Nicanor Parra: «Ahí se quedan: inventen, vivan». Foto tomada de aquí. |
Cuando, como es el caso, uno emprende el viaje dejando tras de sí (o acaso por delante) tanta vida, no parece peregrino pensar que de algún modo lo que comienza es otra forma de existencia, liberada por fin de las dulces inclemencias del cuerpo, en alguna imaginaria dimensión de la realidad cuyos habitantes transparentes están ahora mismo alertados por lo que se les viene encima: nada menos que un creador de artefactos inmortales, un bromista impenitente, uno de los más grandes prestidigitadores que haya conocida la madre lengua. Cuando se le concedió el Cervantes, aquí dejamos un homenaje de el reconocimiento. Sit terra levis, maestro Parra. Y que no acabe el juego. Ateo Parra, poeta.
(De mi muro de Facebook)
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