lunes, 25 de noviembre de 2019

Tránsitos

La imagen puede contener: una persona, cielo, nubes y exterior
Por la Gran Vía de Hortaleza, Madrid. Foto © AJR, 2019.
Entre las horas muertas crece a veces
un musgo redentor. Él nos avisa
de que lo que queremos no es precisa-
mente ni fácil ni oportuno. Empieces
por donde empieces, siempre te mereces
algo menos gravoso: la sonrisa
de un semejante o un adiós sin prisa
son a menudo —y lo son con creces—
el mayor bien para el que aún no sabe,
ni de oídas, que en un abismo cabe
otro abismo, y en un silencio, un mundo.
Tránsitos de la vida, dulce o áspera:
saber vivirlos entre tanta máscara
es alta ciencia y un saber profundo.

Un intruso

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Salvador Dalí: Down The Rabbit Hole.
Ilustración para una edición de Alice in Wonderland,
Maecenas Press-Random House, New York, 1969.
Cortesía de William Bennett Gallery.
«¡Que llegas tarde, que llegas tarde!». ¡Vaya! El conejo del cuento de Alicia no sólo se había equivocado de sueño y de persona, sino que además parecía completamente desencajado y fuera de lugar. De hecho, aún no había llegado a verle del todo la cara cuando ha sonado el despertador.
...

domingo, 24 de noviembre de 2019

En el zoo

Peter Paul Rubens: Daniel en el foso de los leones, 1614-1616.
National Gallery of Art, Washington DC
.
(Osó rugir riguroso)

—Oiga, ¿usted sabe si los leones rugen hacia fuera o hacia dentro?
—¡Vaya pregunta! Todo el mundo sabe que los leones de toda la vida rugen para adentro.
—Tengo entendido que no es así.
—Pues vayamos al zoo y así podremos comprobarlo. In situ.
(...)
—A ver, haga usted algo que enfade al animal.
—No hace falta, con esta trompetilla será suficiente. Observe: ¡grutururuuuuuuú!
—¡A ver, a ver!
—¡Gruuu, gruñññ!
—¡Ve, hacia afuera, rugen hacia fuera!
—¡Bah! ¡Así no se ruge!
Y siguen disputando.
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sábado, 23 de noviembre de 2019

El retrato

Graham Sutherland: Retrato del primer ministro Winston Churchill en su 80º aniversario.
Cuadro perdido, probablemente mandado quemar por el interesado o su familia*.
Entre el retrato y el retratado surgió tal desavenencia que enseguida se supo que iban a ser incompatibles. El retrato, presumiblemente, fue devorado por las llamas. El retratado se llevó a la tumba el secreto de su intransigencia. Nunca sabremos qué vio al verse, y hasta qué punto la verdad de lo visto abría en él una herida insoportable. Al final, la historia acaba dando la razón al verdadero arte. Y el retrato no miente.
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*Aquí puede leerse un resumen de lo ocurrido en torno a esta obra.

viernes, 22 de noviembre de 2019

La vecindad

No hay ninguna descripción de la foto disponible.
Jean Ponç: Sin título, 1949.
«Mira, Àngel, nen, esto no tiene vuelta de hoja. Nos separamos o nos divorciamos. Hacemos un reparto de gananciales coherente. Tú a tu bola, yo a mis bolillos. Y aquí paz y después... ¡joputa!».
Los vecinos, alertados por el alto voltaje de la conversación, habíamos salido al descansillo del entresuelo y vimos toda la escena en primera línea. No sabíamos si sería necesario llamar a los mossos. O qué.
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jueves, 21 de noviembre de 2019

Hablarle a Borges (28)


La imagen puede contener: una persona, sentada, mesa e interior
Borges tomando té, 1975.
La imagen puede contener: una persona
«A mí se me hace cuento... esto del tiempo».
Foto de Javier Vallhonra.
(Hablarle a Borges, 92). Dicen que Borges dijo o escribió: «El no dormir harto crucifica a los melancólicos». Y se me ocurre: «¡Alto ahí! ¿Harto ahí? Démosle un vuelta, que la cosa amerita pensamiento, no sé si incluso cavilación...»

La imagen puede contener: una persona, flor y planta
Borges en biografía, bajo la luz del algodón.
Foto: AJR, 2019.

(Hablarle a Borges, 93). Dicen que Borges dijo o escribió: «Tu materia es el tiempo, el incesante tiempo. Eres cada solitario instante». Y a renglón seguido, como si aún resonara su voz, me oigo decir (no sé si fatuo o sólo osado): «... y la vaga ilusión de que algo dura».




(Hablarle a Borges, 94). Dicen que Borges dijo o escribió: «Los griegos empezaron a conversar, y hemos seguido desde entonces. El diálogo es uno de los mejores hábitos del hombre». Y se me ocurre que en esas estábamos, tan ricamente, cuando en nuestras vidas apareció, inesperado e impetuoso, esto que ustedes por allá llaman el celular.

Los sonidos del silencio de Sílvia



(Audiciones en voz alta). Si yo fuera mi médico de cabecera me recetaría una diaria dosis de Sílvia Pérez Cruz, esa sensibilidad inagotable y siempre llena de sorpresas. Desconocía su versión de The sounds of silence. Hasta ayer. La experiencia es de difícil catalogación, de hecho excede cualquier tópico calificativo. Me deja pensando que ya va siendo extraño, ante la evocación o el roce de cualquier canción amada, no imaginar cómo sonaría en la voz y bajo el prisma del arte de Sílvia. Un amor duradero.