagen tomada de aquí. |
Mientras trazo sobre el papel la extraña sugerencia de una frase apenas monstruosa (a jarabatos sota baraja), la grafomanía sigue imponiendo su seducción. El garabateo sensual sobre la página se convierte en un poderoso acicate y, para responder convenientemente a esa llamada, he aquí que el ojo y la mano se valen por sí solos y con su mutuo auxilio se las componen para urdir una "experiencia", de modo que el cerebro no tiene más remedio que estrujar, de la manera que cree más atinada, su poder o facultad de poner nombres, o, por mejor decir, el impulso básico por el que las neuronas son capaces de crear entre ellas mismas nexos válidos, sinapsis con sentido, aunque sea a costa de recurrir a una especie de espejo intermediario que en la mente ponga en marcha, a falta de un argumento exento o de la reflexión sobre cualquiera de los múltiples asuntos capaces de ocuparla, una vuelta consciente sobre el hecho mismo del pensar, un reflejo del proceso, creando de ese modo un intervalo o arco temporal capaz de contener al mismo tiempo la manifestación plástica de esa capacidad y una apariencia coherente de discurso, fantasma necesario, que no es ni más ni menos que este al que aquí ahora pongo punto. Y seguido. Otro día vuelvo con el cuento.
(Tiempo contado. Apunte 22 noviembre 2013; 16: 26. Ut pictura poesis...)
3 comentarios:
Me gusta este tiempo contado, Alfredo: el texto de hoy y otros que has ido subiendo. El palíndromo a lo JRJ, excelente punto de partida.
Abrazos,
Gtacias, Antonio, una vez más. En cuanto al palíndromo, más que a lo JRJ, ¿no crees que suena a lenguaje infantil o popular? (en gallego sería, me parece, un buen ejemplo de "geada"). Un abrazo.
Sí, Alfredo, más exacto es lo que dices. Lo de "a lo JRJ", se me vino por aquello de la jota, precisamente; en realidad, sin mucho fundamento.
Nuevo abrazo.
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