jueves, 4 de agosto de 2011

Estrella vuelve a La Unión


Siguiendo la estela grande de su padre, pero cada vez con mayor presencia propia, Estrella Morente está alcanzando una madurez artística que no por esperada resulta menos asombrosa. La muchacha que encandilara con la originalidad de su voz a Peter Gabriel, a la que Pedro Almodóvar le encomendó el tema central de  Volver, y a la que en Chico&Rita Trueba & Mariscal le rinden homenaje con un delicioso cameo animado, además de sonoro, junto a Bebo Valdés, es hoy una artista en plena eclosión, aunque intuyo que solo se encuentre al principio de un camino que habrá de llevarla a territorios aún inexplorados.

Heredera de unas facultades privilegiadas y también de un poderoso instinto innovador,  y habitante del mismo laberinto mágico de culturas en que creciera García Lorca,  de esta Estrella cabe esperar aún muchas formas de brillo diferentes. Tal vez en la línea de la fusión flamenco-fado que ya experimentara con Dulce Pontes. O, quién sabe, renovando su gran facilidad para darle una gracia especial a los ritmos cubanos.

Pero también, y sobre todo,  siguiendo algún modo nuevo de ir hacia lo hondo, hacia el lugar donde la luz se vuelve energía pura, al pozo proverbial del que manan las aguas salvajes del flamenco y donde la luna se ríe de los viejos tópicos y es capaz de elevarse en pleno día mezclando lo disímil con lo idéntico, fundiendo hielo y fuego, rompiendo fronteras. Y todo ello, sin dejar de lado los nuevos fraseos de las viejas coplas, esa vía a la que tanto debe el actual resurgir del cante.

Lo acaba de demostrar en Madrid, donde ha obtenido un gran éxito en la Suma Flamenca. Y con esas expectativas llega (vuelve) a La Unión: es uno de los nombres fuertes del cartel del LI Festival Internacional de Cante de las Minas, que acaba de echarse a andar. El Cigala, Pitingo, Farruquito, Blanca del Rey y la guitarra de Tomatito también estarán presentes en la Catedral del Cante, el antiguo mercado modernista de la población murciana en el que se han escrito tantas páginas inolvidables en la historia reciente (y no tanto) del flamenco. El recuerdo de Enrique Morente, al que se le rendirá homenaje, estará en la mente de todos.

Fotografía de Estrella Morente tomada de Teleprensa

13 Rue del Percebe

La publicidad, ese componente del aire que respiramos, a veces nos trae sorpresas como ésta...





Supongo que la campaña en televisión ya tiene su recorrido, pero yo acabo de (casi) descubrirla gracias a Internet. De todos modos, tampoco había que ser un lince para caer en la cuenta de la íntima asociación entre La Casera y el Caserón abierto en canal, salido del privilegiado cráneo de Francisco Ibáñez Talavera,  y en el que varias generaciones de tebeoadictos nos hemos ido apiñando, como si se tratara de un refugio antiatómico... (y sin duda lo es). Pedazo invento!

Página tomada de esta web (donde además se ofrece información minuciosa sobre los inquilinos de cada piso. Intermediarios abstenese).

martes, 2 de agosto de 2011

Jazz en la Plaza


La música se escapa como una culebrilla a ras de suelo.
Prende en los pies un ritmo movedizo, inaprensible. 
Luego asciende hacia los brocales indefensos de la mente. 
Y suspende la monodia sin fin de la razón.

Festival de Jazz Ciudad de Talavera.
















En Eburia, la noche es ya tan sólida como suele en verano.
Allá arriba, en la choza de piedra que se alza por encima 
del desproporcionado rosetón
(un polifemo que fuera solo ojo y aun así bello),
la cigüeña,
esbelta y afilada,  
distraída y atenta,
mira y mira,
sin cesar en su oficio.

Cuando la luna empieza a descubrirnos su lado más sinuoso,
comienza también ella, la cigüeña, a marcar el compás.
Le gusta la trompeta.
Se queda inmóvil al sonar el saxo.
La batería la anima.
Se diría que asiente a la melancolía grave de las cuerdas.
Y se estira mimética en los melismas audaces de la voz.

Paciente espectadora de su espacio invadido
pero a la vez ella también artista de la improvisación,
la cigüeña de la iglesia mayor de la ciudad
se acaba convirtiendo en la reina más alta de la fiesta,
el testigo imparcial
de todo lo que pasa allá abajo 
y aún más abajo
y más allá
y más...

Poco a poco la música se ha ido volviendo noche. 
Y la noche se ha ido deshojando en la música.
El cielo es una estampa lejana e irreal,
un gota de mercurio derretido 
bajo el peso de una línea interminable.

Tras el concierto habrá charla de amigos,
la amable sucesión de gestos familiares 
y la reiteración de las viejas leyendas de la tribu,
a las que siempre cabe añadir un episodio inédito,
la ardua precisión de un recuerdo que se vuelve borroso,
un nombre que convoca exclamaciones,
las peripecias de los recién llegados,
el vano esfuerzo por saber cuál fuera
el último verano de nuestra juventud...
y, por fin, unas risas.

Los hilos de la vida nos atan y desatan a su antojo.
Pero el ojo sencillo de los afectos simples, 
con su música dulce, 
nos ha vuelto a reunir
como una hoguera.

La plaza se ha quedado ya en silencio.
Sobre la piel del río, entre la bruma,
se alza una nueva y distinta raya de luz imaginable 
dibujada por los viejos guardianes de la amistad 
en la tierra de los sueños compartidos.


(Para C., A., B., A., L., P. & P. y los demás amigos de Eburia, 
por los buenos momentos, 
para que no falten las felices improvisaciones.)


Sonrían... por pavor



Chaplin/Jackson: gracias.

lunes, 1 de agosto de 2011

August Small Huts

Croxford Gardens, Kidlington, Oxfordshire.


Cabañuelas de las primeras horas de agosto 
con la mirada puesta en el cielo oxoniense

Aclaramos palabras para salir de Julio
Y que la luz nos bañe durante el mes de Agosto
Para que el día tenga    por Septiembre y sus nombres
El lento andar del tigre que está    si ya es Octubre
Al acecho   y Noviembre   mientras la nieve vuela
Confirma sabio todo lo que Diciembre duda
Porque se acerca raudo   puerta del año   Enero
En la carrera fija de los astros Febriles
Y el vendaval de Marzo y las lluvias de Abril
Ay Abril que se viste por dentro    igual que Mayo
De otra luz y otra alegre esperanza:  que Junio
Tenga la plenitud del mes soñado
Que el Año sea un Día
Y el Día sea la Hora
De este Instante
En que todo nos dice:
Yes I said yes I will yes




jueves, 28 de julio de 2011

Puertas


Oigo en la radio que alguien califica la canción de Triana que figura sobre estas líneas (os aconsejo pulsar sobre el vídeo mientras tenéis, ojalá, la paciencia de leer ) de «oro puro». No sé si la metáfora es del todo ajustada, o acusa en demasía el peso dorador con que la nostalgia cubre ciertas cosas del pasado..., precisamente porque son del pasado.

En todo caso, el calificativo recorre con el dedo en mi conciencia un territorio preciso del mapa de la realidad y, quizás más que nada de lo que hasta la fecha haya ocurrido en las últimas semanas (incluida la atrocidad de Noruega), me instala en medio del verano, en el hueco justo por donde la luz cae a plomo y hace que el largo camino hacia la noche tenga como banda sonora un estridular de insectos multiplicado hasta el infinito, o al menos hasta ese agujero donde las horas van abandonando su condición de densas manchas de aceite y la brisa con que por fin se anuncia el triunfo de la sombra refresca la mirada y deja en suspenso el puro peso del sentir y, más aún, del sentir que se siente, como en el juego aquel o acaso en el desasosiego de Bernardo Soares... (¡Vaya deriva!)

Volviendo al caso, no está de más subrayar que por la puerta que Triana abrió con esta puerta han ido pasando desde entonces nuevas corrientes, incluido este homenaje de Medina Azahara, que da pie a comparaciones y preferencias. A mi me parece que entre sus diferencias (evidentes) hay un punto de continuidad (necesaria).

Entre las dos abren la puerta por la que se cuela en ráfagas amarillas el oro (tal vez falso: los tiempos son así de cicateros) del verano.