Parece inevitable imaginar qué habría sentido don Antonio Machado, sobre la madera de su vagón de tercera, si por la ventanilla, tras el hollín del cristal, hubiera descubierto que en el metálico letrero colgado de cadenas sobre el andén, entre la niebla y la indiferencia de los viajeros, podía leerse que el convoy estaba entrando en la estación de Segovia Guiomar. Sin duda pensaría que era un sueño. Tal vez una alucinación de sus ojos ya no jóvenes, y algo borrosos por lecturas sin fin y amores a deshora. Difícilmente lo tomaría como el augurio de una posteridad que a él, realmente, le importaba muy poco. Aunque lo estuviera esperando. Y, en la misteriosa espiral del tiempo, se encontrara a punto de darle alcance.
Foto: Estación Segovia Guiomar, en la línea del AVE. © AJR, 2015.
4 comentarios:
Los ojos de los poetas quizás ven más allá del resto de los mortales, no crees, Alfredo?
No te había contestado acerca de tu pregunta en mi blog, pues llevo fuera un par de semanas largas (entre otras cosas hice un trozo del Camino de Santiago) y casi ni había entrado en las redes. La verdad que no sé nada de ella, ya ves también que los blogs están en decadencia, si me enterara de algo, lo comentaría, tanto a ella como a ti.
Un abrazo largo y cálido.
Sin duda, Virgi: hay en todo poeta algo de la condición del vidente (como bien lo vio, entre otros, Rimbaud).
Tienes razón en lo de los blogs: a veces tiene uno la sensación de pasear por un pueblo fantasma. Casi todo el mundo se ha mudado a la feria del Feisbook o se ha subido en la noria del Twitter. Ya pasó antes con los Foros. Es inevitable echar de menos a gente excelente. Con Shandy, además, había muchos puntos de afinidad. En todo caso, que nos sigamos viendo y leyendo. Y, quién sabe, tal vez algún día coincidamos en alguna etapa del Camino, sea en el de Santiago o en el de las Cañadas. O, mismamente, en el de la vida, a menudo caprichosa y hasta favorable,
Te mando un abrazo grande.
Lo recibo, Alfredo. Ojalá coincidamos, aquí o allá.
No sé si los blogs están en decadencia. Posiblemente por sí mismos no convocan hoy más que a cuatro irredentos en torno. Su difusión se logra mediante las redes sociales. Entré en Facebook hace años empujado por un amigo bienintencionado. Experiencia aparte, cuento un caso reciente. Colgué una última entrada y esperé dos días. Obtuve de ella 7 visitas. Tras ese tiempo, saqué su noticia en Facebook y llegaron 130 en dos días. La conclusión es clara. Google llegó tarde a esta tarta de las redes sociales y G+ es un foro muerto al que sólo no deja morir su buque madre. De no ser así, los blogs de blogger tendrían allí el medio de difusión más amplio y estarían vinculados los comentarios que ahora recibimos y quedan en Facebook y pocos dejan en los blogs. Es cuestión de adaptarse y tener nuestra personal ventanita en Facebook y/o Twitter para difundirlos. Yo, en cambio, me aburro excepcionalmente en este último. Duré en él el los 15 días que duró un cursillo de nuevas tecnologías en el que era obligado abrir cuenta para practicar y conocerlo. Hay quien se resiste al whatssap, tan práctico.
Que no se mueran los blogs. Aunque cada uno de nosotros cultive el suyo una sola vez al mes para los amigos que llegaron a ellos. Siempre habrá un momento oportuno para poder decir y compartir algo nuevo, o restacar del olvido lo que resiste al tiempo.
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