Este personajillo de dibujo animado que no existe —o eso creo— más allá de mi mente es un muy rubicundo y angelical demente que siempre va volando del uno al otro lado y solo se detiene si le falta el aliento o se le quiebra —oh cielos— el gran cañón de un ala: es un Ángel muy cuco y un poco martingala en sus bizarrerías de ser un ser de cuento o de historieta chusca como la que ahora mismo, sin pedirme permiso, quiere colarme aquí. Y eso que le he avisado: «No insistas, majadero, regrésate al abismo de la nada en que vives, consulta a un alfaquí; y luego, si te abrumas, retorna a tu tintero». El garabato sopla y se extingue la llama. Se llama Zascandil, como es obvio y es fama. (A mí se me hace cuento que sea solo un mito. Y me recuerda mucho al trasto de… ¡Angelito!).
martes, 13 de junio de 2023
viernes, 19 de mayo de 2023
LA EVAPORACIÓN (y 12)
Pablo Picasso. Evocación (El entierro de Casagemas), 1901. Musée d´Art Moderne de la Ville de Paris. |
lunes, 8 de mayo de 2023
viernes, 5 de mayo de 2023
Y AL TERCER INTENTO RESUCITÓ
No era consciente de lo que aquella manzanita significaba ni de la intención profunda casi arquetípica de su elección como símbolo hasta que sobre su estructura celular externa —indistinta ya de su ánima— cayó la losa sepulcral y que sólo pudo ser removida una vez que el maestro blanco pulsó entre sus ojos y puso en su pecho los dedos tubulares con las precisas maniobras al tiempo que pronunciaba el “épheta” oportuno. Y Y al tercer intento el iPhone resucitó. Laus SJ!!
jueves, 4 de mayo de 2023
DESDE EL LADO HELADO DE ALICIA (un dado)
Página de la primera edición (Macmillan Publishers, 1871) de Through the Looking-Glass, and What Alice Found There, de Lewis Carroll, con ilustraciones de John Tenniel. |
miércoles, 3 de mayo de 2023
LAS IRREALES MAYÚSCULAS
Fragmento de la 1ª de Cubierta de Libro de las M’alicias» de Miquel Obiols y Miguel Calatayud. Editorial Kalandraka. |
Ya muy anciana, Alicia Wonderful casi no recordaba nada de sus aventuras. Solo que una vez hubo un Conejo, una Reina enfurruñada, un Gato evanescente, un copetudo Sombrerero… y tal vez un Lector curioso. Puede que fuera éste quien, finalmente, perdiera la cabeza. Pero ella ¿qué podía hacer? Nada, nada. Todo lo más, volver a tirar contra el tablero el dado… (continuará)