viernes, 15 de mayo de 2020

Polémicas redes


(En voz alta). He aquí una reflexión, con acusaciones muy duras, sobre ciertos aspectos de los nuevos usos tecnológicos y, en particular, los usos más o menos ocultos de las redes sociales. Puntos de vista dignos de tenerse en cuenta. Para seguir pensando. Y actuando.

Leyenda apócrifa del santo labrador

La imagen puede contener: una persona
Estampa popular de San Isidro Labrador, patrón de Madrid
y protector de las tareas agrícolas.
Dice la voz anónima del romance apócrifo que aquel año el Santo Labrador, algo flojo de voluntad y más bien vago de carácter, yacía tumbado en su jergón con el claro gesto del que ha decidido dimitir de todas sus funciones. «Anda, María, que tú tiés más cabeza —le dice a la mujer tumbada a su lado—. Baja a la pradera y diles que ya, si eso, a otraño...». «¡Pero qué dices, so mendrugo! —le espeta ella—. ¿No ves que es ahora cuando más te necesitan? ¡Ya estás unciendo los bueyes y pa’bajo!». «¡Mecagüen la leche!, ¿pa’ que quiés que vaya! ¡Si non va a haber nadies...!». El labrador parecía decidido a seguir en sus trece, pero el filo de la mirada cónyuge fue suficiente para convencerlo de que no había más opción que obedecer. Así que de un salto abandonó el catre, se embutió las calzas y el jubón más nuevos, preparó en un suspiro de ángel los aperos y, al frente de sus bestias bien uncidas, puso rumbo al Manzanares y hacia las demás riberas en cuyas amenas praderías y tierras de labor se implora y venera con ancestral devoción al santo precursor de la reforma agraria. Si os fijáis bien, con un poco de paciencia, queridos niños, ahora que la ciudad tiene buenos los aires, incluso podréis ver el brillo de la reja de su arado entre las nubes... O en la Nube, que es donde ocurren ya todos los milagros.
...

jueves, 14 de mayo de 2020

El regreso

La imagen puede contener: exterior
Yves Tanguy: Todavía y siempre, 1942. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Foto: ©VEGAP.
Soñó que había llegado al fin del sueño y que en la blanca oscuridad se acababa todo: el sueño, el cielo, el suelo, la vida. El mar no estaba, ni había aire, sólo un lienzo de niebla. Nadie. ¿Cómo es posible —tal vez diréis— regresar de una aventura así? No lo sabe. Ni si ha regresado. Pero lo cierto es que ese mismo día, a media tarde, le invadió una emoción parecida a la ternura cuando, en un libro de cuyo nombre no logra acordarse, leyó una frase de Novalis, de cuya literalidad tampoco estaba seguro: «Cuando soñamos que soñamos estamos muy cerca de despertar». ¿Sería cierto? Tenía toda la noche para comprobarlo.
...

miércoles, 13 de mayo de 2020

La tramoya

La imagen puede contener: una persona
Jacob Jordaens: El bufón, la mujer y el gato (fragmento), hacia 1641-1645. Col. Epiarte.
Se abre el telón y un bufón ocupa el centro de la escena. Mira desafiante al público y declama:

«Así vamos y eso somos.
O somos así, si vamos
vivaces, lentos, a lomos
de las horas que gastamos
y nos consumen. Los cromos
y viñetas de la vida
son, si amenos, la tramoya
de la función: no hay salida
por el foro: nos arrolla
la corriente. Y nos olvida.»
Con los últimos versos ha ido invadiendo el escenario un río de plástico que cubre por completo al bufón, mientras lentamente cae el
Telón.
...


martes, 12 de mayo de 2020

El invisible (u)

No hay ninguna descripción de la foto disponible.
Leonardo da Vinci: Autorretrato, hacia 1512. Biblioteca Real. Turín.
«Su nombre es nsp12. Seguid la pista» (LdV)
...

lunes, 11 de mayo de 2020

Aziza Brahim

(En voz alta). Desde los campos de refugiados saharauis de Tinduf, uno de los lugares del mundo que lleva años intentando salir de un tan injusto como absurdo confinamiento, nos llega la voz libre y luminosa de Aziza Brahim, cantante y actriz saharaui nacida en 1976. Educada en la tradición folklórica de su pueblo, desde niña descubrió su gusto por la música y en ella ha puesto todo su empeño artístico, completado con su dedicación como actriz (Wilaya, 2012). En las dos ultimas décadas ha residido en España, primero en León y después en Barcelona. Un nombre y una voz que hay que tener en cuenta.
(Agradezco a Hamudi Farayi el enlace del vídeo y su amistad).

Adagia andante (8)


En modo alguno puede ser el poema sólo una máquina de destrucción. Aunque a veces es preciso despejar el campo de batalla. Pero el poema que sólo destruye está creando su propia condena. Nada escapa del fuego de la ira sin causa.
El poema es lo que se dice en la forma de decirlo: no hay querella alguna entre fondo y forma.

Tampoco hay problemas de género en el poema. Las palabras siempre los tienen todos, por mucho que «un poeta mira el mundo del mismo modo que un hombre mira a una mujer» (como dice Stevens en la cláusula 109, marca de época).
¿Y qué es lo que el poema tiene que decir? Si el poeta no lo sabe, quizás no haya poema. Aunque muy a menudo sea el poema la única forma de saberlo.
La naturaleza del poema no es distinta de la naturaleza del poeta. Objetos de atención ambos en un mundo donde los sujetos —pese a un nombre tan marcado— son libres
El objetivo del poema estriba más que nada en su pertinencia estética: una mirada plástica, una confirmación de lo que se adentra en nosotros a través de los sentidos.
Y desde ahí —religare: retorno al uno— es posible, factible e incluso razonable un salto hacia la religión.
Ese instinto sin fin hacia la belleza del mundo.
De nuevo regresamos —Deus non sum dignus— a las estancias de la imaginación. Dios es la gran inventio.
Por eso —me repito— todo gran poema —es decir: exigente— es un modo de oración.
Y todo es un camino imaginario para no salir nunca de la realidad.
Una realidad que no cabe en modo alguno dentro del realismo, ese abismo.
De ahí la ira de los que piden pan al pan y vino al vino y aúllan por la noche sin saberlo.
De ahí también la vigilancia sin fin de la razón. Como dijo Ducasse, le faltan a la psicología muchos progresos por hacer. Y la filosofía aún no ha muerto.
La historia sólo puede escribirse en presente continuo.
Y el poema es el alma de la historia.