(En voz alta). En efecto, Omar Little, el personaje más querido de The Wire, está ya a la altura de los seres de ficción que más admiramos y a los que debemos inmensa gratitud. Sergio del Molino lo cuenta con envidiable tino, gracia y cercanía. Descanse en paz Michael K. Williams.
miércoles, 8 de septiembre de 2021
LA MÚSICA POR SÍ SOLA
Autor no identificado: Músicos callejeros en la Puerta de Alcalá. 1977 Pitarch Team. |
No hay que preguntarse —o acaso sí, pero en voz baja— de dónde viene la música. Lo único que importa en esos casos es dejarse llevar, prestar atención con todo el cuerpo y, si la ocasión es propicia, empeñar también el alma. La música hará el resto, siempre lo hace. Y cuando ocurre, esta farsa parece que tiene algún sentido.
martes, 7 de septiembre de 2021
Algunas claves de Hidalgo Bayal
(En voz alta). Pasen y lean. Un recorrido en verdad útil por la obra de GHB, vista como un todo, con muy brillantes confrontaciones con otros narradores contemporáneos (el obispo sarraceno Houellebecq o el brookliniano Auster, por ejemplo, sin olvidar al imprescindible K., origen de un linaje) y un itinerario de muy cómoda lectura, aunque puede que su aparente sencillez pueda llevar a engaño.
LA VIDA SALVAJE
Henri Rousseau: La encantadora de serpientes (detalle), 1907. Musée D’Orsay, París. |
lunes, 6 de septiembre de 2021
Adiós a JP Belmondo
En voz alta). Muere Jean Paul Belmondo. Oh. No es sólo una exclamación de sorpresa, sino el título de la primera película suya que vi. Y la primera palabra que se me ha venido a la boca. Disfruté mucho con su gran fuerza interpretativa y su muy cercana y tan amable fealdad, ese rostro a mitad de camino entre un carnicero de plaza de abastos de provincia y un boxeador sonado. Siempre he creído que le dio más a sus míticos directores que a la viceversa. Y por lo general estuvo a la altura de todos sus papeles, a menudo muy por encima. Que la tierra le sea leve.
80
Miraba el infinito, erguido.
EL FARDEL
La niña Clea, desde muy pequeña, estaba acostumbrada a compartir todas sus cosas. Si tenía manzanas, repartía manzanas; si caramelos, caramelos; avellanas cuando era la época y figuritas de mazapán por Navidad. No solo por eso, pero también por eso, tenía muchos amigos. Y casi todo el mundo la quería. Había algo, sin embargo, que nadie había conseguido averiguar: qué llevaba dentro del fardel que siempre portaba consigo y acerca del cual se rumoreaban las más variadas y peregrinas suposiciones, pero sin llegar a ninguna conclusión convincente y sin que apareciera nadie que a ciencia cierta supiera lo que quizás solo yo pude descubrir un día, pero que no pienso revelar nunca. O al menos no mientras permanezca en la cárcel.