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Puerta en Forlí, Italia. Foto AJR, 2018. |
El caníbal no es hijo del Gran Khan
ni el gran Kant comprendió que el demiurgo
que le dictó las leyes a Licurgo
vio el festín de las fieras que aún están
disputando sus presas con afán
tan intenso, que incluso el Dramaturgo
Chispeante fingió ser taumaturgo
para poder así cumplir el Plan.
Una parte del hombre está maldita
y herencia de ese error es la batalla
que tenemos pendiente con Cerbero.
Porque cada palabra es una cita,
manifiesta u oculta, de la malla
que cubre las heridas del guerrero.