El Botones Sacarino, personaje creado por Francisco Ibáñez en 1963. Apareció como un personaje secundario en las páginas del tebeo DDT. Luego fue ganando protagonismo. |
jueves, 30 de marzo de 2023
CON LA S DE SACARINO
miércoles, 29 de marzo de 2023
La patria chica
(Al filo de los días: recuperando el hilo). Sobre extremos de amor patrio. Hace tiempo que vengo sosteniendo —un poco en broma, pero no sin serios y precisos argumentos— que Talavera de la Reina, mi patria chica, bien podría haber sido la capital de la tercera provincia extremeña. De hecho, una parte notable de su «Antigua Tierra» está ahora en la comunidad vecina, mientras que sangre verata o morala —al igual que gallega o andaluza, castellana o incluso manchega y ahora de diversos pueblos de la Panhispania— corre por las venas de muchos talabricenses (el preciso gentilicio que algún día será de uso común y tan natural como el agua del Tajo, que volverá a correr fuerte y caudal).
El asunto del amor al terruño suele tener curiosas derivas sentimentales y, a menudo, levanta muros de mucha bobaliconería, por completo absurdos en un mundo hiperconectado como el actual. Pero en no pocas ocasiones es el mejor— a veces el único— combustible para quemar las inercias y poner los motores en marcha. Al fin y al cabo, sentirse conectados con el mundo a través de un ‘enchufe’ es lo más parecido a tener una buena cobertura de wifi y poder navegar sin interferencias. O algo así. Tal vez habrá que ir afinando un poco y poniendo al día las metáforas hipercibernáuticas de los webos.
A estas alturas, no tengo problemas —todo lo contrario— para sentirme «autóctono» del lugar donde vivo (¡viva Madrid, la Prospe resiste!), y me creo capaz de asimilar sin ningún reparo cualquier paisanaje que me haga tilín. De hecho, he decidido llevarle la contraria al gran Groucho e inscribir como consigna en el registro de la propiedad de ocurrencias la siguiente contradictio: nunca diré que no a ningún club que admita entre sus socios agentes como yo. Lo cual no significa que le diga que sí. No sé si me entendés, baudeleriano amigo, mi hermana, ni semejante!
LA EVAPORACIÓN (9)
Picasso: La comida del ciego, 1902-1903. Metropolitan Museum, Nueva York. |
Y a menudo necesitábamos poner nuestros dedos sobre un cuenco de barro y sostener en nuestras manos un currusco de pan para no perder, no ya la memoria de los cuerpos concretos, sino la sensación, cada vez más huidiza, de algo que de verdad fuera real.
viernes, 24 de marzo de 2023
El móvil como rosario (de la aurora)
(En voz alta). Lo que se cuenta en este artículo de Byung-Chul Han es lo que otros llamamos “la evaporación”. Gentes sumamente ingenuas en lo tocante al poder de estas tecnologías sostienen que ‘la cosa’ no va con ellas porque sólo cojen lo bueno y no le buscan, por así decir, tres pies al gato. Ojalá tuvieran (o tengan) razón, más allá de los síntomas evidentes de que, como dijo y demostró hace ya muchos años el nunca suficientemente valorado McLuhan, los medios son el contenido. Y el masaje. Libertad para todos. La principal enmienda a cualquier queja es que usted, Jeremías, puede hacer ahora mismo mutis por el foro y dejar de quejarse. Aunque, naturalmente, eso no le garantiza que pueda salir de este laberinto. Tarde o ya casi dentro de nada, FB será el camposanto más profano y extenso de este mundo sublunar. La duda es si no lo es ya. Y aún no nos hemos dado cuenta. Qué razón tenía Xiquito al reiterar su muletilla nipona: «¿Tedascuen, pecadol!».
LA BUENA COMPAÑíA
Jardines del Príncipe de Anglona, en el barrio madrileño de Palacio. Foto de Madrid Film Office. |
CON LA T DE TRIBULETE
Así, de pronto, m’acuerdo del Reporter Tribulete, que debería ser “repórter”, pero solía aparecer, creo, sin tildar: y si lo verbalizo me suena como agudo… Sí, ya veo, oh lectora o lector coetáneos, cómo se ilumina en vuestras neuronas saturadas la figura más bien chaparrita, de infinito flequillo, nasoafilado, del periodista de tebeo, zascandil y bien dispuesto a fisgonear por aquí y acullá, tal como recordaba su ripio de presentación: “El reporter Tribulete, que en toda partes se mete”. Aunque ese hilo y el yoyó que se estira al final de la rima lo que trae prendido es otra musiquilla inolvidable (póngase el acento chulapón):