Henri Rousseau: Noche de carnaval, 1886. Philadelphia Museum of Art, Pennsylvania. |
—Y me va de puta madre.
—¡Guay, chaval!
—Cuando no es una cosa es la otra, pero siempre pin pan, pin pan.
—Jo, macho, eso es potra, ¿que no?
—Lo normal.
—No te creas, hay por ahí mucho marrón.
—Y además, tengo unos padres de la hostia...
—¡Nivelazo!
—... de la hostia que me dan de vez en cuando no me quedan ganas de volver a quejarme....
Me pareció que se reían, pero ya no pude oír más. Las dos mascaritas dieron la vuelta a la esquina y yo seguí mi camino. De vuelta a casa.
—¡Guay, chaval!
—Cuando no es una cosa es la otra, pero siempre pin pan, pin pan.
—Jo, macho, eso es potra, ¿que no?
—Lo normal.
—No te creas, hay por ahí mucho marrón.
—Y además, tengo unos padres de la hostia...
—¡Nivelazo!
—... de la hostia que me dan de vez en cuando no me quedan ganas de volver a quejarme....
Me pareció que se reían, pero ya no pude oír más. Las dos mascaritas dieron la vuelta a la esquina y yo seguí mi camino. De vuelta a casa.
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