Octavio Paz: una sonrisa iluminada desde dentro. Foto tomada del archivo de la Nobel Foundation.
(En son de Paz, 16). »El tiempo del poema no está fuera de la historia sino dentro de ella: es un texto y es una lectura. Texto y lectura son inseparables y en ellos la historia y la ahistoria, el cambio y la identidad, se unen sin desaparecer. No es una trascendencia, sino una convergencia. Es un tiempo que se repite y que es irrepetible, que transcurre sin transcurrir, un tiempo que vuelve sobre sí mismo. El tiempo de la lectura es un hoy y un aquí: un hoy que sucede en cualquier momento y un aquí que está en cualquier parte. El poema es historia y es aquello que niega la historia en el instante en que la afirma. Leer un texto no-poético es comprenderlo, apropiarse de su sentido; leer un texto poético es resucitarlo, re-producirlo. Esa re-producción se despliega en la historia, pero se abre hacia un presente que es la abolición de la historia. La poesía que comienza en este fin de siglo que comienza [1972], no comienza realmente. Tampoco vuelve al punto de partida. La poesía que comienza ahora, sin comenzar, busca la intersección de los tiempos, el punto de convergencia. Afirma que entre el pasado abigarrado y el futuro deshabitado, la poesía es el presente. La re-producción es una presentación. Tiempo puro: aleteo de la presencia en el momento de su presentación/desaparición», escribió Octavio Paz al final de su ensayo Los hijos del limo, un luminoso estudio de la evolución de la poesía desde el Romanticismo hasta el último tercio del siglo XX (el texto está fechado en Cambridge, Massachussets, en junio de 1972). Complementario de El arco y la lira (1956), al igual que en otros ensayos, pero de forma muy destacada, Paz pone aquí de relieve un punto de vista, no sólo privilegiado, sino imprescindible: es el de quien habla “desde dentro” de la experiencia que describe. Y lo hace además con una precisión que logra unir, como en un verdadero poema, reflexión y emoción, razón y corazón, verdad y gracia. Uno de los grandes valores de la obra de Octavio Paz es que la mayoría de las veces, si no siempre, pone de manifiesto que ante todo es la obra de un poeta.
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