Lecturas en voz alta (📕7). No es un libro de lectura fácil, pero la tesis central de El mundo como obra de arte, del premio Nobel de Física de 2004 Frank Wilzczek, es muy sugerente: la búsqueda de la belleza no ha guiado sólo la actividad artística de la humanidad, es también el gran acicate de la investigación científica y, en particular, de la búsqueda de las leyes que gobiernan el universo, el gran empeño de la física actual.
En alguno de sus capítulos se muestra, por ejemplo, cómo en la más bien incomprensible física cuántica tienen una especial relevancia conceptos como el de simetría, armonía o proporción. O también cómo, por extraño que pueda parecer, las ecuaciones que cifran el comportamiento de los átomos o la luz coinciden con las que pueden dar cuenta de las características de los instrumentos musicales.
Como ejemplo del estilo y tomo del libro, copio el párrafo final de uno de sus capítulos:
«La mente despierta encontrará placer no sólo en la belleza de los diamantes, que deslumbra a los ojos, sino también en la belleza oculta e interior de los superficialmente apagados borrones del lápiz, y del hollín, y de las finas hojas donde se acurrucan los felinos». (pg. 228)
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