(Sextina elemental festivamente
acróstica para vadear el mes de Agosto)
Desde el cerro engañoso de los lunes
Oteo el panorama y veo al martes,
Menos preciso aún, rendirse al miércoles,
Indiferente y leve, porque el jueves
Niega en vano ponerle freno al viernes,
Gran eje del reloj que muere en sábado.
O será que los días que son sábado
Distinguen sus oficios por los lunes
Ominosos y esperan de los viernes
Menos premura y que también los jueves
Inclinen su querencia hacia los martes,
No vayan a fundirse con los miércoles.
Graciosos como pocos son los miércoles,
Ocurrentes y raudos porque el sábado
Despoja de sus galas a los jueves
O les niega la suerte de los lunes
Manumitidos en los días martes,
Incluso cuando el trece cae en viernes.
No es posible olvidarse de los viernes
Grandiosos de una vida cuando el miércoles,
Oasis temporal, busca su sábado
Detrás de la indecencia de los martes
Obstinados en dar muerte a los lunes,
Mientras sueñan que se despiertan jueves.
Incierto el aguacero que en los jueves
No recuerda su nombre y va hacia el viernes
Goteando pisadas tan de lunes
O acaso, previsible como miércoles
De ritmo renqueante, o como un sábado
Oculto en el mortal rito del martes.
Muerte por agua es propio de los martes,
Impertérrito día que hasta el jueves
Niega ser lo que es y espera el sábado
Glorioso de su vida, cuando un viernes,
O una sombra crecida desde el miércoles,
Difumina su aurora y vuelve al lunes.
Oscuro avanza el lunes hacia el martes
Mientras vacila el miércoles, y el jueves,
INGObernable en viernes, muere en sábado.