jueves, 11 de mayo de 2017

Las palabras de Marvin


                   Qué inmensidad de tópicos errantes,
                 amenazan con sepultarlo todo
                 bajo una gruesa capa de tocino
                 mental y perezoso, la costumbre
                 de dejar de pensar, que sea el sebo
                 el que arrope las carnes de la vida,
                 y el pienso rumiado en los pesebres
                 donde todo está bien desde hace siglos
                 el que nos alimente y dé cobijo,
                 en su unívoco torque duradero,
                 a tanta pesadez de vida vana.



Poema probablemente escrito por Marvin (Nellie, en la vida real, aunque ya fallecida), el bulldog y «crítico literario» que, en cierto modo, es el antagonista de Paterson, la pequeña y hermosa película de Jim Jarmusch, que ha dividido en dos partes antagónicas y poco menos que irreconciliables la opinión de la crítica. 
Sentado en su sillón de orejas, desde donde lee con gran parsimonia el mundo, estos podrían ser los versos a los que el can parece estar dando vueltas entre sus belfos, no sabemos si por alusión a los poemas que escribe su dueño-consorte y rival —en cuyo caso, su crítica sería injusta y claramente malintencionada—, o por referencia a cualquiera otra de sus lecturas. 
La imagen corresponde a los instantes previos al momento justo en que el can decide hacer su propio y definitivo «comentario crítico» de la obra que aquel, en los ratos que le deja libre su trabajo de conductor de autobús, va escribiendo en su libreta. Y no digo más, que hacerlo sería desvelar mucho. Aunque apenas se entienda nada. 
Ajá.

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