Avigdor Arikh: Autorretrato, s.f. |
Cuando concluyó la última función, el cómico miró hacia la oscuridad de la sala y por primera vez vio brillar al fondo la luz que señalaba la puerta de salida. No parecía necesario añadir nada más, pero aún dijo dos palabras casi ininteligibles: «My wife», entendieron unos. «My life», oyeron otros. En lo que todos estuvieron de acuerdo fue en la nobleza aterrada de sus ojos.
(Para ISF, un homenaje)
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