Kasper Asgreen, ciclista del Deceuninck Quick-Step, en Niza, donde se inicia el Tour 2020, en un entrenamiento, S. Nogier |
(Al filo de los días). El amigo Montano, tal vez a estas alturas el mayor y más inspirado amante del deporte ciclista que conozco (sus poemas-pastiches del Tour deberían ser impresos), ha saludado la imagen que ilustra la información del inicio de la Grande Boucle con un «Qué belleza», escueto y contundente, realmente estremecedor. No he tenido más remedio que contestarle tirando de fondo de armario: «Ni Samotracia ni Niké otra alguna. ¿Quién habla de Victorias? Que vuelva el Tour es todo».
Sin disculpar la hipérbole ni el entusiasmo (¡eso nunca!), sí fuera tal vez conveniente recordar que las penas con pan son menos. Por otro Iado, el regreso del gran deporte sobre ruedas ofrece una buena oportunidad para seguir pedaleando en casa... en tiempo real y con frescas sensaciones visuales.
¡Viva el deporte más hermoso! (Incluso enmascarado).