viernes, 5 de noviembre de 2021

DESDE EL ACANTILADO (XI)

EL DESTINO DE LA LITERATURA

VISTO DESDE EL ACANTILADO

(XI, 143-164)



La música de los números primos suena a menudo en la complejísima vida de Samuel Johnson. De Fedra y otros diarios supimos deducir el estado cultural como un ensayo sobre una religión moderna y gracias a las antenas aportadas por el cazador de instantes pudimos dar cuenta de los herejes del Dossier K. e incluso de aquellos días malditos (un diario de la revolución) conjurados por Montaigne en los ensayos, según la edición de 1595 de Marie de Gournay, una verdadera y muy valiosa confirmación de la música como concepto. Desde Alejandro Magno, conquistador del mundo, hasta el descubrimiento del espíritu, estudios sobre la génesis del pensamiento fueron dejando a lo largo del camino una mezcla de guerra y lenguaje, casi como si se tratara de una sonata del claro de luna, mientras el propio Montaigne, con el mundo en el oído y el nacimiento de la música en la cultura, en verdad se transformaba en el héroe y el único capaz de emprender, de camino a Babadag, la ruta ancestral de los judíos errantes.
(LUN, 936 ~ Desde el Acantilado)

miércoles, 3 de noviembre de 2021

EL SHERIFF TERRIBLE

Dbujo de Tossey para una cubierta.
El sheriff de aquel condado era un tipo divertido. Se acercaba poco a poco con pasos de andar altivo hacia ti y, ya muy cerca, mirándote de hito en hito, cuando más lucía el sol de un mediodía muy vívido, mientras sacaba su colt gritaba: «¿Fuego?». Y, con ritmo, sin más preámbulos, iba y te encendía el pitillo. Y después tú, mosqueado pero colaborativo: «¿Sabe usted, Chérif, que ahora mismamente está prohibido incinerar en la calle cilindrines?». «Ni idea, amigo!». «Pues no se lo tome a broma, que su estrella está en peligro». «¡Ni de coña, forastero!: al que se acerque, ¡lo trinco!». Y, ya como si tal cosa, nos reíamos, nos reíamos… en aquel, si duelo al sol, también remedo y delirio, broma del viejo Far-west y emboscada hasta aquí mismo.

(LUN, 938)

martes, 2 de noviembre de 2021

DESDE EL ACANTILADO (X)

EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO (X, 128-142)

Hermann David Salomon Corrodi: Paseo de los monjes del Monte Athos, 1905.
 
En Arnold Schönberg, ética, estética, religión son tres buenas excusas para conjeturar el regreso de los dioses y en el diario de Praga (1941-1942) de Petr Ginz hay rescoldos de Stefan Zweig, con la curación por el espíritu (Mesmer, Baker-Eddy, Freud) y dos recuerdos de dos ciudades que son el último territorio y el silencio del cuerpo. Vuelvo a insistir en que casi todo parece de cine: las memorias de un príncipe de Hollywood entremezcladas con los recuerdos de Gustav Mahler. Ambos dan pie para pensar en la música como discurso sonoro, del mismo modo que dos viajes al monte Athos en compañía de los antimodernos probablemente desemboquen en una exégesis de los lugares comunes. (Continuará)
(LUN, 939 ~ Desde el Acantilado)

lunes, 1 de noviembre de 2021

Laude

 

Hay palabras que llegan ¿desde dónde? para poner las cosas en su sitio.
Nos asedian con cercos luminosos y no es raro confundirlas, en medio de la noche, con sutiles estrellas de buen agüero o con destellos de ciudades naufragadas.
Hay palabras sensatas que no saben qué es la contradicción ni el contrabando.
Otras tienen el peso de la lluvia: por donde pasan dejan un rastro de tristeza.
Hay palabras de afán aventurero que gustan demorarse al pie del precipicio, acróbatas de un aire cada vez más espeso, quizás porque no quieren saber nada de redes, aunque no ignoren que con frecuencia no hay nadie debajo de las máscaras.
Hay palabras, palabras y palabras.
Muchas son sólo exceso. La mayoría se abstrae para no congelarse. Unas pocas tienen la fortuna de encarnar en cuerpos que respiran: sientes sus dientes blancos cuando tu sangre fluye.
Pero solo son de verdad imprescindibles las palabras que no pueden decirse.

LA MUCHEDUMBRE


Entre Santos y Difuntos, de Norte a Sur y de Este a Oeste, las lápidas, inscripciones, incisiones, jeroglíficos, petroglifos, grafismos o piedras desnudas de todos los camposantos, osarios, criptas, cercados, mámoas, campos de urnas, simas, bosques del recuerdo o mares de ceniza componen el más extenso libro de la vida de la humanidad. La muchedumbre de la que inevitablemente hemos de formar parte. El único destino que tenemos seguro. Y la gran pregunta sin respuesta.

(LUN, 940 ~ “Entre Santos y Difuntos”)

domingo, 31 de octubre de 2021

LAS COSAS DE NOSTRA (7)

ALGUIEN ANDA DICIENDO POR AHÍ QUE LA QUE SE AVECINA VA A SER GORDA Y QUE NOS VAMOS A ENTERAR, COMO SUELE DECIRSE, DE LO QUE VALE UN PEINE…

Retrato de anciano en dos tonos.

Otro lugar que le gusta bastante a Nostra es la terraza de ‘La Barbacoa del Parque de Berlín’. Suele pasarse por allí algunos fines de semana, aunque con más frecuencia se entretiene dando pedales en los ciclos estáticos de la zona de gimnasia para viejos. Fue allí donde le oí recitar, casi a ritmo de rap, la siguiente perorata: «Alguien anda diciendo por ahí, queridos escuchantes y mirones de todos los sexos y apetencias, que nos acercamos a otra guerra. No sé. Tengo la impresión de que ya se están librando feroces batallas. Y, según dice mi afín El Teclas, en la DeepNet sobre todo. Aunque rescoldos de ese combate, según me dice también él, a veces emergen en forma de apagones, pandemias, carencias, inflaciones, desconciertos.. ¿Qué se disputa? Lo de siempre: la usura insaciable de lo que lo tienen todo pero quieren más. Tal vez alguna quimérica “poción” de vida eterna. Sin olvidar el infinito gusto endemoniado de apalear carne, neuronas, sueños. El “enemigo”, además, juega con el factor sorpresa: la inconsciencia o ignorancia del común. Y el narcisismo de los iniciados. No sólo está en juego la libertad de las conciencias, sino el hecho mismo de que algo digno de tal nombre siga siendo posible. Pero no tengo ninguna duda: vencerán los hijos de la luz…; eso si, después de pagarla a precio de vellocino. Al fin y al cabo, las causas más audaces y elevadas se dilucidan en los pequeños detalles. Y en definitiva, oídme bien amigos y amigas, sobre todo amigas y también vosotras, oh almas cantarinas y de cántaro, no perdamos el oremus ni demos pábulo al escalofrío porque el final está aún por escribir… ¿Quién se paga una birra?». Dicho lo cual, Nostra se vino derecho hacia mi mesa, dispuesto a echar el resto de la tarde en una sosegada y transparente contemplación. Ya somos dos en el alambre.