Avanzo por las páginas del periódico como el que camina por un campo minado. Nunca se sabe dónde va a estallar la desgracia con un mayor número de víctimas. Ni cuándo te sembrará el ánimo de sombras la existencia de una nueva «escalada bélica» en alguna de las múltiples zonas en conflicto. O cuánto te va a costar zafarte de las esquirlas disparadas por las noticias económicas, todas puros recortes, papelillos del tocomocho de la prima de riesgo... Menos mal que, de repente, al llegar a la altura de la página 35, en la sección de sociedad, subsección de vida & artes, un titular nos entrega ya hecho el poema del día. Lo leo así:
La luz de la Tierra
que refleja la Luna
permite buscar vida
en otros planetas.
Después de valorar el sentido primero de la frase y su apunte sobre lo que algunos científicos consideran que podría ser una de las «grandes noticias» de un futuro no muy lejano, caigo en la cuenta de la equilibrada aunque atípica estructura de la pequeña pieza poética, con su mezcla
silábica dispar que salva el soniquete, la elegante asonancia entre versos extremos, el valor individual de cada línea articulada por un «nombre fuerte», capaz
por sí solo de mantener en vilo toda una constelación de sugerencias… Y sobre todo me deslumbra la imagen implícita del
espejo, metáfora creíble del acto de escribir, un afán que las más de las
veces viene a ser algo así como una movimiento reflejo en busca de un poco de vida en
cualquier parte.
¿Y cuál podría ser el título del sencillo pero poderoso «tetraedro irregular»? La respuesta brilla unas líneas más abajo, en un eneasílabo de una sola pieza (¡con lo raras que son tales criaturas!): es la palabra experta que figura en el título, precisa, enrevesada y útil como un cuchillo curvo. Paladéese convenientemente, sin dejar de sentir ninguna de sus intrincadas reminiscencias, pronunciando con garbo: es-pec-tro-po-la-ri-me-trí-a. Una técnica que, además de servir para saber si «una vida vegetal simple... puede haber emergido en algún otro lugar del Universo», también permite soportar la lectura del diario sin tener que ir al baño a cada poco.
Imagen superior: Instalaciones del Observatorio de Telescopios Terrestres (VLT) de Cerro Paranal, Chile. Sus observaciones de los reflejos de la luz de la Tierra en la superficie lunar se utilizan para buscar, por comparación, posibles indicadores de actividad biológica en otros puntos del Universo, tal como lo cuenta Alicia Rivera en esta información.
2 comentarios:
¡Ah, la Poesía!, Alfredo. Siempre a lo suyo; ajena, incluso, a la conciencia en muchas ocasiones. Aparece de pronto, en cualquier sitio. Tan presente y cercana que, de tan cerca, la mayor de las veces casi nadie la ve. Sólo quienes tienen verdaderamente el ojo (y el ánima) abiertos son capaces de ello. Como tú ahora, en este, como dices, "tetraedro irregular", que tan bien suena y tan exacto define.
Un placer esta "curiosidad".
Un abrazo.
Gracias, Antonio: tu permanente atención le da sentido a estos juegos y curiosidades, y además impide que se conviertan en solitarios, que también pueden ser divertidos pero no son lo mismo. Y, en efecto, hay que intentar buscar poesía (o algo así, que a veces los nombres se ponen estupendos) hasta debajo de las piedras porque si no...
Un abrazo
Publicar un comentario