sábado, 2 de marzo de 2019

Simetría

La imagen puede contener: 4 personas, sombrero e interior
Valentín Zubiaurre: Autoridades del pueblo, h. 1923. MNCA Reina Sofía, Madrid.
Cuando el ataúd avanzaba camino del camposanto de Hilerri quiso el azar de la historia —o quizá sólo un poco de viento— que cayeran sobre él dos o tres frutos leñosos, semejantes a nueces salvajes, y que arrancaron de la madera noble algo parecido al grito de una cárabo en mitad de la noche.
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viernes, 1 de marzo de 2019

El monaguillo limosnero


La imagen puede contener: una persona, de pie
Monago petitorio, iglesia de Santa María la Antigua de Valladolid.
Foto tratada a partir de un original de Luis Fernández García.

Allí, a la entrada de la ermita, con su eterno gesto de modosito pedigüeño y la caja de pedir entre las manos, estaba uno de los mejores amigos de mi infancia. Y, sin lugar a dudas, el más callado. Muchas veces acerqué mi oído al blanco roquete —aprendí la palabra entonces y aún no la he olvidado—a ver si respiraba. Aunque bien sabía yo que no. 
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jueves, 28 de febrero de 2019

"Salvados" y... ¿autofelados?

‘Salvados’: El despiste de Jordi Évole que casi arruina la ‘Operación Palace’
(Visiones en voz alta). Lo que más me sorprendió del último programa de Salvados, que vi anoche en diferido después del fútbol, fue que hayan pasado ¡cinco años! del célebre falso documental sobre el 23-F. El programa, que el propio Jordi Évole, en singular autocrítica, califica de “autofelación”, viene a incidir en esa moda periodística, no ajena al desaforado narcisismo envolvente, de convertir al mensajero en mensaje, si bien en este caso el hecho de que aquel interesante “montaje” mantenga algún récord de audiencia y, en especial, el que fuera anterior a la explosión de los bulos (fakenews) y la posverdad, justifican la atención. 

El programa, a mitad de camino entre el “así se hizo” y el “así se vio”, da pie, además, para un intenso diálogo entre Sergi Pàmies e Iñaki Gabilondo, con Évole como testigo activo, sobre el actual estado de los medios de comunicación y el efecto que en ellos está teniendo la explosión permanente de esas “bombas de racimo” que son las redes sociales. Sólo por sus últimos quince o veinte minutos, este programa salva ampliamente los riesgos de la autocomplacencia y merece la pena.

El iluminado

La imagen puede contener: una persona, barba
Juan Sánchez Cotán: Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda, 1590. Museo del Prado, Madrid.
«Si en algún momento pongo un exceso de pasión en mis palabras —dice con mirada casi franciscana— es porque llevo un año que no me dejan hablar. Y a mí me gusta hablar».
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miércoles, 27 de febrero de 2019

Ninots

La imagen puede contener: 2 personas, nubes, cielo y exterior
Pedro Berruguete: Auto de fe presidido por Santo Domingo de Guzmán, h. 1450.
Iglesia de Santo Tomás, Ávila.
Ni sí ni no. ¡Ninot tontín! ¿Sin tino? ¡No! Sin ton ni son. Tontón. ¿Tam-tam? ¡Tate! Tolón, tolón.
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martes, 26 de febrero de 2019

Nacho Cano

JMC STUDIO / CRÓNICA. Tomada del medio
(Lecturas en voz alta). De gran interés, ilustrativa y rica en momentos de gran intensidad, y de visiones y opiniones muy bien razonadas, me ha parecido esta larga entrevista con el músico y pintor Nacho Cano. Si disponen de 15 o 20 minutos libres, no se la pierdan. Toca muchos temas y proporciona valiosa información.

Lucha de dr(ag)ones






Visiones en voz alta, 📺15). No soy fan, ni siquiera seguidor, de «Juego de tronos», pero si me gusta curiosear al buen tuntún entre sus capítulos y, grosso modo, estoy al tanto de sus enrevesadas peripecias, aunque me cuesta trabajo ubicar con precisión a cada ficha-personaje en el tablero-mapa de un mundo tan fantasioso como complejo y acaso incoherente. De esto último, de la pérdida de verosimilitud dentro de la fantasía, es de lo que al parecer se quejan los acérrimos en relación con los últimos capítulos, que sí he seguido y, además, fascinado ante el despliegue de lo que para mí es el principal mérito de la saga: sus espectaculares, hiperimaginativas y superasombrosas batallas, un prodigio de técnica y plasticidad que apenas tiene parangón en la historia visual de nuestro tiempo. Fue un hito la presentada en el último capítulo de la sexta temporada (¿o era la quinta?) y lo está siendo en lo que llevo visto de la séptima. En esta, por cierto, el protagonismo de los dragones está alcanzando tal grado, que no me extrañaría nada que al final lo más relevante de esta épica historia de hielo y fuego quede resumido en un combate entre las fuerzas del bien y del mal —sin olvidar los jugosos tramos claroscuros— encarnadas en un ejército de criaturas voladoras que acaben convirtiendo el cielo digital del planeta en un gigantesco «juego de dr(ag)ones», toda una metáfora anticipatoria de un no descartable futuro bélico. Puede que, en el fondo, magia mediante, sea una forma de conjurarlo.