El buscador. Imagen de autor no identifricado. |
De milagro.
(LUN, 442 ~ «Hacia el infinito y más acá»)
Ramón Tamames. Foto EFE. |
(En voz alta). Es conmovedor y muy hermoso el homenaje que Javier Cercas le dedica al Nobel japonés Kenzaburo Oé. recientemente fallecido. Una historia que, como él mismo dice, ya le habíamos leído otras veces, aunque es quizás ahora cuando despliega todo su fascinante poder. Conviene ponerle como banda sonora los Suspiros de España, incluso con las imágenes del baile del soldado con su fusil bajo la lluvia, tal como aparece en Soldados de Salamina, el filme de David Trueba a partir de la novela de Cercas. A Oé lo leí con devoción cuando, tras concederle el Nobel, supe de la historia heroica de su vida. Su rostro de hombre humanísimo, despierto y muy por encima de su tan honda y bien perceptible tristeza es un valioso amuleto contra la desesperanza y el derrotismo. Un ejemplo que no morirá nunca. Gracias, maestro.
Picasso: El asceta, 1903. (Museo pendiente de localizar). |
(Al filo de los días… y las noches). Estuve siguiendo distraídamente anoche, hasta más allá de las 4 a.m., la gala de los Oscar y comprobando, no sin estupor pero con mayor inquieta y algo incómoda curiosidad, la deriva que acabaría confirmando, en la traducción de mi teatrillo personal, “el fin definitivo del cine tal como hasta ahora lo hemos conocido”, dicho sea de un tirón y sin ánimo de pecar de grandilocuencia. Uf. Tres veces tengo intentado ver en televisión (¿se ha estrenado en algún cine?) la película ganadora de nada menos que siete Oscar, incluidos los principales. No lo he logrado. Y me consta que no soy el único, aunque es verdad que todos y todas, no sé si también algún ‘tode’, ya de “cierta” edad. Por los comentarios que oía anoche y los que ahora leo parece que se ha consumado alguna revolución y que las cosas a partir de ahora entran en una nueva fase. Puede ser. De momento, vamos a ver si soy capaz de asimilar o entender un poco al menos el nuevo fenómeno —“una bestialidad”, como subraya esta crónica— y si hay ánimo o impulso para ello. En todo caso, habrá que prestar atención. Ese cada vez más difícil ejercicio de continuidad. A ver, a ver.