Velázquez: La fragua de Vulcano, 1630. Museo del Prado, Madrid.
«¡A ver, Vulcano! —dicen testigos dignos de crédito que dijo Apolo al llegar a la Fragua—, que no digo yo que haya sido aposta, ni que todo se deba a tu cabreo por el hecho de que Venus te la esté pegando frontalmente con ese pendenciero de Marte… Pero tendrás que poner más atención a la hora de asegurar el reciclado de residuos porque has vuelto a liarla en las Fortunatæ Insulæ, y Júpiter the Boss tiene un cabreo importante con tantos gases, piroclastos, lavas, bombas, cenizas y, sobre todo, lapilli, mucho mucho lapilli…». Dicen también que el divino cojo miraba a su interlocutor y no lograba salir de su asombro. ¿Se sentiría culpable?
(LUN, 982 ~ “Cuadros que dan pie”)
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