Cuaderno de Notas. Primera anotaciòn de 2020. |
miércoles, 1 de enero de 2020
Indicios verosímiles
El tiempo real
Andris Nelsons dirigiendo a la Filarmónica de Viena durante el Concierto de Año Nuevo. Foto: Ronald Zakap/El País. |
Mientras me pilla y se adelanta y me sobrepasa el impulso de la Marcha Radetzky, de la que acabo de sostener que marca el verdadero inicio del año, se me pone al alcance de los ojos y las mientes una aguda coplilla sin golilla (esto último lo sugiere el autocorrector, sea) del maestro Agustín Garcia Calvo (“el yayo Agustín”, como lo llama mi amigo Alejandro, que suele comer en el limpio plato de su memoria y es quien recuerda) y que, sin más circunloquios ni entreparéntesis, dice así: «¿Un año acaba? / Otro año comienza. / Ni sabe el tiempo / que los hombres lo cuentan». Estamos vivos de milagro.
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martes, 31 de diciembre de 2019
Adiós al año de dos
Otto Dix: Calle de Praga, 1920. Galería Estatal de Stuttgart, Alemania. |
—Mire usted, amigo Silvestre, no conozco mejor forma de terminar el año que...
—¿Con las uvas, brindando y eso...?
—El brindis está bien, pero es prescindible.
—Las uvas, en cambio...
—Mucha tradición tienen, pero tampoco pasa nada si se dejan al margen.
—Y, de paso, se evitan indeseables pero posibles accidentes, ¿no es así, amigo Raül?
—Usted lo dice.
—Vaya, y entonces ¿qué nos queda?
—Ya usted lo ha dicho. Fíjese.
—¿Qué es lo que he dicho?
—¿Me toma el pelo?
—Ni por asomo. Dígame usted.
—... y eso.
—Ando mal de memoria últimamente.
—¡Y eso! Usted ha dicho brindis, uvas... y eso.
—Ah, era eso. Ya... pero...
—¡No me irá a decir ahora que no lo ha dicho!
—No, no, sólo que...
—¿Sabe? Yo estoy de acuerdo.
—Ya, ya, pero ¿y eso qué es?
—Ja, ja, quiere hacerme creer que no lo sabe.
—No, no, el caso es que...
—Prefiere que yo se lo diga, ¿no es eso?
—¡Eso es! ¿Qué es eso?
—Bueno, pues... ¡lo único de verdad imprescindible!
—¡Ah, así que era eso!
—¡Feliz año, don Silvestre!
—¡Feliz... eso, don Raül!
—¿Con las uvas, brindando y eso...?
—El brindis está bien, pero es prescindible.
—Las uvas, en cambio...
—Mucha tradición tienen, pero tampoco pasa nada si se dejan al margen.
—Y, de paso, se evitan indeseables pero posibles accidentes, ¿no es así, amigo Raül?
—Usted lo dice.
—Vaya, y entonces ¿qué nos queda?
—Ya usted lo ha dicho. Fíjese.
—¿Qué es lo que he dicho?
—¿Me toma el pelo?
—Ni por asomo. Dígame usted.
—... y eso.
—Ando mal de memoria últimamente.
—¡Y eso! Usted ha dicho brindis, uvas... y eso.
—Ah, era eso. Ya... pero...
—¡No me irá a decir ahora que no lo ha dicho!
—No, no, sólo que...
—¿Sabe? Yo estoy de acuerdo.
—Ya, ya, pero ¿y eso qué es?
—Ja, ja, quiere hacerme creer que no lo sabe.
—No, no, el caso es que...
—Prefiere que yo se lo diga, ¿no es eso?
—¡Eso es! ¿Qué es eso?
—Bueno, pues... ¡lo único de verdad imprescindible!
—¡Ah, así que era eso!
—¡Feliz año, don Silvestre!
—¡Feliz... eso, don Raül!
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lunes, 30 de diciembre de 2019
Qurriculum
Julià Mateu: El cultivo de la pintura: las formas que nacen de las manos. Autorretrato, 1987. Expuesta en el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM), Barcelona. |
El resumen de su currículo en aquella fecha concluía así: «Ando en busca de una idea comercialmente genial que me permita ser rico y tener ideas gratis». Muchos años después, por fin estaba a punto de lograr el objetivo final sin pasar por el medio. La suya era, en verdad, una trayectoria cuántica.
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domingo, 29 de diciembre de 2019
Entre dos luces
Caravaggio: Santa Catalina de Alejandría (retrato de la cortesana Fillide Melandroni), h. 1598-1599. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. |
La luz de la tragedia lo subraya todo y puede que, cuando ilumina los recuerdos, desfigure alguna secuencia o trastoque los planos. En cambio, la luz de la alegría es pura y transparente: se consume allí mismo donde cae y siempre muestra, en la memoria, las cosas como fueron.
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sábado, 28 de diciembre de 2019
Canon
Rafael Sanzio: La escuela de Atenas (fragmento), 1510-1511. Museos Vaticanos. |
«Plato, Cicero, summus Aristotele ceciderunt in profundo laco». Y de los demás, ni te cuento.
viernes, 27 de diciembre de 2019
La cita
Pedro de Campobrín: Cesto con melocotones y ciruelas, 1654. Museo del Prado (Madrid). |
Texto e imagen casaban de tal forma que era tarea, amén de innecesaria, contraproducente, actuar de otro modo que no fuera la literal e icónica superposición. O sea: «... una cesta o esportilla de crizneja que derrama encima de la mesa melocotones y ciruelas recién cosechados; a la derecha hay una copa de cristal llena de vino dulce y, a la izquierda, una ollita de barro digna de Zurbarán; la textura de los melocotones es inmejorable» (texto de: Juan Rojo Almagro). Y saborear el conjunto con la vista y el entendimiento.
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