viernes, 17 de enero de 2020

Leyendo a Millás

Un hombre se baña junto a una muñeca a la que considera su pareja.
Hombre y muñeca en el baño. Foto Behrouz Mehri, AFP/El País.
(Lecturas en voz alta). Leyendo a Millás, rara es la ocasión en que no siento un resistible deseo de compartir sus columnas. Pero se queda en deseo. Hay días, sin embargo, como el de hoy en que la pieza exige comunicación. Diría que de gozo (artístico, sin duda), aunque las escenas de Millás muy a menudo duelen. No se la pierdan. Dudo mucho que hoy se les vaya a cruzar algo con más valor.

Beatus ille

No hay ninguna descripción de la foto disponible.
Codex Manesse, f. 323r. Hacia 1305-1313. Página de Herr Geltar.
Biblioteca de la Universidad de Heidelberg.
La vez aquella en que visité la finca de La Flecha, a orillas del Tormes, ví allí las ruinas de una casa cuyas paredes estaban llenas de pintadas obscenas. «Aquí me la mené siete beces», decía la más llamativa, entre dibujos de penes y vulvas. «Esto es un chumino», rezaba otra bajo el dibujo de una especie de óvalo moteado de puntitos, supongo que para que no quedaran dudas. Y, cosa curiosa, había también una especie de caricatura de un señor calvo con grandes gafas bajo el cual se leía con letras de tebeo: «Aquí cagó Carioco». Impresionado por aquellas muestras de rotunda humanidad, reconozco que me costó trabajo adivinar en el hermoso paisaje fluvial circundante las trazas o los trazos de «la escondida senda». No he vuelto desde entonces.
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jueves, 16 de enero de 2020

In somnia

No hay ninguna descripción de la foto disponible.
Codex Manesse, f. 323r. Hacia 1305-1313. Página de Herr Reinmar von Zweter. 
Biblioteca de la Universidad de Heidelberg.
Aprendí a cruzar las fronteras del sueño y a sortear los espacios turbulentos del otro lado. Logré recorrer el subterráneo del gran cubo y fui capaz de trepar por las altas paredes cubiertas de hiedra. E incluso conseguí vencer el miedo del salto al vacío hasta convertirlo casi en una rutina. Pero esta noche no sé qué hacer con el insomnio. Ganas me dan de subastarlo. Y que se lo quede el mejor impostor.
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miércoles, 15 de enero de 2020

Super flumina

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Codex Manesse, f. 319r. Hacia 1305-1313. Página de Herr Niune.
Biblioteca de la Universidad de Heidelberg.
Hace tiempo que decidí fiarlo todo a la sensualidad y su fundamental instinto imaginario. La vida no es más que un río de palabras.
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martes, 14 de enero de 2020

Consumo cultural


¿Los hogares españoles gastan en cultura?(Al hilo de los días). Son interesantes los datos de este estudio sobre «consumo cultural» del que se hace eco el blog de Cedro. De él se deduce que cada hogar español gasta en consumo de bienes culturales (libros y prensa, cine, teatro, música...) una media de 1,87 € al día, el equivalente a lo que cuestan dos barras de pan de gama media. Los datos estadísticos siempre tienen en su contra, y por definición, el necesario peso y desenfoque de las generalizaciones. Pero son, a su modo, balizas en el terreno de la realidad y conviene tenerlos presentes para hacer pie en nuestras lucubraciones sobre lo humano y lo divino.

Ora et labora

Codex Manesse, f. 362r. Hacia 1305-1313.
Página de Rudolf der Schreiber. Biblioteca de la Universidad de Heidelberg.
Fueron aquellos años de intensos estudios, de aprendizaje de un lenguaje nuevo, de horas y horas en el scriptorium iluminando códices, de cantos litúrgicos al ritmo de las horas y de no pocas jornadas vertidas en los campos helados de la estepa entregado a arduas tareas agrícolas, y todo ello sin dejar de escrutar ni un solo día el punto aquel del horizonte por donde sabría que habría de llegar la señal que indicara el momento oportuno para decir adiós a todo aquello.
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lunes, 13 de enero de 2020

Linteo cumple años

La imagen puede contener: una o varias personas
(Al hilo de los días). Por estas fechas, la editorial Linteo, con sede en la ciudad de Orense, cumple 20 años. Recuerdo bien la agradable sorpresa de su nacimiento, con un inolvidable libro-homenaje a Eduardo Blanco Amor (O fillo da florista, hoy ya una joya bibliográfica) y las grandes expectativas con que su fundador y director Manuel Ramos Méndez (amigo, además de muy querido primo-hermano) se lanzaba a navegar por el dificultoso mar de la edición, con las ideas muy claras y el entusiasmo intacto. Pasadas esas dos décadas, el balance es muy satisfactorio. Este reportaje de El Faro de Vigo lo cuenta con detalle, de modo que no repetiré información.
Aunque sí me parece de justicia llamar la atención sobre la que, a mi juicio, ha sido la principal contribución de Linteo en estos años: su muy valiosa colección de poesía, un repertorio insustituible en el que se dan cita, además de las ediciones de inéditos y obras fundamentales de JRJ, algunas traducciones ya canónicas —o en camino de serlo— de poetas como Anne Sexton, Robert Frost, Salvatore Quasimodo, Stefan George, Edward Thomas o Wilfred Owen, entre otros. A lo que hay que añadir títulos muy destacados de autores como Valéry, Heine, Yeats, Hölderlin, Adonis, Miguel Torga o Herta Müller. O el tan difícil como imprescindible Saint-John Perse, cuyo Vuelos, en cuidada traducción de Enrique Moreno Castillo, acaba de aterrizar en la serie. Sin olvidar la recuperación de libros fundamentales de la poesía gallega, como Barco sin luces, de Luis Pimentel, o la obra completa de Luz Pozo Garza. Y el teatro de Millán Picouto.
El buen olfato y los conocimientos literarios de Manuel Ramos —catedrático de literatura él mismo— y la atinada dirección del poeta Antonio Colinas se han traducido en más de medio centenar de títulos que, en su conjunto, suponen uno de los más valiosos empeños de alta divulgación poética acometidos entre nosotros en años recientes. Y que, además, ha sido llevado a cabo con una exigencia editorial y un cuidado dignos de todo elogio. Que no decaiga.

Posdata.
Leyendo el muy ameno y documentado El infinito en un junco, de Irene Vallejo, encuentro esta cita de la gran Sophia de Mello Breyner, que viene muy al pelo (al hilo de lino o linteum) de Linteo: «Pertenezco a la estirpe de aquellos que recorren el laberinto sin perder nunca el hilo de lino de las palabras». Dicho queda.