viernes, 22 de junio de 2018

Mensajero

«Selfisombra con busto romano», en el MAN, Madrid.
©️AJR, 2018.

El diario ejercicio de conciencia
—yo me mi me conmigo y tú contigo—
que pone en marcha el mundo es la paciencia
de ser cada mañana y la inconsciencia

de no temerle al salto ni al testigo
interno que convierte su castigo
en otra forma más de permanencia
junto al cosmos rotundo de su ombligo.
Y yo sé bien —mi bien— que esto que digo,
a fuer de impertinente o chocarrero,
tiene escasa fortuna y poca ciencia.
Pero es el hilo que hoy un viejo amigo,
sabedor de mis cuitas, mensajero
del azar, me ha tendido, en su inocencia...

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