mi ejemplar de Cien mil millones de poemas
y oigo en la radio comentar
que ya somos 7.000 millones de humanos,
dejo correr mis dedos como huéspedes
que exploraran las salas de una vieja mansión...
No sé si la experiencia dará para un
soneto,
mas como veo que tengo ya
un par de alejandrinos
se diera tanta maña—, plantaré cara al reto.
El caso es que se anuncia, en un videofolleto*,
que otros Cien mil millones de poemas peregrinos
corren ya por el mundo, fatigando caminos
a lomos de un volumen
que troncha su esqueleto.
Qué buena idea —pienso—: darle al verbo otra vuelta
por el bosque animado de la escritura
lúdica
con cuyas setas* ¿nunca? ¿nadie? se envenenó…
Así que, amigos, ¡hala!,
rimad a pierna suelta
y que ni dios se quede sin su esterilla búdica*
(¡pero que no se entere Queneau*, que no, no, no!)
*Asteriscii
hipervincula sunt*
Imagen superior
tomada de Ceslava.com.
El amanuense
infatigable trabaja aquí.
Animus jocandi
mutatis mutandis
6 comentarios:
Justo anoche oí la noticia.
Mucha poesía y tantos desastres!!!
No sé que diría el gran Queneau...
Besitos
creativo
denunciante
tu soneto
con esa pizca de ironía que nos hace reflexionar
te dejo una frase que pinta esto, de no perder de vista el mundo real y sus contradicciones:
"Escribir un relato no es describir la realidad con palabras, sino hacer que la palabra misma sea real". Augusto Roa Bastos (escritor Paraguayo)
saludos desde argentina
Alfredo, bien traído. Queneau igual no se entera, pero Lope ya ha remitido telegrama felicitándote por el homenaje. (Que sí, de verdad; lo que ocurre es que lo han dejado en mi casa por error: ya te lo haré seguir.)
Abrazos.
Pues supongo, Virgi, que se sumaría a la común perplejidad, pero sin dejar de sacarse algún conejo de la manga..., o de donde fuera. Un beso, amiga
Bienvenida, Mabel, me alegra volver a leerte por aquí (y allá) después de tanto tiempo. Y te agradezco la frase de Roa Bastos, con la que estoy completamente de acuerdo: creo en la realidad de las palabras..., a veces hasta pienso que en realidad es en lo único que creo (pero tal vez estoy exagerando).
Feliz verano, amiga, que me parece que por esos trópicos ya comienza a anunciarse, ¿verdad?
Antonio, el telegrama llegó raudo y completo a la Posada, con todos sus renglones en su sitio y sus extremos bien acordados. Ya ha sido puesto a buen recaudo. Lo mismo algún día lo cuelgo en el mural del Salón Bermejo, que no siempre uno tiene la ocasión de exhibir «venablos tan certeros de arqueros tan preclaros»... Muchas gracias por hacer de mensajero ;-) . Y un abrazo.
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