miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cabeza borradora

No hay texto alternativo automático disponible.
Jesús Navarro: Máquina de escribir con ventana. Tomado de aquí. 
Erase una vez y que no sea.
...

martes, 28 de noviembre de 2017

A la duda dúdala

PAUL CÉZANNE: “Grandes bañistas”, 1906
Paul Cézanne, Les Grandes Baigneuses, 1906. Philadelphia Museum of Art.
¿NADAN Y NARRAN O NARRAN Y NADAN?
(Un soleil du Sud lie l'os nu.)

(AJR, 7:25 - Palíndromos ilustrados LXXVII)

La hora azul

No hay texto alternativo automático disponible.
Oskar Kokoschka, Muchacha en la ventana (1907).
Se había acostumbrado a vivir en la sola espera y el estar a punto.
...

domingo, 26 de noviembre de 2017

Crónica


La imagen puede contener: 6 personas, personas sonriendo, personas de pie y exterior
Marc Márquez
Novel as de una línea.
         (para Marc Márquez y «la juventud que sueña con las motos»).

sábado, 25 de noviembre de 2017

Una película de actor



Basada, o libremente inspirada, en El móvil, la novela corta que daba título al primer libro publicado por Javier Cercas, El autor ha llegado a las pantallas, tras su paso exitoso por el Festival de San Sebastián, para convertirse con toda probabilidad en la consagración definitiva –aunque no final– de Javier Gutiérrez como el gran actor que hace ya tiempo viene demostrando ser. Lo evidenció, y con mucha soltura, dando vida al detective Robles en La Isla mínima (2014), interpretación que le valió el Goya al mejor actor protagonista, aunque no habría sido injusto que lo hubiera compartido con Raúl Arévalo, que le daba la réplica en esa película, en un duelo interpretativo del que ambos salían reforzados. Ahora, en cambio, y aun estando bien acompañado por un reparto coral en el que hay algunas agradables sorpresas, el protagonismo del actor asturiano (Luanco, 1971) es absoluto. Hasta el punto de que no sería exagerado decir que El autor es él.

Él y una historia de sedicente-escritor-busca-historia-que-contar visualmente mostrada con gran eficacia, buen ritmo y no poco talento, por cuanto recurre a una forma minuciosa de narración que, sin salirse de los cánones tradicionales y de un planteamiento estrictamente lineal, incorpora con sabiduría técnicas dramáticas el teatro de sombras, por ejemplo, o el envoltorio agridulce de la comedia que sirven para darle a la historia no sólo credibilidad y atractivo, sino también intención y profundidad. Y hasta «unos elegantes lejos simbólicos» muy sugerentes, como podría decir el profesor Francisco Rico con un empleo sustantivo poco habitual de la palabra "lejos".

En sustancia, y sin destripamientos, El autor cuenta cómo Álvaro, un oscuro abogado que trabaja en una notaría, tras separarse de su mujer (Maria León), escritora de bestsellers, decide entregarse en cuerpo y alma al sueño de escribir una gran novela. Al sentirse carente de talento, y guiado por los consejos de un profesor de escritura (Antonio de la Torre), que le pide que ponga realidad, cercanía y valentía en sus escritos, se convierte en un auténtico voyeur de la vida de sus vecinos y trata de manipularlos a fin de poder crear una novela real como la vida misma. Y de escribirla, como le pide su profe, poniendo el ejemplo de Hemingway, «con dos cojones», lo que el aprendiz de escritor llegará a hacer literalmente. 

Resultado de imagen de Fotogramas de el autor
El escritor enfrentado a la pantalla en blanco. 
Una curiosidad: alguien podría pensar que El móvil 
del título de la nouvelle de Cercas alude al aparatito 
que nos ha cambiado la vida y que tanto peso tiene 
en las pesquisas del protagonista. Pero no es así. 
De hecho, en la fecha en que se publicó por 
primera vez la obra, en 1987, esta tecnología 
aún estaba en pañales. El "móvil" de Cercas es, 
por tanto, el de la intencionalidad de la acción.

Realidad y ficción. La película podría haberse quedado sólo en una aproximación a las neuras de quienes, tal vez no contentos con que el mundo «sea ansí», se empeñan en buscarle tres pies al gato y están todo el día dándole vueltas a lo que, obviamente, no tiene más que un único recorrido y un final previsible. Quizás, elevando un poco el tiro de las intenciones, y sin perder de vista el universo feroz de cotilleo y vaciedad en que las redes sociales han convertido lo que antes se llamaba la vida social, pueda verse también como una parodia crítica de la actitud de quienes no dudan en alimentarse de la vida de los otros para construir con esos bocados un simulacro de realidad que sirva para tapar los huecos de su existencia. Bajo el apetecible envoltorio de una divertida historia trivial, El autor indaga en ese juego, peligroso donde los haya, que consiste en levantar con pericia de cirujano la piel de las apariencias para ver qué esconden. O, dicho en términos más generales, en explorar las consecuencias de vivir la ficción como si fuera real, aunque sin perder de vista que toda realidad es una forma de ficción.

Este juego de los límites, aunque aún nos pueda parece alambicado en su formulación paradójica el límite es también, y acaso antes que nada, una cuestión de lenguaje, es ya casi una obviedad desde al menos el Quijote, aunque entre nosotros la lección tardara varios siglos en aprenderse. Viene impregnando la mejor literatura y es el trasfondo común, con infinitas variantes, sobre el que se han construido las mejores novelas y, desde mediados del siglo XX para acá, casi toda la narrativa postexistencialistas, posmoderna y, finalmente, póstuma: ya es bien sabido que hace tiempo que la novela ha muerto, y por tanto nunca gozó de mejor salud.

Resultado de imagen de Adelfa Calvo en el autor
El taller de escritura, donde se cuecen a fuego lento 
las frustraciones del aspirante a novelista y toma cuerpo 
su proyecto narrativo.
.
Hoy todo eso, más allá de la constancia de algunos lectores supervivientes y recalcitrantes, es pasto, más que nada, de talleres de escritura que tratan de enseñar a producir milagros, o a entretener la espera de la muerte que a todos nos atañe, con la práctica de una actividad noble, como es la escritura, que no resulta excesivamente cara ni, en principio, hace mal a nadie. Por eso es un gran hallazgo de la película, respecto a la novela, la incorporación de uno estos talleres literarios, encabezado por un algo estirado pero eficaz profesor, al que da vida con justeza e impulso propio el ubicuo Antonio de la Torre, con toda probabilidad el actor español más prolífico de la última década, y con papeles muy notables a su espalda. Además de para subrayar la actualidad del relato (situado en Sevilla en 2017), esa novedad sirve para darle a las imprescindibles formulaciones de teorías literarias una excusa pertinente y un contexto creíble.

Otros estímulos. Con estos mimbres, la historia de un novelista que, al ir escribiendo su novela, no duda en modificar la realidad, incluso de forma inmoral, para que favorezca sus intereses creativos, se va desvelando como una indagación en la escurridiza condición de las normas morales, cuando la vida nos cerca con sus insuficiencias, al tiempo que el desarrollo de una leve y bien medida trama policíaca, algo previsible pero con giros de interés creciente, nos sirve para que los espectadores permanezcamos atentos a la pantalla, no sólo preocupados por la salud mental del protagonista, sino por la nuestra propia como sujetos capaces de comprender los estímulos del mundo.  La pantalla es sólo una convención literaria más. Lo que en ella se cuenta nos concierne en primera persona. Al igual que ocurre respecto a todo texto creativo, su escenario natural es nuestra conciencia. De todo esto nos habla también en voz baja la película, mientras nos entretiene con situaciones muy divertidas, con llamativos momentos esperpénticos, muy bien filmadas, y a menudo llenas de un costumbrismo crítico y no poca ironía.

Resultado de imagen de Adelfa Calvo en el autor
Adelfa Calvo, una revelación de la inagotable cantera de 
actores de reparto con que cuenta nuestro cine.   
El reparto y una licencia. Junto al espléndido e inolvidable peso que Javier Gutiérrez tiene en esta película, es muy notable, en el papel coral del resto de los personajes, el regalo que supone la interpretación de una para mi inédita Adelfa Calvo, que da vida a una de las porteras más cabales y completas que hayamos visto en nuestras pantallas y que incluso tiene su perfecto «momento Almodóvar» con una emotiva interpretación de la pantojiana Se me enamora el alma (composición, al igual que el resto de la muy adecuada banda sonora de José Luis Perales, auxiliado por hijo). Una interpretación en la que pone de relieve su experiencia como cantante... y acaso también su condición de nieta de ahí es na la Niña de la Puebla. Revisando su filmografía, resulta que ya nos hemos cruzado con su trabajo en películas tan destacadas como Biutiful (2010) o la ya mencionada La isla mínima (2014), además de su al parecer reiterada participación en algunos seriales televisivos. Confieso que hasta ahora no había reparado en ella. No sería extraña su presencia en los Goya. Bueno, en realidad, lo extraño sería que El autor no figure entre las películas que dentro de unas semanas acumulen más candidaturas. Al tiempo.

¿Alguna pega? Alguna se me ocurre. Pero la principal es sólo un capricho de espectador al que también le gustaría poder modificar a veces aquello que ve, como hace un escritor con sus personajes. Si eso fuera posible, de muy buena gana me las hubiera apañado para, en un giro no inconsistente del guion, cargarme al cargante profe de escritura. Un tipo tan viscoso e interesado, tras su apariencia de monitor elocuente, que está pidiendo a gritos un machetazo. Claro que, a la vista de por dónde salen a veces los personajes y qué efectos tienen sus rebeliones, tal vez no fuera una buena idea.

Al salir de la sala, tan sorprendido como también anestesiado por lo previsible de un final perfecto, me asaltó la idea de que existe cierta simetría entre El autor y la última película de Jim Jarmusch, Paterson: lo que esta segunda supone de indagación en el territorio de la poesía es similar a lo que desarrolla en relación con la novela el quinto filme de Manuel Martín Cuenca, máximo responsable del filme y director por cuyo cine hasta ahora no había sentido mucho interés, si se exceptúa su adaptación de La flaqueza del bolchevique, que vi en la tele y no me convenció. En ambos casos, Paterson y El autor, el asunto de la literatura y su engarce con los hechos cotidianos están planteados desde el punto de vista de la «inocencia» del autor (aunque habría que señalar diferencias en la actitud de uno y otro personaje). O, por decirlo de otra forma, de alguien que se acerca al hecho creativo sin otro interés que el de buscar la felicidad y dejar testimonio de ello. No es poco.

Avanti

Il_Quarto_Stato_di_Giuseppe_Pellizza_da_Volpedo.jpg
Giuseppe Pellizza da Volpedo, Il Quarto Stato (1901). Museo del Novecento, Milán.

Hemos tenido sueños y pesadillas. Ahora luchamos por la puta realidad.
...

viernes, 24 de noviembre de 2017

Ciudad sin pecado

La imagen puede contener: noche, planta y exterior
Viñeta de Sin City, cómic de Frank Miller,
Caminando bajo la lluvia comprendió que aquellas eran las calles de la ciudad que amaba. Y se echó a reír.
...

jueves, 23 de noviembre de 2017

Problemas del Oeste


La imagen puede contener: una persona, multitud, rascacielos y exterior
Extremeños manifestándose en Madrid. Foto tomada de El país.
 (NMA, 🚋18). Uno de los peores efectos colaterales que el insolidario procés catalán con su inacabable matraca ha traído consigo, y con toda probabilidad el que personalmente más me irrita, es la espesa capa de niebla con que está envolviendo a todos los demás problemas del país, y de forma muy especial aquellos que afectan a las demás Comunidades Autónomas, que no es que ya parezcan clubes de tercera división, sino que a menudo es como si no existieran. Los extremeños, por ejemplo, se han tenido que venir hoy (18.11.17) a Madrid a protestar por el estado denigrante de sus comunicaciones ferroviarias, síntoma palmario de otros muchos olvidos y reivindicación secular que nadie escucha. 
Asimismo, el domingo pasado (11.11.17) tuvo lugar en mi ciudad natal, Talavera de la Reina, la mayor manifestación de su historia, con alrededor de 40 000 personas (el equivalente a la mitad de la población) para reclamar que cesen de una vez la marginación y el abandono en que el poder estatal y autonómico tienen a la que hasta hace poco era la segunda ciudad más populosa de Castilla-La Mancha.
La imagen puede contener: una persona, exterior
Una de las reivindicaciones de la manifestación de Talavera. Foto © AJR.
Aunque independientes, ambas protestas comparten su estrecha relación con una misma tradición estatal que bien podríamos calificar de deficiencia histórica: la escasa atención prestada a las tierras del Oeste, esa franja territorial que va desde Fisterra a Doñana y que tiene en las regiones más occidentales de ambas Castillas y Andalucía, además de en toda Extremadura, el elocuente banco de pruebas del profundo desequilibrio con que tradicionalmente se ha producido el desarrollo del país.
Que en una región o nación o superestructura territorial, como se quiera llamar, como es Cataluña se planteen y se digan las cosa que se dicen, cuando su desarrollo es a todas luces muy superior al de buena parte del resto del país, y que en aras de la monserga impía de la identidad nacional se organice el desafío que se está llevando a cabo, todo eso y otras anormalidades que vamos viendo son conductas sociales que cuando menos evidencian el ejercicio de una miopía de gigantescas proporciones.
Extremadura viene a Madrid a protestar por su marginación. Talavera se echa a la calle para no morir de decadencia. Mientras tanto, la atención del país sigue secuestrada por los muy inteligentes e industriosos hijos y nietos, en no pequeño número, de extremeños, andaluces, gallegos y castellanos que han decidido que la justicia social puede dejarse a un lado, o incluso abandonarse, cuando uno siente apremiar el picor tremendo de los orígenes, la sangre y la sacrosanta identidad. 
Y todo eso en pleno siglo XXI.
Iba a rematar reiterando el tópico: «Menos mal que nos queda Portugal». Pero caigo en la cuenta de que, en la rica y variada geografía ibérica, Portugal es el Oeste por antonomasia.

Publiqué una primera versión de este texto en Facebook: 
https://www.facebook.com/alfredoj.ramos.9843/posts/299301147254946?pnref=story
  

Orilla

La imagen puede contener: exterior
Marc Chagall: El Gallo (1928). M. Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Así te recuerdo, amigo mío, y no me olvido de cumplir tu promesa en cada amanecer.
...

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Yo hoy

Johannes Vermeer, detalle de "El vaso de vino".
J. Vermeer: La copa de vino (detalle), h.1660. Gemäldegalerie, Berlín.

Yo ese deseo bebo, ese deseo y...


(AJR, 7:23 - Palíndromos ilustrados LXXVI)

En la consulta

La imagen puede contener: una persona
Lucian Freud: Red Haired Man on a Chair (1963).
«Ahora con los numericos no te confundes».

martes, 21 de noviembre de 2017

Cielo4

Las cuatro esquinas del cielo.

La imagen puede contener: cielo, nubes y exteriorLa imagen puede contener: nubes, cielo y exterior
La imagen puede contener: nubes, cielo, exterior y naturalezaLa imagen puede contener: cielo, nubes, árbol y exterior

(poesía visual, 21)

Likes

La imagen puede contener: exterior
Egon Schiele: Lovers. Man and Woman I (1914). Col. particular.
Entonces decidieron entregarse a la seducción del número.
...

domingo, 19 de noviembre de 2017

Aunque es de noche...



Cinco minutos de belleza y sentimiento. Rosalía cantando a San Juan, «Aunque es de noche», y arrancando de las palabras precisas del poema resonancias y vuelos sonoros que ahora descubrimos que también estaban ahí, a la espera de una voz que se acercara a ellos de esta forma, para esparcirlos con tanta gracia y hondura en el puro aire. Fantaseo pensando que diría de estos melismas el Mudejarillo. Si le agradarían, o no, estos acercamientos a su secreta fuente. Al corazón de la noche oscura. Y en algún lugar de mi memoria imaginaria lo veo sonreír. «Qué cosas tan disparatadas se te ocurren —me digo, le digo—. Con lo fácil que resulta callar y seguir, seguir y callar. Y dejar las preguntas para luego».


(Nota rescatadas de FaceBook, 12 de marzo de 2017)

Resultado de imagen de Rosalía canta nte
Rosalía fotografiada por Álex García. para La Vanguardia.


Almas XXI

La imagen puede contener: una o varias personas
Edward Coley Burne-Jones: El espejo de Venus (1875). M. Calouste Gulbenkian, Lisboa.
Y no encontraban lugar donde poner los ojos que no fuera pantalla de sí mismas.
...

sábado, 18 de noviembre de 2017

Pasos suspensivos

Hay pasos de cebra. Y pasos de puntos suspensivos. Como en la política.

La imagen puede contener: exterior

(Poesía visual, 18)

Trigal


No hay texto alternativo automático disponible.
Van Gogh: Korenveld met kraaien (1890). Van Gogh Museum, Amsterdam.
«No pasa nada —se dijo—, sólo son cuervos».
...

viernes, 17 de noviembre de 2017

Amor de Aker

No hay texto alternativo automático disponible.

(Lecturas en voz alta📝10). Antonio Hernández Marín, «Aker», poeta grande y casi completamente inédito, ya fallecido, amigo y maestro de mi amigo Alejandro González Terriza, a quien debo su conocimiento, es el autor del poema que comparto, cuya reproducción también he tomado del muro de AGT. 

La figura y obra de Antonio HM son una verdadera «enmienda a la totalidad» de una opinión que he tenido durante mucho tiempo y que he defendido, incluso de forma apasionada, en más de una conversación con amigos y colegas: que toda obra literaria digna de mérito acaba encontrado tarde o temprano su cauce de difusión. 

Sin duda ese «tarde o temprano» me permite no desdecirme por completo de pasadas impresiones. Pero apenas atempera la enorme extrañeza que me producen anomalías tan escandalosas. 

El poema que reproduzco me parece de una finura y penetración muy poco comunes. Es más, diré —aunque estas afirmaciones son siempre problemáticas, más que nada por lo imperecedero de su provisionalidad— que es la descripción del sentimiento amoroso, con su «sueño doble», con la que más identificado me he sentido nunca. O al menos en este mismo instante cuya real duración desconozco.

jueves, 16 de noviembre de 2017

La Sombra

No hay texto alternativo automático disponible.
Goya: Perro semihundido, o Cabeza de perro o, simplemente, El perro. Museo del Prado.
Vuelve a mirarla: sabe que ahí está todo.
...

Cánticos cántabros

Imagen de Cantábrico, le película.
(Visiones en voz alta, 🐺🐜🐬🐾🍁🏔🎥22). El cine documental de naturaleza hecho en España hace tiempo que alcanzó la madurez, pero en los últimos años, y pese a las dificultades económicas, ha producido algunas obras señeras. Tal fue el caso de Guadalquivir (2013), una intensa y bellísima película en torno al recorrido del principal río meridional de Iberia y sus diferentes y valiosos ecosistemas. Y este es también el calificativo que merece Cantábrico (2017), un viaje al compás de las estaciones protagonizado por algunos de los miembros más destacados de la fauna que habita en los bosques, picos y ríos de nuestra cordillera septentrional, en lo que con propiedad se pueden considerar «los dominios del oso pardo», tal como indica el subtítulo del largometraje dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha y con producción de José María Morales, responsables también de Guadalquivir.
Junto al gran plantígrado, emblema indiscutido de la fauna norteña, del que se ofrecen escenas muy vivaces, comparecen en los papeles estelares de la película el lobo ibérico (con la filmación real por vez primera de una cacería en manada), el gato montés y su finura andariega, el atildado armiño, el rebeco y su dones de gran equilibrista , la víbora de Seoane, varias especies de aves picatroncos, el mirlo acuático, que se revela como un gran submarinista y nos asombra al emerger tras una poderosa cortina de agua, en uno de los tiros de cámara más sorprendentes del filme. Sin olvidar a algunas variedades de insectos, y mucho menos, en lo que a la fauna acuática se refiere, al infatigable salmón, cuyos deportivos remontes de las aguas, en su pertinaz vuelta a casa para asegurar la reproducción en la cabecera del río que le vio nacer, está filmado con todo detalle y gran espectacularidad.
Aunque probablemente la secuencia estrella de la película, junto a la citada cacería lobuna, sea el vistosísimo y pocas veces captado ceremonial de cortejo y apareamiento del urogallo, incluidos los inauditos cantos de un ave cuyo declive demográfico, al borde de una casi irreversible extinción, da especial valor a las imágenes y sonidos que aquí se ofrecen. Junto a ellas, las secuencia que muestra a unas plantas carnívoras en pleno frenesí devorador, justifican por sí solas el visionado. No en vano, como decía Darwin —y se cita expresamente en el filme—, las estrategias alimentarias de este tipo de plantas son uno de los fenómenos más fascinantes de la evolución de la vida.
Estamos, en suma, ante una película muy recomendable, de impecable factura técnica y que, como aspectos de realización más destacados, cuenta con un guion bien pautado y siempre muy cercano a las imágenes, una excelente fotografía y una banda de sonidos animales y de la naturaleza en la que queda patente la mano maestra de Carlos de Hita, al que se debe también la escritura del texto que con bien trabado ritmo narrativo va engarzando las diferentes historias. Para no perdérsela.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Día de Difuntos

La imagen puede contener: cielo, nubes, árbol, planta y exterior
Panteón familiar de los Ramos Ramos, en el camposanto de Cerreda, Ourense.
Sólo tuvimos una vida para aprender el lenguaje secreto de la muerte.
...

martes, 14 de noviembre de 2017

Aute, te, ti, contigo...

Los participantes en el AuteHomenaje posan al final.
Con ocasión de la publicación de toda su poesía en un volumen editado por Espasa, se celebró en la tarde-noche de lunes 13 de noviembre de 2017 (que es hoy, pero quien sabe cuando estará usted, improbable lector, y menos improbable *lectriz, ejerciendo de tal) un homenaje a Luis Eduardo Aute, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Aunque el artista no pudo estar presente, su palabra, su arte y su sensibilidad se apoderaron del salón de columnas del Círculo, la zona más noble del lugar, que estaba completamente lleno. Luis Antonio de Villena, Fernando Beltrán y Miguel Munárriz hablaron del amigo y del poeta. Y Pastora Vega, Aitana Sánchez-Gijón y José Luis Gómez leyeron poemas y algunos otros textos creativos e inclasificables de su obra. 


Ana Belén, la belleza que dura.
El turno de las actuaciones musicales, todas centradas en canciones del homenajeado, lo abrió Ana Belén, bellísima, cercana. Supo estar a la altura emocional de esa crónica perfecta de una pasión cotidiana que es/son Las cuatro y diez, que interpretó  acompañada al piano, con toda familiaridad, por  David Sanjosé. A continuación, el cantautor gallego Xoel López hizo una vibrante y poderosa interpretación de Al alba, ese icono de nuestras vidas. Y Cristina Narea y Luis Mendo, por su parte, demostraron su completa cercanía al universo auteano con Acaso una mirada

El gran Miguel Poveda, sobre unas divertidas plataformas blancas y dueño de la sabia madurez que ya le habita, puso un brillante colofón a las actuaciones y al acto dándole aire flamenco a las notas del maestro (Prefiero amar), con una algo dubitativa interpretación que fue remontando en las frases finales en clave de quejío, después de que un breve lapsus de memoria, rápidamente corregido desde la primera fila del patio de butacas, le hiciera titubear un segundo. Se quitó el maestro por completo cualquier posible espinilla de incomodidad ofreciendo como propina un divertido soneto-para-no-escribir-un soneto con el que Aute respondió a la petición que le hizo Pedro Guerra cuando preparaban el disco de sonetos que grabó el propio Poveda. Y no hubo más.

En suma, un acto emotivo, sencillo —pese a contar con tantas y tan relevantes figuras—, sincero y muy gratificante. Un Auténtico homenaje que durante algo más de hora y media convirtió el lugar, como apuntó el poeta e inventor de palabras Fernando Beltrán, en un «Círculo de Bellas Autes», todas las que el maestro ha cultivado con tanta dedicación, magia, creatividad y acierto. Larga vida.

Rosa Montero


Resultado de imagen de Rosa Montero
(Lecturas en voz alta, 🍾36 - 14 de noviembre 2017). Sin ser un gran lector de su obra (¡pero aún estoy a tiempo de corregirme!), me ha llenado de alegría que el Premio Nacional de las Letras reconozca a Rosa Montero, pues siempre me ha parecido, además de una infatigable profesional, una mujer comprometida con su tiempo y consigo misma y con una coherencia que es digna de admiración. Qué lejos queda aquella Crónica del desamor (1979) con que se iniciara en la narrativa quien ya había dado muestras de ser una gran periodista, y quizás la mejor entrevistadora de su generación. 
En las tres o cuatro obras suyas posteriores que he leído he podido comprobar la gran madurez literaria alcanzada por una escritora que, lejos de haber olvidado sus orígenes como «plumilla», ha llevado hasta un punto de enorme perfección sus virtudes como «escritora comunicativa» (sirva el sintagma) y ha contribuido, como pocos y pocas —y hasta picas y pecos: qué locura— a borrar las fronteras entre periodismo y literatura, siempre desde el lado de la exigencia y el esfuerzo con que es preciso afrontar cada impulso de escritura para que sea digno y pueda navegar en dirección al puerto deseado.
 Enhorabuena. Un premio completamente merecido.

Etimolatrías (b)

No hay texto alternativo automático disponible.
Denario romano de la época de Adriano. Reverso.
Esto era un país de olivos y conejos.
...

lunes, 13 de noviembre de 2017

El fantasma gramatical

La imagen puede contener: interior
Francis Bacon: Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez, 1953.
Des Moines Art Center. Iowa, Estados Unidos.
No lograba imaginar de qué modo y en qué tiempo podría ser posible la libertad del sujeto.
...

domingo, 12 de noviembre de 2017

Interruptus



No hay texto alternativo automático disponible.
Fernando Falcone: Phychic, 2005.
Fue un éxtasis pasivo, vergonzante, fugaz, intranscendente.
...

sábado, 11 de noviembre de 2017

Ave va

Resultado de imagen de el ave VELOCIDAD
Puede llegar a los 330 km/h. Foto tomada de aquí.

¡AVE VA!

Se lo había advertido en numerosas ocasiones. Pero no conseguí que me creyera. Por eso ahora no me extrañan sus ojos, estupefactos. Ni el rictus de su pico, doloroso. Ni, menos aún, el revuelo, desesperado, con que trata de zafarse de las garras del águila traicionera que acaba de sobrevolar el nido y lo ha arrebatado en menos que se tarda en pensarlo. Mientras lo veo alejarse para siempre, por el fondo del valle vuelve a cruzar la gran diosa de acero, veloz, brillante, como ajena a todo. Ya nunca más le rezaremos juntos.

(AJR, 2:5 - Palíndromos ilustrados LXXV)