miércoles, 4 de septiembre de 2013

La sal (2)*


Al volver sobre sus pasos se dio cuenta del error. Pero ya era tarde. Su suerte estaba echada. A sus pies. Inmóvil.


Vendedora de Lotería, con «números raros». 
Foto: Getty Images.


*Nota post: cacharreando en las tripas del blog, descubro que ya había otra entrada titulada "La sal", de ahí que haya variado levemente el título de esta. Por cierto, se anuncia la llegada a las librerías de la nueva novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, titulada La sed de sal. Es un gran consuelo saber que estas lides verbales siguen suscitando el interés de mentes tan despiertas.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sin sueños


... Y hay días, como el de hoy, en los que al despertar estamos deshabitados de sueños, en medio de la mañana y de la nada, desasidos de toda realidad, cuerpos a la deriva sin apenas conciencia de sí mismos, fantasmas que no saben que lo son, larvas de una forma de vida aún no previsible, seres de gestos vacantes, un puñado de nervios y de sentidos que se aproxima al mundo como el que sucumbe bajo una invasión, templos clausurados donde al empezar a reflejarse la luz se descubren rincones inverosímiles, paisajes de los que poco a poco se va retirando la niebla, voces que nos llegan desde el otro lado del río y a las que no tardamos en poner rostro y gestos, zumbidos de insectos en la canícula de la charca, fotogramas en blanco de una película cuyas imágenes hace tiempo que concluyeron y que sin embargo siguen proyectando sobre el lienzo el marco dentado transparente de un movimiento inacabable. No es fácil encontrar, en el vacío de la hora primera, la imagen capaz de incorporar el mundo. Con el hojeo, sobre el álbum interior, para ir probando o indagando cuál podría servirnos, se pone en marcha una curiosa forma de evocación siempre gobernada por la mayor o menor riqueza del material disponible, también por la cualidad y las características de los barros, tornos, moldes y aguas, sin olvidar el peso del paisaje dominante y el vuelo de las horas, todas esas contingencias y necesidades que han ido construyendo una sensibilidad. Es indudable que de la conexión con esa materia boscosa (iba a escribir "viscosa", pero la corrección hace ganar mucho a la frase) surge la capacidad expresiva: el arsenal de imágenes se nos antoja vastísimo e incluso creemos que siempre estaremos en disposición de traer al mundo nuevas criaturas de la imaginación. Pero también somos conscientes, y cómo, de que esa capacidad está limitado por nuestras rémoras (curiosa palabra que merece la pena repescar en el diccionario). La pregunta queda en el aire: en el ser humano, ¿la capacidad de soñar es infinita? Cuando hayamos descubierto las leyes últimas del universo es probable que aún estemos empezando a destapar el brocal de las profundidades de nuestra mente. Pensar que los grandes secretos están dentro y no fuera produce vértigo. Y más aún la sospecha de que "dentro" y "fuera" sólo son dos estancias distinguibles en el campo de las teorizaciones, pero que en realidad no hay tal sino una superficie plana, devoradora, refulgente: un desierto infinito en el que lo que llamamos "realidad" es solo un espejismo, la proyección física de nuestros deseos de ser y el poderoso reflejo de nuestras ansias frente a la puerta cerrada de la muerte. Nihilismos solipsistas de este tipo y lucubraciones así de peregrinas (pero en el fondo inmóviles) son lo que pone en marcha un despertar sin sueños que llevarse a los ojos, al corazón, a la pluma. Ejercicios gimnásticos de escritura. Meros gestos acaso de supervivencia.  

(Tiempo contado. Apunte del 3 noviembre 2011, jueves, 12:05)

Imagen 
Robert Motherwell: En la cueva de Platón, I, 1972. Museo de Arte de Filadelfia.

sábado, 31 de agosto de 2013

viernes, 30 de agosto de 2013

Heaney, hacia la levedad


Mientras trabajo en un texto de este blog salta a la red la noticia de la muerte del poeta Seamus Heaney. Aún andan sobre mi mesa, subrayados y pendientes de ser puestos a buen recaudo, los hermosos pliegos de elcuaderno, en su número de abril, donde, como tantas otras veces, Jordi Doce nos acercaba la figura del Nobel irlandés por medio de la excelente traducción de algunos últimos poemas y un texto revelador sobre su sentido en la trayectoria del poeta. Nada de lo que yo pudiera escribir aquí, salvo quizás el agradecimiento de un lector alertado por la sensibilidad de un espíritu noble y comprometido con la vida, podría servir para añadir siquiera un matiz a las inteligentes palabras que Jordi ha venido dedicándole al poeta en su blog (y en otras partes de su obra). En alguno de esos textos, Doce ha subrayado y elogiado, en la escritura más reciente de Heaney, el camino hacia una mayor levedad expresiva que sin embargo no le hace perder nada de su fuerza vital, de su condición de palabra necesaria para intentar descifrar el mundo y, sobre todo, vivirlo. Ese tránsito hacia la levedad culmina ahora, en la hora de la muerte del poeta, y nos deja el sentido de una vida plena que desde el fulgor de su escritura seguirá iluminándonos.

jueves, 29 de agosto de 2013

PP Gotera cabalga de nuevo

Los personajes de Francisco Ibáñez en plena faena.

Supongo que no seré el único ciudadano de este país al que no le haya sorprendido la descarada y presuntamente delictiva destrucción de la información existente en los ordenadores de Bárcenas. El también presunto (por improbable) y minucioso (por lo ominoso) borrado de huellas criminales a que los máximos responsables de la banda pepera están procediendo (y, al menos de momento, con completa impunidad) recuerda mucho a las aventuras de algunos personajes de los tebeos de nuestra infancia. No tanto quizás a las del Caco Bonifacio, otro del mismo gremio, aunque mucho menos zafio, como a las deslabazadas fechorías de «Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio». Aunque la cosa es muy seria. Grave de toda gravedad. En realidad, este secuestro o formateo de discos duros no es más que el reconocimiento explícito, a cara desnuda, de lo que el partido que nos gobierna está intentado hacer en los últimos años: borrarle la memoria al país. Y a la vista está que en muchos casos lo ha conseguido. O está a punto de hacerlo. Pero hay que seguir confiando, pese a todo, en la justicia. O tal vez mejor en que, durante alguna de esas chapuzas ya algo más que pintorescas, la casa se les venga abajo.


miércoles, 28 de agosto de 2013

Seúl blues


Hay cosas que existen con solo pensarlas.
Parece que el cuerpo les sale del alma.
Son hijas de dioses que habitan la casa.
Son voces que nacen de una luz extraña.
Hay sueños sin nadie flotando en el agua.
Reflejos vivientes entre las estatuas.
La sombra no nombra ni tacha palabras.
Hay voces a veces que tiemblan. Soltadlas.





Hace días que tenía anotado el apenas perceptible palíndromo que da título a esta entrada. Desde el primer momento me pareció lleno de promesas, aunque mis expectativas apuntaban hacia terrenos estrictamente narrativos. En concreto, hacia alguna secuencia de cine bélico que ideaba atrapar en las escuetas líneas de un micro, del que lo único que entonces sabía era que en él sonaría de fondo el ruido de la lluvia confundido con el tableteo de una ametralladora. Pero he aquí que la otra noche, viendo en La 2 un programa dedicado a los festivales del verano, se me apareció en todo su esplendor la cantante coreana, nacida en Seúl, Youn Sun Nah. Y comprendí que esa frase, sencilla y perfecta en su reflejo, no era más que el heraldo de su llegada. Una llegada que, oh azar favorable y significativo, se produce justamente hoy, 28 de agosto, día en el que la gran artista, de prodigiosa voz y gestos de seda (persíganla en Youtube), cumple 44 años. Cifra también cabal, para que todo vibre. Ya solo falta que, clin, clin, clin, esta noche caigan algunas gotas. Por san Agustín. 

domingo, 25 de agosto de 2013

Arca Sacra



Días intensos de navegación. Ayer cruzamos la Puerta de Tannhäuser y hoy hemos puesto rumbo al Confín Génesis 7-23. Estamos a punto de dejar atrás el universo conocido. En las grandes bodegas de Arca Sacra todas las criaturas que pudimos salvar duermen sin pulso. Ya he activado el proceso de hibernación de Estela, tras revisar su cápsula y besar una vez más sus labios. Me dispongo a entrar en mi camarote para el largo sueño mientras escaneo estas líneas de mi pensamiento sobre la memoria central. El programa se pondrá en marcha en treinta segundos. Todo queda a partir de ahora en manos de GZK-95, el noeneón androclónido al que tanto debemos, y su cohorte de valerosos iceenes, los recién simbiotizados Iaes Cyborges Nanoexpertos, nuestra gran esperanza. Confío en que sepan conducirnos a un lugar donde... 

Arriba, El arca de Noé (detalle), ilustración de Eduardo Arroyo para La Biblia. 
Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2404.