lunes, 4 de abril de 2011

Árbol caído

Los predadores que acudieron presurosos y voraces al pie del árbol caído para hocicar en sus ramas muertas no supieron advertir que sus babas y excrementos estaban fecundando el humus sobre el que no tardaría en brotar, como retoño insospechado de la última dinastía del bosque, el ejemplar que una vez más habría de condenarlos a largos años de impaciencia y sombra.


Fotografía: «Niebla en el hayedo». © by Urunzu.


lunes, 21 de marzo de 2011

Un día cualquiera


La poesía está por todas partes

Pero en ninguna se la puede ver

Es el reverso de Sus ojos rojos

La lengua absuelta de los sueños (o al revés)

El vendedor de rosas en diciembre

La luna que se abisma sobre el mar

La tos de todos los deshilachados

El mensaje sin menta ni miel

Pura y burlona como un número primo

Escalera de cuerdas Casa de caracol

Un periscopio encallado entre las rocas

La noche a medianoche en un portal

Poco a poco se abren paso las palabras

Y escapan por tus venas Nada más


Imagen: Henry Holiday, Dante and Beatrice, 1884. Walker Art Gallery, Liverpool.


martes, 15 de marzo de 2011

Pastoreando ayatolas


Por las escasas rendijas que en el seguimiento de la actualidad deja la tragedia de Japón, se ha colado en la Posada lo que considero una pieza mayor de periodismo. Es la entrevista que Ana Pastor, directora del programa Los Desayunos de TVE, le hizo ayer 15 de marzo, en directo y sin red, al presidente iraní Mahmud Ahmaniyedab. La periodista española, con una valentía y hasta osadía de mucho mérito, no sólo le apretó las clavijas al ensimismado y multiparpadeante mandatario, sino que estuvo a punto de hacerle perder quién sabe si algo más que la paciencia.

El contenido de la conversación, más allá de lo que haya quedado lost in translation (incluido el énfasis del traductor, que parece estar jugándose la vida), no tiene desperdicio. Pero me parece aún más interesante el espectáculo visual y, en concreto, el lenguaje no verbal que los dialogantes intercambian como otra forma de decirse lo que las palabras no pueden ni deben.

Hay, además, un factor que añade dramatismo y hasta suspense: no pierdan de vista el pañuelo que, en consonancia con los usos de la teocracia iraní, cubre la cabeza de la periodista y que poco a poco se va deslizando hasta dejarla completamente al descubierto ante su interlocutor, que quizás llega a advertirla del descuido (minuto 26:18 y 26:25) con una sonrisa nada tranquilizadora.

Todo una lección comunicativa que debería estudiarse detenidamente en las escuelas de periodismo. Es un poco larga para los usos cibernáuticos (algo más de media hora), pero merece la pena. Este es el enlace.*





* Aunque el enlace es correcto, las múltiples utilizaciones han dado lugar, al parecer, a un bucle creando un problema de redireccionamiento. Por eso he incorporado el fragmento final de la entrevista rescatado de YouTube. La entrevista completa se puede ver cortipegando la siguiente dirección:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-desayunos-de-tve/desayunos-tve-mahmud-ahmadineyad-presidente-iran/1045612/?s1=programas&s2=informativos&s3=los-desayunos-de-tve&s4=

viernes, 11 de marzo de 2011

Japón, otra herida


Algún dios infernal enfadado y enfangado o, quién sabe, quizás también entrampado (¡la crisis!), ha pegado un puñetazo en el centro mismo del Averno y la cuna del Sol Naciente ha comenzado a temblar como si la estuviera meciendo un corro furioso de titanes.

Muy de mañana íbamos, mi musa y yo, camino de Yuncos cuando nos sorprendió la noticia del terremoto de Japón en la radio. En seguida me acordé de mi amigo Navajo cuyo hijo, un joven guerrero, vive en Tokio. Nada más dejar el coche pude hablar con él (Navajo padre) y me tranquilicé al saber que ya habían logrado entrar en contacto, a través de Internet, y que el joven guerrero se encontraba sin novedad. Asustado, claro, pero con ánimo suficiente para contar la experiencia con viveza no exenta de humor en su blog, Tokio Blues. Vivió el seísmo en el piso 12 de un edificio de 15 plantas.

De regreso en Madrid, a lo largo de toda la tarde no he podido dejar de mirar, aunque fuera de reojo, las imágenes terribles que arroja la televisión (lo sigue haciendo), en especial esas escenas de la ola gigante que se lleva por delante cuanto encuentra a su paso. Qué incómoda semejanza con las imágenes iniciales de la última película de Clint Eastwood, Más allá de la vida, una secuencia poderosa y por ficticia bella que recrea el tsunami que en 2004 arrasó el sudeste asiático.

«
La sacudida ha sido tan potente que ha desplazado casi 10 centímetros el eje de la Tierra», dicen por la radio. Nadie da una cifra ni siquiera provisional de muertos. Se teme que se cuenten por miles. El tsunami amenza otros países (sobre todo las costas de Chile). Y aún hay cierta alarma (en Madrid son las 23:00) por la seguridad de una central nuclear.

Otro 11-M de infausta memoria. Otra herida de consecuencias aún imprevisibles. Otra constatación palmaria de lo delgada que es la frontera entre la vida y la muerte.


Arriba,
La gran ola de Kanagawa, estampa de Katsushika Hokusai.
Imagen tomada de la web esacademic.com

martes, 22 de febrero de 2011

23-F ghijk...!


Este es el poema del 23-F.

Debían de ser las seis de la tarde. El semáforo
de la calle del Príncipe de Vergara (antes
General Mola) esquina a Hermosilla
estaba en rojo. Desde mi mesa
de trabajo, por la amplia cristalera,
pude ver ante él parado
un autobús repleto de guardias civiles.
Dije en voz alta algo así como: «Mira, Tere, cuántos
picoletos…» Y Tere miró y acaso nos reímos.
Seguimos trabajando. No había forma
de encontrar las fotos adecuadas
para ilustrar el Tema Clave, tan árido, de la Constitución.

Debió de transcurrir cosa de media hora.
En el despacho del jefe sonaba la radio.
Y por la radio y por su rostro (del jefe)
alarmado delante de la puerta
supimos que algo extraño pasaba en el Congreso,
que los diputados estaban secuestrados,
que el paréntesis para la democracia
al que Suárez, triste y enfático, aludiera
en el discurso de su dimisión
podía volver a cerrarse,
y quién sabe qué vendría después.

Lo que vino después es bien sabido. O casi.
Tal vez aquella noche mi chica y yo
pensamos que sería mejor
buscar otro horizonte.
Las alarmas crecieron y se desvanecieron.
Y el miedo dejó paso a la alegría.
Se han escurrido 30 años desde entonces (hoy es el día).
Más de media vida para muchos.
Otros muchos ya no lo recuerdan.
Y la verdad es que amaga cierto cansancio de las repeticiones.
Y una indudable repetición de los viejos cansancios.

Este no es el poema del 23-F.

viernes, 18 de febrero de 2011

Pinchazo


La solución, parcial y provisional, que se le ha dado al caso Contador, con el espectacular viraje del veredicto de las autoridades deportivas tras la insólita mediación del presidente Zapatero, me parece que no tardará mucho en volverse contra el propio corredor, e incluso contra el deporte español en general, hoy puesto bajo sospecha en medio mundo, como indirectamente han venido a reconocer incluso algunos enfáticos anuncios publicitarios. Que las normas antidóping por las que se rige el ciclismo rallen en lo absurdo, e incluso lo inhumano, no es excusa para esta función teatral tan mal ensayada, a la que se le ven por todas partes los trucos de la tramoya y hasta se escucha, por encima de todas la demás, la voz del apuntador.

Puede que Contador no haya hecho trampa alguna (yo quiero creerle, aunque la historia del solomillo parezca como de Gila...), pero las autoridades deportivas del ciclismo, y el propio Zapatero, creo que han cometido un grave error por la forma en que han dilucidado este asunto. Un pinchazo en toda regla.

¿Qué pasa con el dopaje en el deporte español? ¿Quién pretende que sigamos comulgando con ruedas de molino? ¿Algún día sabremos la verdad de todo esto? Sí, algún día la sabremos. Pero ya será tarde y a nadie le importará.

A los interesados en profundizar en algunos aspectos de este y otros asuntos del, pese a todo, espectacular deporte del ciclismo (y no solo de ciclismo), les recomiendo darse una vuelta, y hasta un giro y un tour, por este blog, donde podrán sacar, eso sí con paciencia y tras unas cuantas horas de lectura, sus propias conclusiones. Yo mismo, a ratos perdidos, estoy en ello.

Viñeta de Ventura & Coromina en LaVanguardia.es

lunes, 14 de febrero de 2011

El olvidado


En el sorprendente aunque no injusto veredicto de los premios Goya, que con 9 premios han valorado muy por encima de sus rivales la película de Agustí Villaronga Pa negre, el gran relegado a la hora de los recuerdos y agradecimientos fue el autor de la novela homónima, el escritor catalán Emili Teixidor. Si no escuché mal, su nombre solo fue citado por el director del filme al recoger el premio al mejor guión adaptado. Villaronga agradeció además la libertad con que el autor le permitió trabajar sobre su obra. Eché en falta, en cambio, que la representante de la productora, tras recibir el Goya a la mejor película, no hiciera mención alguna del que, en justa lógica, está en el origen de todo el proceso culminado con tanto éxito. Tampoco se acordó de él ninguno de los actores que coparon todos los premios de interpretación (excepto el inexpugnable de Bardem), aunque es justo reconocer que dos de ellos, los protagonistas infantiles, dificílmente podrían hacerlo.

La verdad es que, salvo excepciones, lo ocurrido con Teixidor es lo que suele pasar con los autores vivos de obras literarias adaptadas al cine, sobre todo cuando el punto de partida no es un escritor mediático o un afamado bestsellero. Y si se piensa bien, tiene cierta lógica que así ocurra, porque a menudo lo que los guionistas hacen con los materiales de los que parten discurre, para bien o para mal, por caminos tan diferentes a los del texto de partida que lo más sensato es considerar a una y otra, novela y película, como obras diferentes y juzgarlas por separado, cada una en su terreno, sin cruce de responsabilidades ni atribuciones recíprocas de méritos o defectos. Pese a todo, no deja de resultar cuando menos paradójica la distribución tan desigual de los reconocimientos.

Emili Teixidor (Roda de Ter, 1934), aunque bien conocido como novelista en el ámbito catalán, en el panorama de la edición en español tiene más peso como autor de obras infantiles o juveniles, gracias sobre todo a las aventuras de la hormiga Miga (formiga Piga), divertida heroína de muchos lectores infantiles y personaje familiar para cuantos están atentos al creciente desarrollo de la LIJ (literatura infantil y juvenil) entre nosotros. Uno de los libros con sus aventuras fue merecedor del Premio Nacional de dicha categoría en 1997. Y en alguna ocasión Teixidor ha sido el candidato español al premio Andersen, el más prestigioso del mundo en este campo, algo asi como el Nobel de la especialidad. Mucho otros de sus títulos, como Las alas de la noche, El pájaro de fuego o Corazón de roble, todos ellos con su versión original en catalán, figuran entre los éxitos de las más conocidas colecciones de LIJ.

El guion de Pa negre, si bien toma sus partes sustanciales de la novela homónima, completa su singular retrato de la posguerra en la Cataluña interior con escenas y evocaciones espigadas en otras obras de Teixidor, sobre todo en Retrat d'un assassí d'ocells (Retrato de un asesino de pájaros). De allí proceden, además de algunos de los episodios de la película, buena parte de la atmósfera general en que transcurre la historia. Y en particular el espeso, casi irrespirable, clima posbélico de mentiras, cobardías, hipocresías, pasiones, ambiciones y sentimientos de culpa en que se desarrolla. Un ambiente de degradación moral que, si en la obra de Teixidor ya está descrito con un lenguaje poderoso, en la película de Villaronga acentúa sus efectos opresivos merced al poderío visual de las imágenes, bien ejemplificado por el arranque de la película: es tan impactante que parece difícil que el resto del metraje pueda mantenerse a la misma altura. Pero lo logra.

Una faceta menos conocida de Teixidor, que también ha ejercido como maestro, pedagogo o periodista cultural (especialmente en la radio), es la de editor. Fue durante casi veinte años (desde 1975) director de Ultramar, sello donde se publicaron en castellano importantes títulos de ciencia ficción, como la saga de Dune. Durante un par de años, entre 1987 y 1989, ejerció nominalmente como director literario de Salvat Libros, el efímero sello de Salvat dirigido por Raúl Rispa, del que yo mismo fui editor. Allí pude compartir con Emili, además de nuestro común desengaño ante un proyecto poco consistente, algunas fructíferas discusiones sobre el mundo de la edición y sus tortuosos caminos. Años antes también habíamos participado juntos en la aventura, mucho más gratificante, de los Temas Clave, colección de la que él fue asesor pedagógico, en consonancia con su experiencia como maestro y pedagogo defensor de una escuela abierta.

Los Goya probablemente prolonguen la vida en la pantalla de Pa negre. Yo mismo tengo intención de verla de nuevo, ahora si es posible en su versión original catalana. Ojalá que también sean un revulsivo para que la obra de Teixidor, y en particular Pan negro, la versión castellana de la novela realizada por el propio autor y publicada por Seix Barral, conquiste nuevos lectores. Sus primeras líneas son toda una invitación:
«Cuando hacía buen tiempo, desde la Pascua Florida hasta principios de otoño, con el cambio de color del bosque, vivíamos en las ramas de los árboles.»

Fotografía de Emili Teixidor de EFE, tomada de  aquí.