viernes, 10 de julio de 2020

miércoles, 8 de julio de 2020

«Perdidos»..., diez años después



(Al filo de los días). Por una columna de Sergio del Molino acabó de enterarme que ya se han cumplido ¡diez años! de la extraña madrugada en que Perdidos, la entonces no sé si mítica o sólo mefítica serie de televisión, llegó a su increíble fin celestialmente chapucero. ¡Diez años! Mientras me sobrepongo al susto temporal y trato de reordenar algún recuerdo no inventado (me ayuda a ello esta crónica de aquí mismo), caigo en la cuenta —aunque ahí estaba ya la intuición— de que los verdaderamente “perdidos” éramos los espectadores. Tal vez el río siga siendo una salida.

Trikiklos (2)

Programa de La Clave, con José Luis Balbín, su director.

Tertulia, humo,

música de suspense,
Balbín... ¡La Clave!





martes, 7 de julio de 2020

Trikiklo (1)

La imagen puede contener: 3 personas, personas de pie, océano, pantalones, cielo, exterior y agua
Fraga en Palomares, 7 de marzo de 1966.

A Fraga, en bragas
no era fácil pillarlo,
pero en calzones...



Sobre el suceso de la bomba de Palomares,
es muy interesante este reportaje de la revista Esquire

lunes, 6 de julio de 2020

Palindromeando 2020

La imagen puede contener: texto


(Al filo de los días). De las manos gentiles de Jesús Lladó y Pere Ruiz, sus demiurgos, ha llegado a mi buzón el último boletín del Club Palindromista Internacional (CPI), correspondiente al tercer trimestre del año. Viene acompañado, además, del ejemplar impreso del número anterior que, debido a la peste, sólo se había distribuido en versión digital. Con su sencillez, pero también con su osadía, son dos ejemplares repletos de juegos muy ingeniosos y de propuestas lúdicas capaces de llenar horas intensas. También de curiosas y estimulantes reflexiones. Ha sido un placer colaborar en sus páginas.
El pasado sábado 4, por cierto, y como rito de paso del EJE del año, se celebró durante 24 horas, o algo más, y con participantes de varios países de Europa y América, un concurrido maratón ludoverbal que se saldó con una espectacular cosecha de muestras de creatividad, arte y juego. Hubo, además, varias ponencias, presentaciones de obras, entrevistas y otras actividades que convirtieron la jornada en un hito importante en la historia de la asociación.
Fue muy destacada la intervención del profesor David Loyo sobre el muy desconocido mundo de la palindromía en las lenguas de signos para sordos. Y también resultó todo un éxito la presentación del libro Abere ba, un bestiario o animalario de palíndromos en euskera, obra de Itziar Aranburu y Jon Ander Garcia. Publicado por Pamiela, está ilustrado con muy hermosos y ocurrentes dibujos, como el de las “aes” metamorfoseadas en sendas zorras enfrentadas que ha servido para ilustrar la cubierta del último boletín del CPI.
Otras actividades fueron la presentación de Palindremia, antología de creaciones bifrontes de Roberto Sánchez, o una interesante entrevista con el polígrafo y palindromista mexicano Gilberto Prado Galán. Hubo asimismo un certamen de improvisación de reversibles en torno al coronavirus, que dio lugar a piezas muy notables; homenajes a grandes nombres del género, como los maestros Filloy, Nafarrate o Lancini; una muy emotiva evocación de L. E. Aute, gran y animoso animal verbívoro, y muchas más intervenciones, sin olvidar las habituales correrías salaces, las mil bromas de triples o cuádruples sentidos y otras barrabasadas.
Si notan que, desde ese día, el planeta orbita más ligero, no le den más vueltas: es gracias a estas gentes que ponen en el centro del lenguaje las secuencias mágicas capaces de hacerlo ir y volver con más soltura y, sobre todo, con mucho mejor humor. 
Ajá.

Cerco

No está dispuesto el cerco
con que mi mente se hace
cargo de los obscenos
pájaros invisibles
que señalan, al vuelo
de las horas de cera,
el lugar insidioso
donde vuelve la vida
a chorrear su falta
de substancia.

Los odres,
inconsistentes, turbios,
golpean las paredes
de la cueva en ruinas
y hay voces subterráneas
que pugnan por entrar.
La luz lo quiebra todo.
No queda nada a salvo,
salvo ese rincón neutro
donde muere la noche.
(Levedades)