miércoles, 30 de marzo de 2022

Os dedos

(Al filo de los días). Como un secreto casi perdido en la memoria, tal vez como uno de aquellos tesoros que de niños inventábamos con tan sólo poner un poco de papel de plata debajo de un trozo de cristal para cubrirlo luego con tierra, así resuena en algún rincón muy íntimo la canción con la que alguna vez mi madre me enseñó a nombrar los dedos de la mano en gallego, una de esas retahílas básicas que tienen todas las lenguas, que nunca se olvidan y que, si bien se mira, son a modo de brújulas mágicas que nos permiten navegar por muy diversos mares.

Este é o dedo meniño,
este é o seu padriño,
este é o pai de todos,
este é o furabolos
e este, o matapiollos.
Toda una lección, por otro lado, de usos y costumbres, a partir de la cual aún podemos acercarnos a aspectos muy curiosos de nuestra historia.

ALGUNAS VICISITUDES Y TRAVESÍAS ...

ALGUNAS VICISITUDES Y TRAVESÍAS

DE GENTES CON PODER Y GRADUACIÓN

Y OTRAS DE GENTES DEL COMÚN QUE TAMBIÉN CUENTAN

Caspar David Friedrich: En el velero, 1819.
Museo del Hermitage, San Petersburgo.


La humana condición, a lo largo de su dinamitada historia, acumula tal variedad de peculiaridades, excepciones y rasguños que omnipotente y hasta milagrosa podría considerar la mente capaz de hacerse cargo, no ya de su totalidad, sino tan sólo de la punta emergente de ese monte de laderas submarinas sobre el que algunas tribus, no especialmente belicosas, situaban el espacio preciso para el encaje del ara sacrificial; y otras, amansadas en la arena del desierto, la peana de andas portadoras del arca de la alianza. No sabemos si Perec, tan dado a dejarse tentar por hipótesis sin coartada —también a sacarse de continuo conejos de su barroca chistera— estaría pensando en algo semejante cuando, sin ningún género de dudas y sin dudas de género, situó, uno tras otro, a ‘El sultán Selim III que alcanzó ochocientos ochenta y ocho metros’, seguido por ‘El sargento jefe que murió de una absorción masiva de goma’ y, como tercero en discordia y franca contradicción, ‘El segundo de abordo del “Fox“ que descubrió el último mensaje de Fitz-James‘. De todos estos tuvo noticia ‘El joven estudiante que se pasó seis meses en su cuarto’ y es probable que también estuviera advertida de ello ‘La esposa del productor que marchaba para una nueva vuelta al mundo’, sin que quepa descartar que ese conocimiento contribuyera a despertar en la dama un ya maduro apetito circunnavegador y sus tal vez tímidos pero muy consistentes deseos de aventura.
(LUN, 791 ~ Perec al paso, 61-65)

martes, 29 de marzo de 2022

KAFKIANA


Al despertar del día de marras y de su cita con la hacienda pública, a K. lo asaltó, sin saber de dónde, una imprecación que, vertida en román paladino, bien podría enunciarse así: «Mecagüen to’ lo que se menea». Explicar el trasfondo de aquella ocurrencia sobrevenida le llevaría a demorarse, y además muy minuciosamente, en la escritura del Proceso hasta tratar de entender las interioridades del Castillo, con sus múltiples subterráneos, pasadizos y mazmorras. Sin olvidar, claro está, el foso infestado de caimanes, hienas locas, reptiles chupópteros y toda una legión de fadas corrupias. «Lo indudable, cagüendies —se dijo el asistente de K, imitando sin casi advertirlo a su convecino Nostra—, es que hay un buen tajo por delante».
(LUN, 792)

Ilustraciones de Luis Scafati
para una edición de El castillo, de Franz Kafka,
publicada por Sexto Piso en 2015.

lunes, 28 de marzo de 2022

Adiós a Mario Muchnik

Mario Muchnik durante la presentaciòn de sus memorias.
Foto: Casa América.

(En voz alta). Ante el fallecimiento de Mario Muchnik no faltará quien hable de la desaparición de uno de los últimos grandes editores a la antigua usanza, gente de cultura extensa y de tan probada como pertinaz vocación lectora. Fue el suyo un empeño mantenido con aplomo y decisión allí por donde pasó (transitando en parte, y sobre todo en términos pecuniarios, ‘de fracaso en fracaso’) y su sabiduría editorial, quintaesenciada en sus postreros libros de memorias, nos ha dejado lecciones impagables, más allá de ese ya feliz tópico que consiste en saber que en las industrias de la letra empresa y territorios afines “lo peor no son los autores”.

Durante sus años en Anaya, donde siempre fue una especie de mirlo blanco, incomprendido y hasta “chanceado”, aún llevó a cabo alguno de sus muy valorados ‘descubrimientos’, botines nobles que sumar a sus tratos con Cortázar, Canetti, Bruce Chatwin… Así, por ejemplo, fue él quien le dio la primera gran oportunidad seria a Javier Reverte para despegar desde la palestra del periodismo de campaña a la narrativa pura y dura. Su trayectoria, en los puntos que de verdad importan, ha sido todo un ejemplo de osadía e inteligencia. Y su intento de aunar ciencias y humanidades, potenciado por su formación como físico, sin duda marcó una vía por la que otros transitaron, y aún sigue teniendo plena validez. Descanse en paz y que le sea leve el tránsito al país de todos los libros.

domingo, 27 de marzo de 2022

LA EZCALERA


Escalera del campanario de la catedral de Coria (Cáceres),
diseñado por Manuel de Lara Churriguera.

Tras pasar el zaguán y penetrar en la cripta, el joven vampiro, algo zangolotino e inexperto del todo, confundió la zona rinconera de los féretros con la zacristía inferior, y cuando quiso darse cuenta había quedado atrapado en el azogue zigzagueante de un falso ezpejo que hallábase escondido en el ojo zurdo de la ezcalera. ¿Lograría zafarse algún día? Quién lo sabe. Por zi acaso, no os demoréis en la contemplación de los vidrios soplados.

(LUN, 794)

viernes, 25 de marzo de 2022

EL DÍA EN BLANCO

Jack Vettriano: Te Singing Butler (“El mayordomo cantante”).

Y así, entre giros, nubes, voces, cercanías, intensidades, reflejos, alusiones, veleidades, velas, fosfenos, rompientes, lunaciones, alegorías y sonrisas fuimos pasando el día en blanco. Quedan nueve meses para la Navidad.

(LUN, 796 ~ De la vida misma)

jueves, 24 de marzo de 2022

En Sin Tarima con Celia y los demás


Fue una tarde-noche algo desapacible en lo exterior, pero en la singular cripta de Sin Tarima logramos pasar un buen rato de amistad y buenas palabras. Fue posible gracias, sobre todo, a mi muy querida amiga Celia Ruiz Ibáñez, que prestó su voz y su arte a una muy atinada selección de poemas, a los que hice improvisados comentarios ante un público de amigos siempre remando a favor. Uno de ellos, Antonio Del Camino, lo cuenta aquí con generosidad. Pudimos después compartir las primeras horas de la noche en “franca camaradería”, entre birras y risas. Gracias a todos.