Battiato durante una actuación en Madrid. Foto de KiKo Huesca/EFE.
(En voz alta). La muerte de Franco Battiato nos revela de pronto que no era sólo parte de la canción de fondo (la banda sonora) de nuestro tiempo. Que en él, en su arte, en su trayectoria, tan reveladora, tan excepcionalmente característica, están encerradas, pero bien visibles a poco que les prestemos atención, algunas claves para desentrañar, o al menos hacer menos opacos, los rincones cegados y las contradicciones de la parte irrespirable de nuestro mundo. El centro de gravedad permanente siempre cae por su peso. Aunque no sea fácil asumirlo. Descanse en paz. Es elemental y consuetudinario, pero no deja de ser terrible: no cesa de morirse gente. Y a menudo, lo sepamos o no, algo nuestro desaparece también.
miércoles, 19 de mayo de 2021
Adiós a Franco Battiato
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