Presenta: Antonio del Camino |
martes, 26 de abril de 2016
Patria: banda sonora
En la posible banda sonora de Patria, la aclamada novela de Aramburu, la canción «Txoria txori» ocupa algo más que un papel relevante. No sólo da título a uno de los capítulos clave en el desarrollo de la trama (el 101) sino que, en una especie de uso cinematográfico o multimedia de recursos, proporciona el clima emocional preciso para captar el trasfondo sensorial de lo que se está contando: pone el color dominante del paisaje de la narración.
Supongo que no habré sido el único lector que, al ver mencionada la canción en la novela, haya echado mano del móvil u otro soporte para escucharla. Me da la impresión, además, de que en cierto modo el autor/narrador cuenta con eso, con su escucha por parte del lector, de forma que a partir de la irrupción de esta dulce, envolvente, melancólica y, cuando se descubre el significado de la letra, también profunda melodía, la obra se abre hacia un significado más intenso, hacia al corazón de la contradicción profunda, y la irremediable tristeza, en que vive una sociedad que un día se dejó convencer, o admitió en silencio, que un pájaro podría volar con las alas cortadas.
viernes, 22 de abril de 2016
Voces no sono
martes, 19 de abril de 2016
No me gusta su estilo
Pues no, míster, no nos gusta su estilo. Que quede claro. El error cometido el otro día, al chafardear con el apellido de un profesional que había hecho una pregunta del todo pertinente, podría explicarse por lo profundo de la cornada, apenas disimulado su dolor con esa suficiencia dizque irónica, tal vez sólo risible, de que «me gustan los retos». Como si la caída libre casi inaudita de este Barça irreconocible obedeciera a un programado «más difícil todavía». Algo que, obviamente, no se lo puede creer nadie. Podemos entender la ofuscación del momento. Lo que es inexplicable, y acaso marque un punto de no retorno en la pérdida de prestigio de un entrenador hasta ahora sólo polémico, es este empecinamiento en el error, el profundo mourinhismo de la peor estofa, y que ya ni el titular del exceso practica, y que ahora, por esas cosas que tiene la vida, y más las que se dirimen en torno a los caprichos de una vejiga llena de aire, parece haberse aposentado en el banquillo blaugrana. No es sólo que no nos guste su estilo, míster: es que eso no es un estilo, sino pura zafiedad.
domingo, 17 de abril de 2016
Vida aparte
La vida está en otra parte.
Vida en parte está la otra.
Está la otra vida en parte.
En la parte está otra vida.
Otra vida está en la parte.
Parte está en la otra vida.
La parte está en otra vida.
Vida la otra está en parte.
Está la otra parte en vida.
En la vida está otra parte.
Otra la parte está en vida.
Parte la vida está en otra.
La vida otra está en parte.
Vida la parte está en otra.
Está vida la otra en parte.
En la otra parte está vida.
Otra está la vida en parte
Parte está la vida en otra.
La vida parte está en otra.
Vida está en la otra parte.
Está parte en vida la otra.
En la otra vida está parte.
Otra parte está en la vida.
Parte la vida está en otra.
La parte otra está en vida.
Vida en la otra está parte.
Está en parte la otra vida.
En vida está la otra parte.
Otra está parte en la vida.
Parte en vida la otra está.
La vida está parte en otra.
Vida en la parte otra está.
Está en vida la otra parte.
En parte está la otra vida.
Otra la vida está en parte.
Parte vida está en la otra.
Fotografía tomada de aquí.
viernes, 15 de abril de 2016
Camino Soria
La dimisión tardía pero finalmente imposible de evitar de este hombre que suele levantar nerviosamente los hombros cuando entre lo que dice y lo que sabe se produce la discordancia de la mentira, me ha recordado, también a mí, le vieja canción de Gabinete Caligari. A su título bien podríamos darle una vuelta para confeccionar un letrero y ponérselo delante de los ojos a más de un político y política, para que tomaran nota: «Soria, tu ejemplo nos señala el camino». Entre las consecuencias favorables de esta dimisión no es la menor esta oportunidad que nos brinda de regresar al siglo pasado y a melodías que siguen conservando su frescura, y a imágenes de nuestra aún palpitante juventud. Por esto, exclusivamente por esto, señor exministro, gracias. Y buen viaje.
martes, 12 de abril de 2016
Un rostro en el paisaje
Para inventar lugares nuevos
sobre paisajes conocidos
y dibujar rostros serenos
en la secuencia de la vida,
toma la luz que aún ilumina
el interior de las palabras
y ponla encima de la mesa:
que pueda verse y haga ver.
Luego, desanda la escondida
vía empedrada de los signos
y mientras borras tus pisadas
escucha el hueco de su voz.
Ese será el lugar nuevo.
Y ese tu rostro. Al fin, fundidos.
Paisaje que esconde un rostro (y viceversa). De autor desconocido. Tomado de aquí.
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