jueves, 30 de junio de 2022

EL CANTO HILADO (4)


El perro canelo era el alias con el que fue conocido El anarquista que se llamaba como yo; es decir: Yo, otro, esa Crónica del cambio. Las Mitologías de Core Sobre enfermos, enfermedades y la búsqueda del alma de la medicina en ocasiones han sido tomadas como una Breve historia de Inglaterra, Cuando los dioses duermen y María Estuardo, en compañía de Los vecinos de enfrente, transforma su vida en una Exposición de primavera.

(LUN, 700 ~ «Desde el Acantilado/ebook», 36-45)

miércoles, 29 de junio de 2022

«PAS DE DEUX… MAIS NON PLUS»,

 «PAS DE DEUX… MAIS NON PLUS»,

CON UN PAR DE EJEMPLOS DE VIDAS CRUZADAS

Henri de Toulouse-Lautrec: Baile en el Moulin Rouge
("Dressage des nouvelles par Valentin-le-Désossé")
 (detalle); 1890.
Museo de Arte de Filadelfia, colección McIlhenny.

Hay que reconocer, pese a lo que perece, y por eso mismo, que las parejas de baile sobre la pista son más bien disímiles y seguramente tan azarosas que no va a resultar fácil verles la razón de fondo. Pero no me van a negar a estas alturas que la vida tampoco pide permiso a nadie para juntar a, por ejemplo, ‘El empresario que pensaba hacer fortuna con el tráfico de caurís’ con ‘La cliente estafada que perdió el cabello queriéndoselo teñir’; o a ‘La vicebibliotecaria que rodeaba con trazo rojo las críticas de ópera’ con el individuo conocido como ‘El cochero enamorado que creyó que había una rata debajo de la tapicería’; y mucho menos, ya que en este caso se trata de una danza grupal o más bien tribal, a ‘Los mozos pasteleros que traían canapés calientes para la gran fiesta’ y se dirigían muy zalameros hacia dónde estaban ‘Pip y La Minouche derramando la jarra de leche de la enfermera’. Claro que, en lo tocante a vidas cruzadas, es muy difícil superar los ejemplos aportados por ‘El soldadito encerrado con su novia en el ascensor averiado’ o el de ‘La inglesa “au pair” que leyó por fin la misiva de su boy-friend’. La danza de la vida tiene estas cosas.

(LUN, 702 ~ «Perec al paso», 129-136)

Cauríes (para Fina García Marruz)

Víctor Manuel García: «Muchacha en verde», h. 1940.

I

Habría que decirlo de otro modo.
Que otro modo habría de decirlo.
Decirlo de modo que habría otro.
De modo otro que decirlo habría.
Otro habría que modo de decirlo.
Modo que habría de decirlo otro.

II
¿De qué, silencio, eres tú silencio?
¿Qué eres tú, silencio de silencio?
¿Silencio, tú, qué de silencio eres?
¿Eres tú de silencio, qué silencio?
¿Tú, silencio, de qué silencio eres?
¿Silencio de silencio, qué eres tú?

III
Comprendo los sentidos de la noche.
Los sentidos de noche la comprendo.
Sentidos de la noche los comprendo.
De noche la comprendo los sentidos.
La comprendo los sentidos de noche.
Noche de los sentidos la comprendo.
(LUN, 701 ~ “Dados” sobre versos de Fina García Marruz, In memóriam, 27.06.22)

domingo, 26 de junio de 2022

PARADISE NOW!

Vladimir Baranov-Rossiné: Adán y Eva, 1912.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Col. Carmen Thyssen.

La naturaleza virgen perdida para siempre.
Naturaleza la virgen para siempre perdida.
Virgen perdida siempre para la naturaleza.
Perdida siempre para la naturaleza virgen.
Para la virgen naturaleza siempre perdida.
Siempre la naturaleza para perdida virgen.
(LUN, 703 ~ Dados)

sábado, 25 de junio de 2022

Rafael Yuste en Santander


(En voz alta). Del máximo interés, como suele, fue la conferencia con que el profesor Rafael Yuste abrió los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. Las investigaciones sobre el cerebro y, de forma especial, la necesidad de establecer una carta de neuroderechos que protejan nuestra actividad mental y nuestra identidad personal, en el contexto de imparable desarrollo tecnológico en que estamos inmersos, fueron algunos de los aspectos en los que el gran investigador español centró su intervención. Como digo, del máximo interés. (Minutos 09-36).

Hay que volver al cine


(En voz alta).
El cine, ese rito en franco peligro de extinción, tiene entre uno de sus mayores alicientes el de la experiencia compartida, no tanto ya —desde hace mucho— gracias a aquellas costumbres amicales que consistían en ‘quedar para ir al cine’, como por el poder que todavía conserva el arte de las imágenes en movimiento para suscitar la conversación, el intercambio rápido o guasápico de pareceres y, sobre todo, la lectura de la opinión de los otros, incluida lo que siempre hemos conocido como crítica.

Este hermoso y minucioso comentario de Antonio Muñoz Molina sobre una de las últimas películas que yo también he visto (Alcarràs, de Carla Simón), al margen de algunas discrepancias valorativas que no me entretendré ahora en perpetrar, tiene en su arranque y en su aroma general de fondo una precisa evocación de ambientes y costumbres que son también parte sustancial de la “experiencia del cine”, y que han ido desapareciendo o se han transformado de forma drástica y que hoy, junto con la evidencia de que el viento se lo ha llevado casi todo, nos asaltan y nos inundan la memoria, no tanto por el lado de la nostalgia como por el acicate de saber que hemos de esforzarnos para tratar de que no se pierda completamente “eso” que sabemos que, por muy circunstancial que pueda parecer, forma parte del tuétano de este arte y de sus posibilidades de gozo.


Y es que, en el fondo, no muy distinta a la escena del anciano que el crítico tan bellamente evoca —una, en efecto, de las secuencias más logradas del filme— viene a ser la situación del espectador maduro que se encamina o regresa de una sala de cine, generalmente en Las Afueras: «En la noche de verano el abuelo de pelo blanco y camisa blanca se pierde entre la espesura de los árboles y es como si ya se hubiera desvanecido en la muerte que no tardará mucho en llegar». Hay que volver al cine.

EL OPTIMISTA

 


¿Y dice usted que hoy ya ha amanecido?
(LUN, 704)