|
Selfisombra sobre el respiradero del Metropolitano.
Madrid, en los Nuevos Ministerios. AJR, 2018. |
Uno se asoma a veces al abismo,
o a lo que cree el abismo, aunque resulta
que suele ser tan sólo la consulta
del médico de guardia. No es lo mismo
vivir a solas que sin nadie. El itsmo
—también la isla— que nos une al mundo
a menudo se quiebra. En lo profundo
de esa grieta florece el pesimismo,
que es sólo un pensamiento con raíces
en esta vieja historia interminable
de la que ya sabemos el final.
La vida es siempre un don. Las cicatrices
son hondos tatuajes. Y es probable
que el abismo en el fondo no esté mal.