Los personajes de Francisco Ibáñez en plena faena. |
Supongo que no seré el único ciudadano de este país al que no le haya sorprendido la descarada y presuntamente delictiva destrucción de la información existente en los ordenadores de Bárcenas. El también presunto (por improbable) y minucioso (por lo ominoso) borrado de huellas criminales a que los máximos responsables de la banda pepera están procediendo (y, al menos de momento, con completa impunidad) recuerda mucho a las aventuras de algunos personajes de los tebeos de nuestra infancia. No tanto quizás a las del Caco Bonifacio, otro del mismo gremio, aunque mucho menos zafio, como a las deslabazadas fechorías de «Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio». Aunque la cosa es muy seria. Grave de toda gravedad. En realidad, este secuestro o formateo de discos duros no es más que el reconocimiento explícito, a cara desnuda, de lo que el partido que nos gobierna está intentado hacer en los últimos años: borrarle la memoria al país. Y a la vista está que en muchos casos lo ha conseguido. O está a punto de hacerlo. Pero hay que seguir confiando, pese a todo, en la justicia. O tal vez mejor en que, durante alguna de esas chapuzas ya algo más que pintorescas, la casa se les venga abajo.
3 comentarios:
La desvergüenza que tienen es tan inmensa que la ciudadanía no da crédito a lo que sigue y sigue y sigue pasando.
Que hayan limpiado es una prueba mas...¡a mí que no me digan, jo!
Un país donde la casta gobernante son unos ladrones, qué tristeza, qué desengaño de todo.
Totalmente de acuerdo, tanto con el contenido de la entrada como con el comentario posterior. Ahora, deberíamos preguntarnos por qué ocurre esto. Pues, en definitiva, todavía hay mucha gente que los sostiene y a quienes formateos tales les parece... hasta natural. Así nos luce el pelo.
Saludos.
Pues así es, Virgi, Antonio. Los capos del PP insisten en que son inocentes de todo lo que Bárcenas dice (hasta ahora no se habían dado cuenta de que tenían a un imaginativo novelista como tesoro, ¡venga ya!), pero hete aquí que se cuidan muy mucho de que las pruebas que deberían demostrar su inocencia no puedan llegar a la luz (¡venga ya!). Y sí, qué triste que el poder esté en manos de tanto sinvergüenza, incomprensiblemente votados una y otras vez. En cuanto a por qué ocurre: sin duda porque, de un modo u otro, son los réditos, la cosecha, del fuerte apoliticismo que se ha instalado en buena parte de una ciudadanía zombi, quizás en muchos casos ocupada simplemente en subsistir..., por no mencionar a los obviamente favorecidos por la situación y al indesmayable pelotón de los tontos útiles, que de todo hay. Y lo peor de todo es que el grado de descrédito para la democracia que esta conducta del PP está suponiendo puede ser (ojalá me equivoque) irreversible. Abrazos.
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