martes, 26 de febrero de 2019

Lucha de dr(ag)ones






Visiones en voz alta, 📺15). No soy fan, ni siquiera seguidor, de «Juego de tronos», pero si me gusta curiosear al buen tuntún entre sus capítulos y, grosso modo, estoy al tanto de sus enrevesadas peripecias, aunque me cuesta trabajo ubicar con precisión a cada ficha-personaje en el tablero-mapa de un mundo tan fantasioso como complejo y acaso incoherente. De esto último, de la pérdida de verosimilitud dentro de la fantasía, es de lo que al parecer se quejan los acérrimos en relación con los últimos capítulos, que sí he seguido y, además, fascinado ante el despliegue de lo que para mí es el principal mérito de la saga: sus espectaculares, hiperimaginativas y superasombrosas batallas, un prodigio de técnica y plasticidad que apenas tiene parangón en la historia visual de nuestro tiempo. Fue un hito la presentada en el último capítulo de la sexta temporada (¿o era la quinta?) y lo está siendo en lo que llevo visto de la séptima. En esta, por cierto, el protagonismo de los dragones está alcanzando tal grado, que no me extrañaría nada que al final lo más relevante de esta épica historia de hielo y fuego quede resumido en un combate entre las fuerzas del bien y del mal —sin olvidar los jugosos tramos claroscuros— encarnadas en un ejército de criaturas voladoras que acaben convirtiendo el cielo digital del planeta en un gigantesco «juego de dr(ag)ones», toda una metáfora anticipatoria de un no descartable futuro bélico. Puede que, en el fondo, magia mediante, sea una forma de conjurarlo.

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