Máscara griega |
(Al hilo de los días). Con interés y sorpresa he leído este artículo de Javier Cercas en EPS porque, además de su propio interés, tiene la azarosa virtud de conectar los temas principales de dos obras de teatro (sendos monólogos) que hemos podido ver, viernes y sábado, dentro del Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier, que en este 2019 ha llegado a su 50ª edición, nada menos. Me refiero al Esquilo de Rafael Álvarez «El Brujo», un nuevo recital de frescura e inteligencia del gran actor cordobés, un artista único en su género, e Intensamente azules, la original pieza del siempre inspirado Juan Mayorga que César Sarachu interpreta con un gran dominio de ciertas técnicas de mimo (o caricato tragicómico) muy personales y una forma convincente de decir un texto que se caracteriza por su fino hilar entre el absurdo, el surrealismo, el vuelo poético y una impecable lógica narrativa. Cada espectáculo merece comentario aparte, pero lo curioso es que el artículo de Cercas, con su contraposición entre las filosofías de Nietszche y Schopenhauer, reúne y sintetiza lo más relevante que en ambas obras se dilucida como «temas de fondo»: el discurrir de la vida humana entre dos grandes vértices y vórtices: el del deseo siempre insatisfecho y el de la racionalidad que apuesta por la mesura. La vieja contradicción entre lo apolíneo y lo dionisíaco, y la duda y reto permanente de saber si es posible, de algún modo o ‘maniera’, una síntesis vital entre ambos.
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