(Al filo de los días). Cuarenta y cuatro años después de su muerte, que se cumplen en la noche de este 1 de diciembre de 2023, el escritor gallego Eduardo Blanco-Amor (1897-1979) sigue siendo, si no un desconocido por la mayoría, sí un escritor no valorado como sin duda merece. Autor de la imprescindible A Esmorga, el autor orensano es uno de los mejores novelistas de su generación, poeta inspirado y valiente y hombre de una sensibilidad que, en cierto modo, bien se podría considerar adelantada a su tiempo. Esa carencia, por fortuna, se está corrigiendo en los últimos años, tras las recuperaciones de La catedral y el niño (Libros del Asteroide, 2018) y la edición crítica de Los miedos (Cátedra, 2023), novela de aprendizaje recién rescatada, y publicada con un muy interesante trabajo introductorio del profesor Emilio Peral. Son dos obras que, junto con el periplo sórdido de los protagonistas de A Esmorga por las entrañas de una ciudad levítica y ensimismada, ponen en pie el universo literario de Auria, trasunto del Ourense natal del escritor y territorio mítico que se une por derecho propio a la larga lista de los escenarios prodigiosos e inolvidables creados por la literatura. Como es sabido, Blanco-Amor fue amigo íntimo de Lorca, con el que también compartía preferencias sexuales. Fue precisamente su nunca ocultada homosexualidad y su presencia más o menos explícita en su obras lo que le ocasionó no pocos problemas con la censura y cierto retraimiento social. El legado espléndido de su literatura se completa con una aún más desconocida pero importante faceta también artística: su obra fotográfica. Como, entre otros, contó su amigo Basilio Losada, la fotografía fue una de sus pasiones y realmente tenía talento y ojo artístico: “Sabía elegir el tema, encuadrarlo, potenciarlo con un juego de luz y sombra”. Una selección de sus fotografías se publicó en 2004, en el volumen A ollada do desexo. Obra fotográfica 1933-1973, editado por Galaxia. En este sentido es también muy recomendable y emotivo el libro O fillo da florista. 34 retratos de Eduardo Blanco Amor, una hermosa publicación con la que la editorial Linteo, dirigida por mi querido Manuel Ramos, inició su andadura en 1998. Es un volumen excelente, lleno de testimonios de primera mano y que merecería rescatarse para tal vez encabezar la edición definitiva de las obras de un autor del que puede decirse con justicia que constituye por sí solo una literatura. Seguiremos leyendo a Blanco-Amor. Ojalá siga siendo cada vez mejor y más completamente editado.
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