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«El muro de la noche», ©️AJR, 2018. |
Quizás toda mi vida se salve en este instante
en que mastico un poco de pan duro de ayer
y exploro la alta noche, juntando tiempo y trama,
como un lugar en donde se puede respirar.
Ser nocturno, he vivido mis vidas más en esta
que en cualquiera otra hora, y esa frecuentación
de sombras y silencio, de deseos en vela,
es mi naturaleza más que yo mismo. Y es
—ahorita que lo pienso sin apenas pensarlo—
la condición que pone al viejo que hay en mí
el ser rapaz del norte, nacido de la niebla
y devenido enigma sin nada que ocultar,
para poder decirlo sin faltar a ninguna
verdad o recoveco de cruda realidad.