Repasada con cierta minuciosidad la prensa del día, el lector de papiros, algo mosqueado con ciertas tensiones gutenbergianas mal resueltas, y del todo noqueado por su muy vasta ignorancia en cuanto a las listas de los mejores libros del año, algo menos en las pelis y completa en series y discos, a fin de disimular su galopante miopía cultural (o lo que sea), decidió elegir como titular invencible del día el que Ana Iris Simón había puesto al frente de su columna horizontal de los sábados: «Más hijoputas que ventanas». ¿No hay ahí, ay, la semilla palpitante de toda una novela, nivola u oveja negra?
El lector de papiros —lo sé de buena tinta— es de esa opinión.
(LUN, 899 ~ De la vida misma)
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