martes, 9 de abril de 2019

Adivinendanzas

Ramon Casas: Ramon Casas y Pere Romeu en un tándem, 1897.
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona.
—Juguemos a las divinatorias —propuso Monar.
—Ahí va la primera —dijo Repe—:
«Si el enamorado fuera 
muy bien leído
sabría el nombre de la dama
y el color de su vestido».
—¿Fácil, no? —dije yo mirando al respetable.

...

lunes, 8 de abril de 2019

Un golpe de conciencia

La imagen puede contener: nubes, cielo y exterior
«El cielo sobre una casa amiga». El Provencio. Foto: © AJR, agosto 2018.
(Sobre una “recapitulación” de Octavio Paz)
Poesía es un golpe de conciencia,
el ojo que se ve: el aleteo
de un pájaro que cruza mientras leo
en el aire las huellas de su ausencia.
Voz que se sabe canto, intermitencia
de la luz convertida en balbuceo
ante el cuerpo que enciende mi deseo
y aviva mi memoria: sed, presencia.
Poesía es la leve transparencia
que le da brillo al polvo, silabeo
que en la boca comienza a desdecirse.
De su rastro, tan sólo la inminencia
del instante nombrado es el trofeo
que al perderlo se gana: oírse o irse.

La congregación

Adolf Menzel: La habitación del balcón, 1845. Alte Nationalgalerie, Berlín.
Aquellas criaturas aún no inventadas comenzaban a manifestarse. Se percibía una extraña fuerza en su lucha por librarse de la invisibilidad. Por eso no me extrañó que me salieran al paso cuando buscaba un lugar donde pasar la noche. «¿Podrás evitar —me preguntaba con un punto de angustia— mirarles a los ojos?». Era la única forma de conjurarlas. Pero no pude. De modo que no he tenido más remedio que unirme a ellas.
...
...

domingo, 7 de abril de 2019

Ecos

Paseo en los jardines del Prado, en Talavera. En su momento fue el «paseo de las silllas». Foto El Pachinko.
Pienso en que algunas de las mejores y más gratificantes conversaciones que he tenido en los últimos años se han quedado aquí, en las Redes (foros, blogs, muros, messenger, tuits...) y de vez en cuando vuelven, como ecos desde el fondo de un pozo. Echo de menos las cada vez más raras pláticas cara a cara, las tertulias infinitas en la madrugada (en el paseo de las sillas, en los sillones bajos de los cuartos o pisos de estudiantes, en los bares de cierre tardío), incluso el intercambio de voces al teléfono. Pero a cambio estos nuevos intercambios (valga de nuevo el eco) tienen un poder de resonancia y reduplicación de la realidad tan poderoso que por fuerza incitan a pensar que estas herramientas van a cambiar la cultura humana..., ya lo están haciendo, aunque no seamos (o no nos atrevamos a ser) conscientes del alcance de tal transmutación.

Recuerdo de Martín Ferrand



(Visto y oído en voz alta). Manuel Martín Ferrand era, sin ninguna duda, el periodista español que yo más admiraba cuando me matriculé en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, en septiembre de 1974. Seguidor desde su programa inaugural de Hora 25, el vespertino radiofónico que él creó en la cadena Ser, mantuve desde entonces una gran atención a su peripecia profesional y su trabajo, sin excluir las discrepancias. Esta entrevista de 2012 está llena de datos y relatos del máximo interés, incluida alguna sabrosa confidencia sobre el 23F, y contiene muchos nombres que yacían olvidados en el túnel de la memoria, pero que al ser evocados cobran vida e imagen. Poco acorde con los actuales usos velocísimos (y líquidos) del “consumo de información”, estoy seguro de que estos casi 40 minutos de distendida y bien planteada entrevista serán apreciados, y puede que también matizados y contrastados, por los interesados en la historia del periodismo español. Un documento valioso.

Aquel verano

La imagen puede contener: cielo, cancha de baloncesto y exterior
«Evocación idealizada de Eburia desde el futuro». Foto: cortesía de © Luis Sanchez Molina
Salí de la imprenta-librería de Ramiro Gómez con los dos primeros ejemplares de la colección RTV, La Tía Tula y Cien obras maestras de la pintura. 25 pesetas, ambos: cinco duros. No eran los primeros libros que compraba, pero sí la confirmación de que una dedicación importante en mi vida iba a ser la compra de libros. Enfilé hacia la plaza y la calle del Sol, de regreso a casa, más contento que unas pascuas. No veía en aquel momento ni una sola sombra en el horizonte. Ya entonces era muy ingenuo. Y no faltaba mucho para que comenzara a ser un descreído. Eran, claro, otros tiempos. Y otra la ciudad. E incluso a veces tengo la impresión de que otra vida.
...

sábado, 6 de abril de 2019

Vecinos

La imagen puede contener: árbol, nieve, cielo, planta, exterior y naturaleza
Claude Monet: La Pie (“La urraca”), 1868-1869. Musée d’Orsay, París.
—Lo veo un sí es no es ensimismado, querido amigo —me dice.
Viene con el carrito de la compra en una mano, y en la otra uno de esos paraguas con lágrimas de colores que se iluminan con la lluvia.
—No, nada —le contesto—, sólo ando algo tocado por la nieve de abril.
—Ah, es eso. No es la primera vez.
—No, claro. Y confío en que no sea la última.
Me despedí haciendo un leve gesto de quitarme el sombrero. Sé que él, buen cinéfilo, sabrá apreciarlo en lo que vale.
Ví entonces cómo una urraca valiente se posaba en la valla de Santa Matilde. «¿Dónde te he visto antes?», pensé. No tardé en encontrar respuesta.
...