(Al filo de los días). Adiós a Mario Camus. Le debemos horas de placer cinematográfico y una (al menos) de las obras maestras indiscutibles del cine español: Los santos inocentes. Gracias a mi amigo Rubén Duro, y con ocasión de un homenaje al naturalista Aurelio Pérez (tío de Rubén), que fue el criador y adiestrador de la famosa Milana Bonita, la grajilla que se posaba en el hombro del Azarías, pude en una ocasión mantener una grata conversación con él y comprobar, en la distancia corta, su austero pero firme sentido del humor y su gran humanidad. Buen viaje, maestro. Volveremos una y otra vez a las imágenes tan cargadas de arte y verdad.
sábado, 18 de septiembre de 2021
RESIDUOS NUCLEARES
viernes, 17 de septiembre de 2021
SI ERRA NO LO NARRÉIS
Rosa Bonheur: Cabeza de un burro (s. XIX). |
jueves, 16 de septiembre de 2021
EL ESCARPÍN
EL ESCARPÍN (O MATERIA SUSTRAÍDA AL CONTRABANDO)
Sophie Loizeau: Ange aux escarpins turquoise, s.f., s.l. |
«¡Déjate de gaitas!», le oigo rezongar, lo hace a menudo. «Todos esos registros que llamas literarios, o hasta poéticos, no son más que convenciones de patio de vecinos, y como tales, de mil etéreas formas, que no voy a sacar ahora de la alforja, pudieran ser tachados; o, siendo más condescendiente, sometidos a una votación a mano alzada y que la tiranía del número volviendo por su fueros pudiera así poner en evidencia su naturaleza». No dejó de mirarme ni un momento de hito en hito mientras hablaba. Y me pareció que estaba incluso dispuesta a escucharme argüir razones a la contra. Pero en ese instante dieron las 12 en el Reloj y tuve que abandonar el baile. Supe luego que, amante como era del folklore y algo previsible, me había dejado un escarpín de contrabando. Aquí lo tengo. No sé bien qué hacer con él. Ni mal.
miércoles, 15 de septiembre de 2021
Adiós al poeta Martínez Sarrión
Antonio Martínez Sarrión fotografiado por Claudio Álvarez.
(Al filo de los días). Ha fallecido el poeta Antonio Martínez Sarrión, tal vez el más “moderno” (hay epítetos triunfantes) de los Novísimos y el único mesetario de entre ellos, en una antología fraguada en la otrora fulgente Barcelona y al socaire de mares venecianos. Lo conocí y traté fugazmente, con ocasión de vidriosos y más bien tristes certámenes literarios, y lo leí con gran atención, atraído sobre todo por su facilidad para convertir el poema en algo muy parecido a una secuencia cinematográfica o una ráfaga de jazz, querencias ambas muy presentes, y no sólo de manera formal, en su poesía. Me interesaron mucho y disfruté con sus memorias, en especial con Una juventud (1996), en la que, entre otras gentes y experiencias notables, comparecía de refilón mi querido amigo y vecino (puerta con puerta) el diplomático Sergio Pérez-Espejo, coetáneo suyo y también recientemente fallecido. Aquellas páginas fueron objeto de minuciosos comentarios, chanzas y hallazgos algo más que curiosos. Ahora se me aparecen casi como escenas de otra vida. Tengo pendiente la lectura de su obra última, de la que me han llegado las mejores referencias. Será mi homenaje a un hombre que, junto con la revista Barcarola, contribuyó a que el nombre de Albacete (superada la ominosa rima y los nefastos rastros de los cazapremios ) apareciera bien rotulado en el mapa de la poesía española. Descanse en paz.
EL MENSAJERO
Julio Castellanos: Retrato de hombre, 1925. Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires. |
Había olvidado su nombre —acaso Segismundo—, aunque su presencia seguía viva en cada uno de los movimientos de resistencia que me veía obligado a realizar al fondo de la cueva para soñarla palacio y volverla habitable, o al menos libre de la sordidez devastadora y su hueste acostumbrada. Sabía que algunas de sus palabras, al pasar a mi boca, estaban germinando al borde de la putrefacción, pese a lo cual, separados los mohos más obscenos, aún me servían para alimentarme y lograban provocarme sueños felices. Muy felices. Por eso he de considerar como un signo muy dadivoso del destino que hoy haya regresado intacto con el nombre verdadero que esconde sin escindirlo su nombre irrepetible: Siggurbes el Rojo.
martes, 14 de septiembre de 2021
EL TEMPLO
R. Scort: Tres mujeres africanas, s.f., s.l. |
Cuando entramos, el rito estaba en plena representación. La hermana, con cuidadosa dicción que sorteaba con gran habilidad las trampas de la fonética francesa, avanzaba por la epístola con convicción extrema y lograba infundir un sentido próximo y creíble a las palabras ceremoniales. Cuando concluyó, las estrofas del salmo brotaron como ráfagas de voces transparentes acordadas sobre el zumbido de la sordina y, en su bellísima tesitura, volvían una y otra vez a la sorpresa prevista de las modulaciones que, casi como si fuera una lámina de agua rizada por el viento, allí se remansaban, mientras fuera la tarde parecía a punto de rendirse a las primeras sombras y los sonámbulos comprendían que su hora estaba a punto de llegar.