(En voz alta). Otra lección de música con el maestro Altozano. Con los efectos terroríficos de las bandas sonoras del cine como asunto principal. Muy oportuna y divertida.
Como se cuenta en esta información, ha fallecido el escritor, periodista e infatigable viajero Javier Reverte. Pude tratarlo, en Anaya Touring, justo cuando se iniciaba su despegue como autor “superventas”, después de que Mario Muchnik creyera en El sueño de África, que había sido rechazado por hasta media docena de editoriales. Descanse en paz: ningún camino le fue ajeno.
Hermoso homenaje a Miguel Hernández, que hoy hubiera cumplido unos cabales 110 años, y que hace no menos de medio siglo nos ilumina con su obra. Antonio del Caminorecuerda en su muro de Facebook la vinculación de Hernández con el escultor, imaginero y ‘filósofo’ talabricense, afincado en Madrid, Víctor González Gil , y con su tío Julio del Camino, responsables de la revista Rumbos, en la que el poeta oriolano publicó uno de sus más recordados sonetos.
Para curiosos e interesados, cortipego y completo este comentario, con algún detalle no desdeñable para la “pequeña crónica de tiempos no imaginarios”, cada vez más difícil de hacer.
»»Buen recuerdo. Tiempos aquellos en los que Victor GG, desde su Estudio Vivencialista de la calle Fernández de la Hoz, nos mandaba una y otra vez (creo que
de la Fuente, Agustín Yanel y Antonio Rubio fueron también destinatarios) los recortes de esta aventura y de otras “hazañas” de su vida de escultor, imaginero y ‘filósofo’. Rumbos iba a haber sido el nombre de la primera La Troje (de la que saldría un único y curioso número). Manuel Muñoz (qepd) y yo fuimos a visitar a Víctor para proponérselo (lo había entrevistado unos meses antes para La Voz) y su entusiasmo respecto a la idea fue tal que de inmediato nos dimos cuenta de que era un proyecto imposible: no sólo lo quería hacer todo sino que exigía reiterar lo ya hecho. Corría, creo, el año 76. Siempre que paso por esa calle me acuerdo. Y a veces paseo por allí para acordarme.
(Al filo de los días).Se me pasó comentar que ayer Valle-Inclán hubiera cumplido la fantástica edad de 154 años, poco más que una primera juventud para un espíritu tan atemporal como el suyo, de condición “acrónica”, por no decir eterna. El Brujo, que comparte con él más de un rasgo, ha caminado con frecuencia en su cercanía y ahora anda metido de lleno en su mundo. Aquí improvisa un retrato cautivador, lleno de sintonías reveladoras.
Por mi parte, al vuelo, he lanzado en son de homenaje esta estela: