Hay ayeres que hieren,
ay, ay ay.
Ayer es hoy herido.
Y no hay ayer que hoy haya,
ja, ja, ja,
llegado a ser el mismo.
Ay, ayer que ayer era
y hoy ya es ido.
Hace un mes, en el acto de presentación del evento, Miguel Poveda reconoció de este modo (primer vídeo) su muy especial relación con el lugar donde se bautizó como artista (segundo vídeo que, pese a sus deficiencias sonoras, puede considerarse un documento histórico).
2 comentarios:
Aunque al contrario de, por ejemplo, con el jazz, soy incapaz de entrar en el flamenco, y a pesar de haberlo intentado escuchar es música que no me llega, no cabe duda de que el festival del "Cante de las Minas" es todo un referente, más con los artistas que acuden este año. Igual así, en vivo y en directo, y con esas guitarras y voces, me aficionaba definitivamente.
Por cierto, "er cante" de la entrada (supongo que tuyo), mu güeno.
Un abrazo.
¡Qué prolífico te encuentro, querido amigo! Apenas me marcho unos días a los contaminados mares del Este y al regreso veo que has pergeñado casi una enciclopedia (lagarto, lagarto) vital: cine onírico de estreno (“Origen”, que espero impaciente en medio de este secarral cinematográfico que nos azota), cine onírico clásico (esa delicia de Mankiewicz que junto a “Retrato de Jenny” constituye la más alta cumbre del delirio romántico cinematográfico), cine azaroso (la atrayente “Madres & Hijas”, que muy acertadamente rebautizas como Ellas, título éste mucho más apropiado), toros patrióticos (por cierto, ¿alguien ha pensado que el fin de la fiesta supondrá también la desaparición del exquisito rabo de toro de lidia?), mapas que esconden atractivos itinerarios (¿preparando la escapada estival?) y hasta flamenco, arte grande al que no te sabía aficionado. Muy interesante ese documento sonoro del año 93 en el que resulta difícil reconocer la espléndida madurez artística actual de Poveda. Un abrazo.
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