IIlIlustración de Vince Evans para la promoción de The Matrix Comics Series 1, 1999. |
Revisando viejos papeles pegados en el muro, le llamó la atención, y algo más, una frase escrita con tinta roja:
IIlIlustración de Vince Evans para la promoción de The Matrix Comics Series 1, 1999. |
Revisando viejos papeles pegados en el muro, le llamó la atención, y algo más, una frase escrita con tinta roja:
Erich Heckel: Dos hombre a la mesa, 1912. Hamburger Kunsthalle, Hamburgo. |
Rafael Zabaleta Fuentes: Nocturno de gatos, 1956. Biblioteca Museu Víctor Balaguer, Vilanova i la Geltrú (Barcelona). |
A estas alturas, en el filo mismo, todo viene a ser un trasiego entre las cosas y los nombres. Y, casi cincuenta años después —“48 para ser exactos”, apunta el Jefe, que lo controla todo—, un gato negro sigue siendo «más que una simple metáfora»(¿incluido, me pregunto ahora, el Gato de Schrödinger? Por no hablar todavía del de Roberto Carlos, aquel que estaba, sí, triste y azul…). «Más —concluía la frase— que el autorretrato de mi sombra». Y llegados a este punto —añade por su cuenta y riesgo la voz no mensurable del testigo exhausto—, ¡cómo nos gustaría tener el control del significado de las palabras…!
La Place Vendôme, de París: en ella se ubican algunas de las más conocidas
tiendas de joyas y otros objetos de lujo.
Foto: Stellalevi / Getty, publicada en La Vanguardia (26.06.20).
ES EN LA INCESANTE VIDA COTIDIANA
DONDE TAMBIÉN OCURREN LOS HECHOS EXTRAORDINARIOS
Franz Marc: Animales en el fondo del paisaje, 1914. Instituto de Artes de Detroit (DIA), Detroit (Míchigan, USA). |
UNO. Mamífero, aunque no lo parezca, rima con efímero. De hecho, esa es la condición más evidente de su naturaleza. O sea de la nuestra. Que rima, también aunque no lo parezca, con artesa. Y allí se nos mezcla bien para la vida.
Pedro Alejandrino Irureta y Artola: Un mendigo, 1881. Museo del Prado, Madrid. |
Al mendigo, ateo recalcitrante, le molestaba mucho que lo llamaran así: pordiosero. «Yo soy Mendigo a secas», dicen que se lo oía decir en su puesto de la calle. Y que lo decía tan en primera persona que se le notaba la mayúscula.