domingo, 16 de octubre de 2011

Madrid-Manhattan-Berlín...,
un sueño ¿posible?


Ayer, mientras caminaba con la columna de Prosperidad en dirección a Sol, también yo tuve un sueño... Sí, ese mismo que sería ingenuo (más) desmenuzar ahora con palabras que acabarían mirándose a sí mismas llenas de perplejidad... Seguro que a Leonard Cohen, otra vez, no le importará que le tome prestada esta canción que en cierto modo (pero de un modo muy cercano e inspirado) habla de lo mismo. O eso creo. Hay que seguir haciendo esfuerzos de imaginación sin dejar de llenar las calles.

lunes, 10 de octubre de 2011

ExTinta


Mantente atento,
que tanta tinta tonta
al tuntún t’unta.

Imagen de Watchmen: el fin está cerca, tomada de aquí.

viernes, 7 de octubre de 2011

Palabras de Steve Jobs


Es muy conocida pero merece resonancia. La intervención del recién fallecido Steve Jobs en la Universidad de Stanford en 2005, un año después de que se le hubiera diagnosticado el cáncer de páncreas al que finalmente no ha podido vencer, es una de las piezas oratorias más inspiradas del siglo XXI. Ahora constituye el verdadero testamento del hombre que probablemente más haya influido en el diseño del paisaje visual y comunicativo al que cada día nos enfrentamos. Parece que se ha puesto en marcha el rápido proceso de canonización laica de Steve Jobs; incluso estas letras podrían considerarse como una contribución a la causa. Pero nada más lejos de mi intención. No conozco bien la peripecia del fundador de Apple, ni me cuento entre los seguidores a ultranza de su blanca tecnología, aunque tengo un trato habitual y enriquecedor con algunos de ellos y en más de una ocasión he fantaseado con sumarme a su bando. Pero no se trata de eso. Estas líneas responden solo a la necesidad, casi la obligación, de subrayar el peso de unas palabras a las que, como a pocas de las oídas en foros públicos en los últimos años, convienen los adjetivos de verdaderas, necesarias y generosas. Y entre las que, además, se encuentra un «elogio del calígrafo» que por fuerza ha de resultar emocionante para todos aquellos que sientan amor por la escritura y hayan tenido alguna vez tratos con los nobles tipos móviles.

Descanse en paz el hombre que fue capaz de pronunciarlas.

Imagen de Steve Jobs tomada de somosmac.com

jueves, 6 de octubre de 2011

Anacroaristocráticoesperpentonirismo


Desde el lugar de le televisión apagada, a la hora de la siesta, me llega un sordo rumor: «La duquesa de Alba ha contraído matrimonio con Alfonso X». Me pareció oír después que alguien se arrancó con una cantiga, pero debe de tratarse de un error. (¿Claro!: Díez vale X),

Los ecos de la marea son tres palabras con nombre propio de los que no explicaré sus circunvoluciones (sírvase usted mismo):

Esperpento (aquí se comenta sin nombrarlo).

Esparadrapo (no consigo recordar la obra teatral aquella, probablemente de la rama del absurdo, en la que había un personaje con este nombre, pero lograré dar con ella).

Anacroaristocráticoesperpentonirismo (palabra transatlántico recién inventada con vocación alejandrina: que yo sepa, no es ninguna enfermedad, aunque los síntomas asustan mucho).

Y sobre las ausencias, se comprenden. Especialmente una. Yo estoy seguro de que Goya tampoco se hubiera personado. O solo con el propósito de tomar apuntes para alguna de sus pinturas negras.


Músicos de Las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio.
Imagen tomada de este blog

lunes, 26 de septiembre de 2011

Hum@redas


Mientras a golpe de ratón desenrollo de este a oeste 
uno de los manuscritos del Mar Muerto 
la luz de la Posada parpadea 
y en el reflejo de la pantalla veo o creo ver 
cómo en medio de la sala a mis espaldas 
surge del suelo 
igual que aquellos tulipanes psicodélicos brotando del asfalto 
la imagen tantas veces acordada de la Torre de Babel 
con sus pisos roídos por la ira divina 
y el hormiguero de hombres de todas las razas 
entregados a la absurda tarea 
de enladrillar el cielo y sus tropismos. 
Temblor y hastío: 
nunca pensé que la fascinación 
pudiera ser un rito semejante 
a la osadía de rasgar el muñeco 
para explorarlo a fondo 
y encontrarse de pronto con las manos 
por completo atrapadas 
en el minucioso desorden del serrín. 
No se puede buscarle sentido al sentido. 
No se explica la respiración.

(Buenas noches. No se lo tomen a mal. 
De alguna forma había que volver.)

Procedencia de la imagen: 

miércoles, 10 de agosto de 2011

Haikus de agosto


(Por San Lorenzo)
I
La luna llora,
noche láctea de agosto: 


lluvia de estrellas.

  (Para SP, pues casi es suyo.)



II
Y dijo el santo:
«Dame la vuelta y come».
Carne de piedra. 



III
Magia o milagro:
en el cielo de Vincent

suena la noche.



Imagen de las Perseidas (foto superior) tomada de la web tiempo10.com
La del Monasterio del Escorial procede de aquí.


sábado, 6 de agosto de 2011

Erice/Alumbramiento


El cortometraje de Víctor Erice está a punto de cumplir 10 años.
Es un honor proyectarlo en el cine de medianoche de la Posada.

jueves, 4 de agosto de 2011

Estrella vuelve a La Unión


Siguiendo la estela grande de su padre, pero cada vez con mayor presencia propia, Estrella Morente está alcanzando una madurez artística que no por esperada resulta menos asombrosa. La muchacha que encandilara con la originalidad de su voz a Peter Gabriel, a la que Pedro Almodóvar le encomendó el tema central de  Volver, y a la que en Chico&Rita Trueba & Mariscal le rinden homenaje con un delicioso cameo animado, además de sonoro, junto a Bebo Valdés, es hoy una artista en plena eclosión, aunque intuyo que solo se encuentre al principio de un camino que habrá de llevarla a territorios aún inexplorados.

Heredera de unas facultades privilegiadas y también de un poderoso instinto innovador,  y habitante del mismo laberinto mágico de culturas en que creciera García Lorca,  de esta Estrella cabe esperar aún muchas formas de brillo diferentes. Tal vez en la línea de la fusión flamenco-fado que ya experimentara con Dulce Pontes. O, quién sabe, renovando su gran facilidad para darle una gracia especial a los ritmos cubanos.

Pero también, y sobre todo,  siguiendo algún modo nuevo de ir hacia lo hondo, hacia el lugar donde la luz se vuelve energía pura, al pozo proverbial del que manan las aguas salvajes del flamenco y donde la luna se ríe de los viejos tópicos y es capaz de elevarse en pleno día mezclando lo disímil con lo idéntico, fundiendo hielo y fuego, rompiendo fronteras. Y todo ello, sin dejar de lado los nuevos fraseos de las viejas coplas, esa vía a la que tanto debe el actual resurgir del cante.

Lo acaba de demostrar en Madrid, donde ha obtenido un gran éxito en la Suma Flamenca. Y con esas expectativas llega (vuelve) a La Unión: es uno de los nombres fuertes del cartel del LI Festival Internacional de Cante de las Minas, que acaba de echarse a andar. El Cigala, Pitingo, Farruquito, Blanca del Rey y la guitarra de Tomatito también estarán presentes en la Catedral del Cante, el antiguo mercado modernista de la población murciana en el que se han escrito tantas páginas inolvidables en la historia reciente (y no tanto) del flamenco. El recuerdo de Enrique Morente, al que se le rendirá homenaje, estará en la mente de todos.

Fotografía de Estrella Morente tomada de Teleprensa

13 Rue del Percebe

La publicidad, ese componente del aire que respiramos, a veces nos trae sorpresas como ésta...





Supongo que la campaña en televisión ya tiene su recorrido, pero yo acabo de (casi) descubrirla gracias a Internet. De todos modos, tampoco había que ser un lince para caer en la cuenta de la íntima asociación entre La Casera y el Caserón abierto en canal, salido del privilegiado cráneo de Francisco Ibáñez Talavera,  y en el que varias generaciones de tebeoadictos nos hemos ido apiñando, como si se tratara de un refugio antiatómico... (y sin duda lo es). Pedazo invento!

Página tomada de esta web (donde además se ofrece información minuciosa sobre los inquilinos de cada piso. Intermediarios abstenese).

martes, 2 de agosto de 2011

Jazz en la Plaza


La música se escapa como una culebrilla a ras de suelo.
Prende en los pies un ritmo movedizo, inaprensible. 
Luego asciende hacia los brocales indefensos de la mente. 
Y suspende la monodia sin fin de la razón.

Festival de Jazz Ciudad de Talavera.
















En Eburia, la noche es ya tan sólida como suele en verano.
Allá arriba, en la choza de piedra que se alza por encima 
del desproporcionado rosetón
(un polifemo que fuera solo ojo y aun así bello),
la cigüeña,
esbelta y afilada,  
distraída y atenta,
mira y mira,
sin cesar en su oficio.

Cuando la luna empieza a descubrirnos su lado más sinuoso,
comienza también ella, la cigüeña, a marcar el compás.
Le gusta la trompeta.
Se queda inmóvil al sonar el saxo.
La batería la anima.
Se diría que asiente a la melancolía grave de las cuerdas.
Y se estira mimética en los melismas audaces de la voz.

Paciente espectadora de su espacio invadido
pero a la vez ella también artista de la improvisación,
la cigüeña de la iglesia mayor de la ciudad
se acaba convirtiendo en la reina más alta de la fiesta,
el testigo imparcial
de todo lo que pasa allá abajo 
y aún más abajo
y más allá
y más...

Poco a poco la música se ha ido volviendo noche. 
Y la noche se ha ido deshojando en la música.
El cielo es una estampa lejana e irreal,
un gota de mercurio derretido 
bajo el peso de una línea interminable.

Tras el concierto habrá charla de amigos,
la amable sucesión de gestos familiares 
y la reiteración de las viejas leyendas de la tribu,
a las que siempre cabe añadir un episodio inédito,
la ardua precisión de un recuerdo que se vuelve borroso,
un nombre que convoca exclamaciones,
las peripecias de los recién llegados,
el vano esfuerzo por saber cuál fuera
el último verano de nuestra juventud...
y, por fin, unas risas.

Los hilos de la vida nos atan y desatan a su antojo.
Pero el ojo sencillo de los afectos simples, 
con su música dulce, 
nos ha vuelto a reunir
como una hoguera.

La plaza se ha quedado ya en silencio.
Sobre la piel del río, entre la bruma,
se alza una nueva y distinta raya de luz imaginable 
dibujada por los viejos guardianes de la amistad 
en la tierra de los sueños compartidos.


(Para C., A., B., A., L., P. & P. y los demás amigos de Eburia, 
por los buenos momentos, 
para que no falten las felices improvisaciones.)


Sonrían... por pavor



Chaplin/Jackson: gracias.

lunes, 1 de agosto de 2011

August Small Huts

Croxford Gardens, Kidlington, Oxfordshire.


Cabañuelas de las primeras horas de agosto 
con la mirada puesta en el cielo oxoniense

Aclaramos palabras para salir de Julio
Y que la luz nos bañe durante el mes de Agosto
Para que el día tenga    por Septiembre y sus nombres
El lento andar del tigre que está    si ya es Octubre
Al acecho   y Noviembre   mientras la nieve vuela
Confirma sabio todo lo que Diciembre duda
Porque se acerca raudo   puerta del año   Enero
En la carrera fija de los astros Febriles
Y el vendaval de Marzo y las lluvias de Abril
Ay Abril que se viste por dentro    igual que Mayo
De otra luz y otra alegre esperanza:  que Junio
Tenga la plenitud del mes soñado
Que el Año sea un Día
Y el Día sea la Hora
De este Instante
En que todo nos dice:
Yes I said yes I will yes




jueves, 28 de julio de 2011

Puertas


Oigo en la radio que alguien califica la canción de Triana que figura sobre estas líneas (os aconsejo pulsar sobre el vídeo mientras tenéis, ojalá, la paciencia de leer ) de «oro puro». No sé si la metáfora es del todo ajustada, o acusa en demasía el peso dorador con que la nostalgia cubre ciertas cosas del pasado..., precisamente porque son del pasado.

En todo caso, el calificativo recorre con el dedo en mi conciencia un territorio preciso del mapa de la realidad y, quizás más que nada de lo que hasta la fecha haya ocurrido en las últimas semanas (incluida la atrocidad de Noruega), me instala en medio del verano, en el hueco justo por donde la luz cae a plomo y hace que el largo camino hacia la noche tenga como banda sonora un estridular de insectos multiplicado hasta el infinito, o al menos hasta ese agujero donde las horas van abandonando su condición de densas manchas de aceite y la brisa con que por fin se anuncia el triunfo de la sombra refresca la mirada y deja en suspenso el puro peso del sentir y, más aún, del sentir que se siente, como en el juego aquel o acaso en el desasosiego de Bernardo Soares... (¡Vaya deriva!)

Volviendo al caso, no está de más subrayar que por la puerta que Triana abrió con esta puerta han ido pasando desde entonces nuevas corrientes, incluido este homenaje de Medina Azahara, que da pie a comparaciones y preferencias. A mi me parece que entre sus diferencias (evidentes) hay un punto de continuidad (necesaria).

Entre las dos abren la puerta por la que se cuela en ráfagas amarillas el oro (tal vez falso: los tiempos son así de cicateros) del verano.


martes, 26 de julio de 2011

De viaje con Carlos Santana


Carlos Santana, en una imagen tomada de aquí.

Por esa veleidad de la memoria que fija lo que quiere y hace de lo insignificante significado, tengo asociada la fecha de hoy, 26 de julio, al descubrimiento de la música de Carlos Santana. En concreto, a su doble álbum Lotus, que en formato de casete conseguí tal día como hoy de hace exactamente 35 años, los mismos, por cierto, que acaba de cumplir el diario El País. Creo recordar que era un lunes pero no consigo precisar si había luna llena. Fue en el primitivo Corte Inglés de Callao, en el que más  mano me pillaba entonces y cuya sección de libros y discos era lugar idóneo para distraer tardes y objetos. Aún conservo la doble casete, aunque hace mucho que no he vuelto a escucharlas.

Corpus delicti/Corpus delecti.

No descubro nada diciendo que la guitarra de Carlos Santana figura entre las más destacadas de la historia de la música. En su trayectoria hay conciertos memorables, solo o en compañía de otros grandes virtuosos. Este vídeo pescado en Youtube no corresponde a Lotus, sino a otro disco que descubrí después y que se convirtió en uno de mis favoritos, AbraxasAdemás de una potente versión de «Mujer de magia negra» (minuto 4:50), el vídeo incluye espectaculares imágenes de la selva amazónica y del altiplano andino. Toda una invitación al viaje desde el mirador de la Posada.  Que lo disfruten.


sábado, 23 de julio de 2011

El filo




Cuando cada mañana
el sol descubre
las huellas blancas
y las sombras
que han dejado los  caminos  de la noche
sembrados de pequeños universos

girando en sus pequeños universos
la noche se remonta con sus alas abiertas
y vuelve al cielo 
oscuro que de nuevo 
la ha de ocultar 
del sol cada mañana.



Folio 249v del  «Codex Manesse» (siglo xiv), Biblioteca de Heidelberg.
Imagen tomada de liebes-kummer.com



lunes, 18 de julio de 2011

75 añ(ic)os

75 años después del día infausto en que se puso en marcha (el estallido de) aquel suceso del que no he tenido ni he dejado de tener memoria, esa guerra civil o, más exactamente, Guerra Civil, así, por excelencia y por Su Excelencia..., en este 18 de julio de 2011, año irreal por excesivamente real, en la cálida mañana de la calle Nieremberg me cruzo con una joven mujer que sostiene junto a sus pechos dos cachorrillos tiernos y lanudillos de una especie canina familiar (tal vez irish setter) y que parecen dormir plácidamente ajenos a todo cuanto ocurra a su alrededor que no sean las caricias lentas y minuciosas que su maternal dueña, o cuidadora solo, les propicia. «Y si esa fuera –pienso y sonrío– una imagen posible de las dos Españas…, las dos capaces de llevarle la contraria al poeta, y capaces por igual de calentar, cada una a su modo, el humano corazón...» Pero casi no puedo acabar de pensar la que ya me está empezando a parecer no sé si imposible o solo estúpida simetría (¿dónde se ha visto que lo tronchado en dos pueda ser uno, o más aún, que el que troncha puede ser igualado al que es tronchado?), cuando caigo en la cuenta de que no son dos sino cuatro los cachorros, tal vez cinco, una camada entera la que duerme en tan plácida y palpitante cuna. «Esta sí es –ya solo sonrío ante la indiferencia de los encantadores hijos de perra– la imagen real de esta bendita España de todos los demonios...»

Qué murga. Qué grima. Qué rabia. Qué tropa. Qué morro. Qué lejos. Qué cerca.

¿75 años? Dejémoslo en añakos. Sin grandes estridencias. Sin ruido de cristales rotos.

Imagen tomada de Animales mascotas.



viernes, 15 de julio de 2011

Bausura


... cada vez que leo en la prensa u oigo en la radio o no veo en la tele  que una de esas agencias de nombres tan graciosos si no fueran atroces ha rebajado a la categoría de bono basura la deuda de tal o cual país     que siempre es uno de los llamados PIGS     no sé qué pasa con el golpe que el pequeño martillo da en el yunque diminuto de mi oído que en todo el laberinto cloquear solo resuena la palabra usura usura usura     y es el filo cortante de ese sonido de navaja barbera el que llega al cerebro convertido en un feo pensamiento amasado por imágenes de largas barbas y tintineos insomnes...




jueves, 14 de julio de 2011

El humor de Ramón

Por un venturoso azar, buscando documentar unas greguerías de Ramón Gómez de la Serna, doy con este valioso cortometraje de 1928 que nos acerca, como si fuera hoy mismo, una imagen impagable del escritor (de hecho es gratis) y de su genio humorístico. La peliculilla también revela habilidades ramonianas que acaso podían sospecharse en una personalidad tan polifacética como la suya, pero que no dejan de resultar sorprendentes.


Fue rodada por Feliciano Vítores, uno de los pioneros del cine sonoro en España, frente al gran estanque del parque del Retiro madrileño. Es una cortesía de El águila ediciones,  web que  merece una detenida visita por su especial empeño en explorar los cauces de la expresión literaria más allá del soporte impreso.

Posdata o Pisuerga. Ayer, 13 de julio, se cumplieron diez años de la muerte de Miguel Gila. Me parece que esta pieza ramoniana puede ser un buen homenaje al gran maestro que supo hacer del monólogo un concierto sinfónico de rara y desternillante perfección. De hecho (y van 2), entre el humor de Ramón y el de Gila hay un hilo común de indudable filiación surrealista.

miércoles, 6 de julio de 2011

Carreristas


Hace ya unos días que ha comenzado el Tour de Francia. Mis horas de  canícula ya tienen dueño, aunque deba compartirlas con obligaciones que no vienen al caso. En mi cabeza solo una palabra es capaz de contener el juego de emociones, naturalmente ligadas a la infancia, que el deporte más hermoso del mundo aún me produce: ha llegado la hora de  los carreristas.

Imagen tomada de elespectador.com

Postdata del 18 de julio
Añado algunos argumentos visuales de peso a través de este enlace pescado en el admirable blog de Montano.
(Por cierto, una foto similar a la de los girasoles fue la primera opción que manejé para encabezar este post.)

lunes, 4 de julio de 2011

American Pie

American Pie, el disco (1972)
Al parecer todo el día han estado corriendo por la red rumores presuntamente nacidos de lo que se suele denominar fuentes bien informadas que aseguraban que hoy 4 de julio el presidente Obama había sido asesinado a tiros por un francotirador solitario mientras participaba en un acto político en Iowa.... Al parecer todo el día han estado corriendo por la red rumores surgidos del saqueo de una cuenta de Twitter que aseguraban que Obama había sido asesinado por dos disparos realizados por un tirador solitario que lo hirieron en el cuello y en la zona pélvica con gravedad tal que se produjo su muerte de forma casi instantánea... Aún se podría añadir una tercera, cuarta y enésima versión con leves o no tan leves variantes sobre esta instantánea leyenda urbana que -ya se verá- sin duda ha de cazar a muchos incautos y que incluso puede poner en marcha una nueva ola conspiranoica (todo el mundo sabe que Obama es solo un doble),  una más de las que nacen cada día sin que nos demos cuenta. A estas horas, 22:00, mientras por estos lares (y laras) IU corre presurosa y pisando cayos hacia el suicidio, todavía pueden verse en Internet páginas como ésta en la que el relato de la «noticia» sobre Obama (porque noticia hay) contraviene todas las normas que creíamos exigibles a la presentación de una... noticia. Es algo así como la actitud de aquel predicador ultramontano y más tramposo que un vendedor de crecepelo que solía empezar su sermón con un rotundo: «¡Dios no existe!»...  y solo tras unos segundos de suspense astutamente manejados se decidía a añadir: «... dice el impío en su corazón». ¿Cuántos miles de personas habrán creído a pie juntillas o a pies juntillas o incluso a pie juntillo -que de ambas tres formas admite la locución adverbial  la plantilla del diccionario sobre el que estas líneas se están escribiendo solas solas solas- la impactante antes que falsa (o en ese orden) noticia que afirmaba que el presidente Obama había sido asesinado asesinado asesinado...  ?

Hoy es 4 de julio. Un buen día para escuchar a Don McLean. Ya tenía yo ganas de poner aquí este American Pie que escuchaba hace más de tres décadas en lugares insospechados y en un tiempo en el que pese a las carencias indecencias y maledicencias de toda índole que nos rodeaban tan solo parecía existir verdaderamente el hecho bruto de una juventud que entonces nos parecía interminable.

Los hackers que tan estúpidamente bromean con los indecisos avatares de la delgada frontera entre el ser y el no ser en el fondo saben que hay un sentimiento al que nadie consciente logra sustraerse: estamos vivos de milagro.




viernes, 1 de julio de 2011

Luis Alberto de Cuenca, en su reino blanco


Leo de un tirón, quizás como no debiera hacerse pero sin poder evitarlo, El reino blanco (Visor, 2010), el último libro de poemas de Luis Alberto de Cuenca. Reúne noventa composiciones, incluidos “quince haikus asonantados y cinco seguidillas fetichistas”,  escritas en su mayoría durante 2006 y 2009 y agrupadas en diez secciones de perfecta unidad temática. 

El título, como aclara el autor, procede de una obra de Marcel Schwob, en concreto del penúltimo capítulo de Le Livre de Monelle (1894), una historia de amor imposible dibujada por el escritor francés a través de una prosa poética de dicción simbolista. Es un título preciso y sugerente que apunta hacia un espacio secreto y acaso legendario. Puede que aluda a un lugar o experiencia no del todo nombrable tal vez por de sobra conocido. Pero también hace un guiño, me parece,  a la “poesía de línea clara”: la palabra poética concebida como “fiesta en la que quepan todos”, según reza un poema de este libro,  en una nueva plasmación de la postura estética que LAC, al menos desde el hito de La caja de plata (1985), encabeza como maestro indiscutido dentro de la llamada poesía de la experiencia o, acaso con mayor propiedad, poesía figurativa.

Y ese sigue siendo el santo y seña del poeta: la claridad, un saber decir con tal propiedad, derechura y aparente sencillez que parece que las palabras hubieran nacido para acomodarse como aquí lo hacen, establecer sin violencia vínculos nuevos que a menudo traen a la memoria antiguos parentescos, forjar acuñaciones sentenciosas que en más de una ocasión se diría que están en peligro de ir a despeñarse desde el promontorio de los tópicos, pero que siempre remontan el vuelo. Y no sólo eso sino que tienen la virtud de darle la vuelta al escenario o al clima sugerido para situarnos en un territorio nuevo: en una provincia desconocida del reino blanco.

La poesía de Luis Alberto de Cuenca tiene, entre otras, una virtud muy apreciable: se disfruta a la primera, entra por los ojos, es tan legible que a veces uno tiene la impresión de que ya la conoce o incluso de que lo que está leyendo es justamente lo que esperaba leer. Es una cualidad que puede favorecer la lectura superficial, la impresión de que, puesto que todo está tan claro, en el poema no hay nada más y sus palabras se consumen con nuestra lectura igual que uno se bebe de un trago un vaso de agua fresca. 

Puede que en algún caso sea así bendita agua, pero no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que la mayoría de las veces estos poemas tienen una oculta complejidad, eso que suele denominarse “diferentes niveles de lectura”. Una complejidad  que permite releerlos con atención creciente porque hay aspectos que no se revelan fácilmente y que sólo la lectura pausada, en varias direcciones interpretativas, y a ser posible en voz alta, logra descubrir. No en vano,  «Sueño parisiense», el poema que abre el libro, concluye con lo que podría parecer una consigna barroca para iniciados, mezcla de invitación y desafío: «Sólo entra aquí quien lucha por entrar».


Campos de amor

Los temas son los habituales en la poesía de LAC. Fruto en su mayor parte de una libido sentiendi o mirada sensual a cuya luz se entiende bien la exaltación de la belleza, la placentera evocación de los recuerdos felices y el afán por el gozo del instante, muchos de los poemas de este libro caen de lleno en lo que podríamos denominar poesía amorosa, incluida una pieza como «La maltratada», que apunta a un asunto de trágica actualidad y donde la voz femenina que se lamenta en primera persona por haber sido enterrada en vida y condenada al “vacío, la ausencia, el desamparo”,  aún es capaz de evocar “aquel campo de amor que cultivamos juntos”.

El amor es, vuelve a ser, el gran tema de la poesía de LAC, y como en obras anteriores, es en él donde el autor cifra junto con la biblioteca y los amigos los únicos bálsamos capaces de ofrecer consuelo frente a la decadencia, el sufrimiento y la muerte. 

Sueños, retratos, recuerdos, “caprichos”, meditaciones propias del otoño y diversos tipos de homenajes (entre ellos, un tríptico en memoria de Foxá) son, junto con los citados haikus y seguidillas, otros núcleos que abastecen una obra en la que el humor, la ironía, la suave erudición (aunque sus fundamentos tengan hondas raíces) y el buen gusto salen al paso en casi cada página, a veces también con algún texto cuyas circunstancias no parecen superar la mera, pero casi siempre feliz, ocurrencia.

Entre mis poemas favoritos del libro señalaré dos: en primer lugar, «El Cuervo», el poema más largo (él solo ocupa una sección), un logrado homenaje al arte compositivo de Edgar Allan Poe y al ancho mundo de misterio y emoción que la obra del “genio de América” convoca; y en segundo lugar, «En la muerte de Joker», una elegía que no pasará inadvertida a nadie que haya compartido algún momento de su vida con un perro (u otro animal de alegre compañía). Aquí lo copio.


En la muerte de Joker

Ahora sí que te has muerto de veras. Hace años
que escribí tu epitafio, poniéndolo en tu boca,
con un solo objetivo: demorar tu partida,
matarte en mi poema para que no pudieses
morirte de verdad. Pero ese fingimiento, 
neurótico y absurdo, para evitar la pena 
—o, al menos, aliviarla— no ha servido de mucho, 
porque te has muerto, amigo, te has ido para

                                                               [siempre
de este maldito mundo y has cruzado el espejo
rumbo a nada y a nadie. Tu sillón favorito, 
aquel que le quitaste a Inés y acribillaste 
de pelos, está triste sin ti, sin tus babosas
fauces, y tus juguetes se han quedado muy solos.
Y los demás, ¿qué haremos sin ti? Ya no podremos
acariciar tu testa de príncipe perruno,
ni pasear contigo por las calles gastadas
de la ciudad, ni hablarte con alegre ternura.

Perro fiel, distintivo de libertad y asombro
ante la vida, escudo de abnegación a cambio
de una leve caricia, cumbre de lealtades,
 
nos has dejado el alma en carne viva, rota,
con tu muerte, y los ojos arrasados en lágrimas.
Desde el país del sueño eterno donde habitas,
querido
 Joker, suéñanos y espéranos, que pronto
volveremos a estar para siempre contigo,
contigo donde nunca.
  

El poeta Luis Alberto de Cuenca en su casa-biblioteca de Don Ramón de la Cruz. Foto de Antonio Astorga, tomada de aquí.
 Escribí este comentario hace unos meses, recién aparecido El reino blanco, pero por alguna razón se había quedado en la gaveta de manuscritos de la Posada. Al salir a colación el libro de Marcel Schwob, en un comentario dejado por Virgi en mi última entrada, me he acordado de él y he ido a buscarlo.


viernes, 24 de junio de 2011

Compañero Peter Falk


No es difícil suponer que Colombo, el destartalado y perspicaz detective al que dio vida eterna (al menos mientras la imagen dure) el actor Peter Falk, al conocer la noticia de la muerte de éste, se habrá dado la vuelta desde la puerta del fondo y, sin salirse de los estrictos límites de su gabardina, habrá clavado sus ojos listos y benevolentes en un lugar indefinido de la escena para volver a decirlo: «Solo una cosa más…»

Esta vez, sin embargo, el caso estará cerrado y no habrá ninguna vuelta de tuerca que permita resolver el enigma.

O quizás sí.

Quizás, en la siguiente escena, en la mente perdida de Peter Falk se hayan ido abriendo paso los recuerdos del ángel imaginario que un día fue y, en un Berlín celestial y en ruinas,  volverá a contarle al ángel que aún es Damiel (Bruno Ganz), ya herido por el deseo, algunas experiencias sencillas y gratificantes del hecho de ser hombre. Un diálogo que, de tan real, parece imaginario. Y viceversa. (Incluso en italiano.)

Descanse en paz el actor que produjo tantas horas de felicidad y a través del cual era tan fácil percibir que la condición humana puede inspirar una infinita ternura.

Imagen, Peter Falk como Colombo. Tomada de AllPosters



jueves, 23 de junio de 2011

Canción del agua nueva de San Juan


Agua limpia de San Juan,
todo viene y todo va.
Pero las penas se quedan
en el camino de piedra.

Agua de la mañanita
alegre del día más largo.
Agua que toda la noche
han estado vigilando
las hadas blancas del bosque
y el señor de los castaños.

Agua fresca de San Juan,
todo viene y todo va.
Pero las penas se quedan
junto al río, entre la niebla.

Agua lustral, sanadora
de todos los sueños malos.
Agua en la que el sol refleja
recién nacido su alado
resplandor. Agua secreta
que durará todo el año.

Agua nueva de San Juan,
todo viene y todo va.
Pero queda una gran pena:
quien la canción me enseñara
              ya no está.

Imagen superior, Amanecer en Entre Ríos. © Luis Niez.



lunes, 20 de junio de 2011

Armas del 15-M

De igual modo que las envolventes notas del Himno a la alegría van abriéndose paso en el cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven, hasta lograr imponer la melodía y el mensaje rotundo de la canción, el movimiento del 15-M, también llamado de los indignados pero no carente de buen humor y gusto, sigue conquistando con sus gestos y acciones un significado cada vez más claro en el borrascoso panorama político y social.

Uno de los momentos más emotivos de la manifestación de hoy en la plaza de Neptuno de Madrid ha sido, precisamente,  la interpretación por parte de una orquesta formada a lo largo de las últimas semanas en el seno del 15-M de la célebre composición de Beethoven, himno de esa Unión Europea que parece tambalearse y símbolo de valores como la fraternidad y solidaridad, hoy en ella puestos en entredicho.

He podido vivir ese instante, intenso, emotivo, revelador, al pie mismo del lugar acotado donde la orquesta, integrada por un centenar de músicos, y un coro de unas pocas decenas de voces han logrado desplegar sus atriles y partituras para llevar a cabo una interpretación llena de fuerza y entusiasmo, ante el respetuoso silencio de los miles de reunidos y bajo el implacable sol de junio (eran exactamente las 15:15).

Al concluir, los músicos han alzado sus instrumentos y pentagramas al cielo, los reunidos hemos levantado nuestras manos, y todos nos hemos unido durante un buen rato en un clamor que ha llenado la plaza:  «¡Estas son nuestras armas!»

Un clamor que sin duda ha tenido que resonar entre las paredes del cercano Congreso de los Diputados.  Donde (hoy estaba vacío, pero mañana no) sería deseable, también exigible, que de una vez alguien se diera por aludido.

Por  cierto, el camino al Congreso estaba adecuadamente protegido por una triple barrera de vallas de seguridad, tras la que se alineaba una numerosa dotación de vehículos de la policía nacional. Pero, varios metros por delante de ellos y cruzando de lado a lado la entrada de la Carrera de San Jerónimo, un gran letrero compuesto por letras muy coloristas, cada una dibujada sobre una pancarta independiente, dejaba flotando en el aire una sola palabra: «R E S P E T O».


19-J en Neptuno, Madrid. Foto tomada de 20 minutos.es


viernes, 17 de junio de 2011

Eternidad, etc.

«Siendo todavía niño oí ya hablar de la vida eterna».
 (San Agustín, Confesiones, I, 11)

«…la mer alée avec le soleil…» 
(A. Rimbaud)


 Edward HopperRailroad Sunset (1929), Whitney Museum of Art.


(Tren de ida = eternidad)


Siempre cayendo
o subiendo siempre
Siempre arriba
y abajo
y siempre es siempre
Siempre luces
o sombras
siembras siempre
Ni decirlo lo agota
ni una gota lo agota
Porque siempre por qué
y por qué siempre
Si dices siempre
y siempre dice siempre
Y no se acaba
nunca siempre nunca
Nunca pero por qué
si nunca es nunca
Por más que digas nunca
no se acaba
Y nunca es siempre nunca
y siempre es nunca
Y siempre no se acaba
y nunca es siempre


jueves, 16 de junio de 2011

Bloomsday (y no)


Pese a que se lleva celebrando desde el mismo año en que nací, nunca he conseguido estar en Dublín para el Bloomsday.

Hace unos meses, la divertida y hasta emocionante lectura de Dublinesca, de Vila-Matas, potenciada por la presencia en la historia como personaje de una vieja amiga, me volvió a poner los dientes largos.

Y me hice el propósito, entonces creía que firme, de asistir este año a la fiesta que cada 16 de junio festeja al Ulysses siguiendo por las calles de la capital irlandesa las huellas y ebriedades de Leopold Bloom.

Incluso surgió un vago proyecto de viaje entre amigos y colegas, que finalmente también sucumbió bajo el peso del adjetivo.

Así que, dejando a un lado el famoso palíndromo (de mil padres) que describe un curioso camino de ida y vuelta  De Mahoma a MohameD, pero cayendo de lleno en el tópico viajero corrector de la proverbial pereza del profeta (y perdón por el rodeo), si no es posible ir a Dublín algo habrá que hacer para que Dublín, de algún modo y tal día como hoy, venga a la Posada.

Que sea con música (nada hay más alegre que el sentido del ritmo del pueblo irlandés, al que tanto deben muchos géneros musicales). Y que sea de la mano de toda una institución: The Dubliners. La canción que interpretan, Wild Rover,  es una de las más populares del folclore local. Incluso se enseña a los turistas que viajan por el país para que la canten a coro en los largos desplazamientos por la mágica y arriscada geografía de la isla.

Las pintas corren por cuenta de la casa.

(En la imagen, el pub James Joyce, en la calle de Alcalá de Madrid, otro consuelo posible para los ataques de nostalgia celta).



martes, 14 de junio de 2011

Borges XXV



El hombre que fue Borges
se le revela en sueños
al lector que ha cerrado,
no los ojos, el libro
de la noche sin fin.


[Anteayer, víspera de san Antonio de Padua, se clausuró la Feria del Libro de Madrid.  Hoy, 14 de junio, se cumplen 25 años de la supuesta muerte en Ginebra de Jorge Luis Borges.  «Mañana… ¿cuándo es mañana?», preguntan una y otra vez los emboscados .]

viernes, 10 de junio de 2011

Siempre un adiós


Noche Único Reino Posible Mientras Estamos Solos
Único Reino Posible Mientras Estamos Solos
Reino Posible Mientras Estamos Solos
Posible Mientras Estamos Solos
Mientras Estamos Solos
Estamos Solos
Solos

Somos
Estela Mínima
Mínima Presencia Real
Presencia Real Útil Negado
Real Útil Negado Somos Estela
Útil Negado Somos Estela Mínima Presencia
Negado Somos Estela Mínima Presencia Real Útil

Jorge Semprún retratado por Gorka Lejarcegi, 2001

Somos Estela Mínima Presencia Real Útil Negado
Estela Mínima Presencia Real Útil Negado
Mínima Presencia Real Útil Negado
Presencia Real Útil Negado
Real Útil Negado
Útil Negado
Negado

Noche 
Único Reino  
Reino Posible Mientras  
Posible Mientras Estamos Solos 
Mientras Estamos Solos Noche Único 
Estamos Solos Noche Único Reino Posible
Solos Noche Único Reino Posible Mientras Estamos

(Un homenaje a Jorge Semprún)