Inquietante el haiku; desazonador, casi, si lo relacionamos con imagen tan gélida y desoladora y, más aún, si, por contraposición, concertamos texto, imagen y título. Alma de nieve, no obstante, también tiene su parte positiva..., que siempre acaba por llegar el deshielo. En fin, que seguiría divagando en torno a hallazgo tan rotundo.
Querido Alfredo, me gustan los haikus por esa capacidad para sugerir sin nombrar. Y tu haiku tiene una buena resolución evocadora. En ese alma de nieve de un mundo hecho grisura nos vemos en la busca de un poco de calor. Un abrazo, poeta.
Gracias, Antonio. Una impresión similar a la que describes me produjo la foto: me pareció que estaba pidiendo un pie. Quizás el otoño puso el resto. Y el hecho de que la belleza pueda ser tan desolada. O viceversa... Que el asunto daría para charlarlo, como sugieres. Un abrazo.
Gracias, José Luis. Me alegran mucho tus palabras, tan generosas, porque además sé que hablas con conocimiento de causa. Es un verdadero placer formar parte de estos corros improvisados de amigos que surgen en la red, sin duda motivados, como apuntas, por esa búsqueda compartida de un poco de calor y de armonía. Sigo cruzando tus puentes. Otro abrazo.
6 comentarios:
Inquietante el haiku; desazonador, casi, si lo relacionamos con imagen tan gélida y desoladora y, más aún, si, por contraposición, concertamos texto, imagen y título. Alma de nieve, no obstante, también tiene su parte positiva..., que siempre acaba por llegar el deshielo. En fin, que seguiría divagando en torno a hallazgo tan rotundo.
Un abrazo.
Querido Alfredo, me gustan los haikus por esa capacidad para sugerir sin nombrar. Y tu haiku tiene una buena resolución evocadora. En ese alma de nieve de un mundo hecho grisura nos vemos en la busca de un poco de calor. Un abrazo, poeta.
Gracias, Antonio. Una impresión similar a la que describes me produjo la foto: me pareció que estaba pidiendo un pie. Quizás el otoño puso el resto. Y el hecho de que la belleza pueda ser tan desolada. O viceversa... Que el asunto daría para charlarlo, como sugieres. Un abrazo.
Gracias, José Luis. Me alegran mucho tus palabras, tan generosas, porque además sé que hablas con conocimiento de causa. Es un verdadero placer formar parte de estos corros improvisados de amigos que surgen en la red, sin duda motivados, como apuntas, por esa búsqueda compartida de un poco de calor y de armonía. Sigo cruzando tus puentes. Otro abrazo.
Me gusta mucho.
Muchas gracias, Olga. Me alegra verte por aquí.
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