jueves, 10 de marzo de 2022

DONDE TODO PUEDE... OCURRIR

DONDE TODO PUEDE SER ILUMINADO E INCLUSO LLEGAR A OCURRIR

Maharajá sobre un elefante.
Mural en la llamada “Casa azul”, en Jodhpur, Rajastán (India).

Ahora que el llamado Emérito parece (¿perece?) ser que vuelve, tal vez sea oportuno —«Sí, sí que lo es», oigo rezongar al enano testigo por debajo del teclado— darle cancha, y en solitario, a ‘El maharajá que invitó a una cacería de tigres a un europeo pelirrojo’. Naturalmente, no hay alusión alguna, ni siquiera velada, a nadie en el aserto, porque es del todo merita coincidencia la nomenclatura de aficiones comunes, y más todavía cierta leve tendencia cromática capilar. Al igual que, tirando de ese hilo, será pura serendipia el hecho de que en las mientes de algún lector travieso puedan cruzarse ideas peregrinas hasta encenderse la una en la otra, como los famosos carbones del arco voltaico, el maravilloso artilugio que otrora iluminaba las proyecciones del cinematógrafo. Al fin y al cabo, queridos niños, niñas inclusas, la realidad es ese reducto donde solo ocurre lo que puede ser imaginado.

(LUN, 811 ~ Perec al paso, 54)

miércoles, 9 de marzo de 2022

O MUS O SUMO

Ernest Descals: La partida de mus. S.f. S. l.

Su monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono monótono… mus.

(LUN, 812 ~ Palíndromos ilustrados de La Posada)

martes, 8 de marzo de 2022

Sobre Piedad + AA en D16

(En voz alta). Javier Puebla en Diario 16 (sí, ¡todavía existe!). Sobre Piedad seguido de Adagia andante. Gracias. Que no cese el encuentro, los encuentros, las imaginaciones. Ni se nos pierda la memoria, tan caprichosa a veces, tan siempre necesaria.

EL ESCONDIDO

 

Emil Nolde: Naturaleza muerta con máscaras III, 1911.

Dinos, Aurio, ¿todavía sigues ahí?
(LUN, 813)

lunes, 7 de marzo de 2022

TIPOS EN MEDIO DE LA CORRIENTE

TIPOS HAY A VECES TAN INUSITADOS QUE FRENTE A ELLOS PERECE EL ENTENDIMIENTO EN MEDIO DE LA CORRIENTE

Claude Monet: Pescadores en el Sena en Poissy, 1882. Belvedere, Viena.

El signo de los tiempos en ocasiones se impone por sí solo. Está tan claro que, a modo de imán, atrae y concentra las virutas de realidad y las dispone en un orden casi inamovible. Más habitual, sin embargo, es la dispersión hermenéutica referida no sólo a los registros textuales de una determinada época o momento, sino a todo el conjunto de hechos, sucesos, usos y costumbres, y de todo tipo y condición, que por ella o él circulan, y en direcciones y espacios diferentes, de manera tal que se diría que todo intento comprensivo ha de pasar necesariamente por una especie de maniobra costosísima para ordenar el caos y tratar de volver inteligible primero y comprensible después la catarata imparable de datos e impresiones que se nos ofrece como acúmulo, horrísona superposición o montonera, un verdadero mareo de suposiciones y figuraciones siempre en trance de saturar nuestros sentidos —todos ellos— y de superar cualquier posibilidad operativa de discernimiento. A vicisitudes de este jaez, amigos míos de todos los géneros, responde sin duda el desfile de personalidades tan disímiles como son ‘El hijo de la señora del perrito que prefirió la pornografía al sacerdocio’, ‘El barman malayo que trocó en pidgin-english su diosa madre’, ‘El niño privado de pastel que vio un pastel en sueños’, ‘Los siete actores que rechazaron el papel después de leer el guion’, ‘El americano desertor que dejó morir a su patrulla en Corea’ y, finalmente (al menos de forma provisional), ‘El guitarrista que cambió de sexo para convertirse en super-star’. ¿Alguien, sin duda provisto de una imaginación no torpe y de un buen hilo remendón, sería capaz de encontrar las razones subyacentes capaces de poner en el mismo plano de realidad estas vidas? No contesten todavía. Nos vemos después de la publicidad.
(LUN, 814 ~ Perec al paso, 48-53)

domingo, 6 de marzo de 2022

Crónica de la hora aciaga

(En voz alta). Afincado, tal vez como un náufrago o como aquel paseante que veía entrar los barcos en el muelle y, al fondo, “un pequeño paquebote”, al poeta le llegan los ecos de la guerra y le estremece un poema de Valente (recuerdo bien su publicación en prensa, en el Disidencias de José Miguel Ullán) que contiene terribles verdades, imágenes que cruzan por las noches bélicas como dudas y vértigos frente al amanecer. He aquí otra crónica sustancial del poeta Curiel escrita al pie de la actualidad íntima y entre las resonancias inevitables de esta Hora Aciaga. Muy recomendable.

RETORNO AL PENTAGRAMA


A menudo escribía con la esperanza eléctrica de que sobre sus renglones viniera a posarse una bandada de pájaros.

(LUN, 815)